Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


sábado, 19 de noviembre de 2011

¿TE ATREVES A REALIZAR ESTE EXPERIMENTO...?

Una de las acciones que pueden resultar más complicadas es la del agradecimiento. En nuestro interior creemos que es sencillo. Nos pensamos muy capaces de responder con gratitud a cualquier persona que nos muestre afecto o haga algo por nosotros, pero muchas veces esta reflexión no pasa de ser un mero pensamiento interno que no se materializa.
Estamos muy seguros de presuponer el cariño de quienes tenemos cerca y creemos que con eso es suficiente.  “Me quiere. Lo sé. Eso me basta”. Ni basta, ni es seguro que siga queriéndote, ni es suficiente con que no te lo demuestre, ni les sobra a los demás lo contrario. Hay que expresar el afecto. Es absolutamente necesario que los que queremos se enteren de ello y renueven así su seguridad en que sigue existiendo ese sagrado vínculo que une. Pero también hay que agradecerles que nos quieran, que continúen con nosotros ayudándonos a vivir más felices y que sepan que nuestra vida no sería igual sin ellos, ni siquiera parecida.
El experimento, por tanto, consiste en:
1º Preguntarnos por qué continuamos al lado de la/s persona que amamos. Debemos tener cuidado en las respuestas porque es posible que inmediatamente salte nuestro ego y reaccionemos pensando  que“sin nosotros” la otra persona sería un desastre. Pero no buscamos eso, sino lo que nos aporta la otra persona. Entonces puede que las respuestas sean reconfortantes: amistad, colaboración, pasión, estabilidad económica, sensación de compañía…etc
2º Ahora, una vez reconocido lo que la otra persona/s nos da…vayamos a casa…y démosles las gracias por eso.
         Será muy interesante comprobar lo que nos sucede en el interior ante esta propuesta y si, tan inocente como parece, seremos capaces de llevarla a cabo.
Ahí queda el reto. Pensemos primero, analicemos nuestros sentimientos y los que creemos que tiene la otra persona/s hacia nosotros…y una vez convencidos de todo lo positivo y bueno que nos proporciona el otro/a…digámosles GRACIAS por todo lo que siento y me das al estar cerca de mí.
         Os animo a que intervengáis en el foro para relatar cómo os fue.
Un beso a tod@s

viernes, 18 de noviembre de 2011

LO MENOS POSIBLE...

Hoy me ha llegado una reflexión que  fluctúa entre la seguridad en uno mismo y el valioso estado de dejar que otros tomen el empeño de ser infelices, en base a la envidia que les provoca el resto.
…” SE HONESTO.
Quien te lastima, te hace FUERTE,
Quien te critica, te hace IMPORTANTE,
Quien te envidia, te hace VALIOSO,
Y a veces…quien espera que te
Ocurra LO PEOR,
Tienen que soportar que te
Ocurra LO MEJOR.”
Ante todo y sobre todo quiero que nos fijemos en la primera frase. “Se honesto”. Honesto, antes que nada, con nosotros mismos, con el compromiso que debemos adquirir con la personita que encarnamos, con no engañar a quién debe importarnos más que nada, porque ese es el peor y más dañino engaño…y se produce tantas veces!!. Ser honesto pasa por estar comprometidos con la entrega a nuestro templo interior. Ser sacerdotes al servicio de nuestra alma. Los mejores. Los que son capaces de disponerlo todo a favor de facilitarnos la sinceridad interior, la honorabilidad de ser auténticos, la dignidad de no ir en contra de lo que nos muestre el corazón. Para eso debemos acercarnos lo menos posible a todo lo indeseable. Retirarnos cortésmente de la mentira, alejarnos poco a poco del rencor, desviarnos de las nefastas intenciones de fastidiar a los demás, extraviarnos de la maldad y el odio para perdernos definitivamente en el abonado campo de los sentimientos puros. De aquello que naturalmente está creado para el corazón, el espacio donde éste encuentra el reposo y el punto de inflexión de la mejor melodía entonada para nuestros oídos; aquella que le es propia, la que se funde con los pálpitos de la vida, la que solamente puede escucharse desde amor del amante que muere en cada acto para renacer con él…Porque estar cada vez menos cerca de lo que le destruye es ganarle vida.

jueves, 17 de noviembre de 2011

"CRITICA...QUE ALGO QUEDA"

Con esta frase común, entre las malintencionadas personas gozosas con el mal ajeno, comenzamos la nueva encuesta del blog. Vamos a reflexionar sobre la crítica, justificada o no; intencionada, elaborada y dispuesta a arrasar lo que se encuentre en el camino  o inocentemente espontánea y ocasional. De cualquier forma, arrojar el veneno que está depositado en la envidia, en los celos o en el oculto deseo de poseer o ser el “otro”, actúa como una mancha de aceite sobre el agua. Flota, se expande, se derrama rauda en la superficie y logra introducirse en las rendijas más recónditas de los corazones que son presa fácil para el descrédito ajeno.
En muchas ocasiones el mal está en los ojos de quien mira, en los oídos del que escucha o en la propia mente del que hace que la realidad se acomode a su propia situación de malestar permanente con todos y con todo.
La crítica siempre es una opinión. Un juicio sin valor objetivo porque arranca de la particular visión de una persona que evita toda sensatez y prudencia al valorar lo que cree ver. Cuando llegamos a una conclusión que lleve consigo los negros tintes de lo indeseable, debemos pararnos antes de exteriorizar lo que pensamos. Sometámoslos a las 3 verdades de Sócrates y preguntémonos:
1.- ¿Es bueno y bondadoso lo que voy a decir?¿Promueve el bien y será causa de mejora en la situación?.
2.- ¿Es cierto?¿Es absolutamente verdad?¿lo sé seguro?
3.-¿Es útil?¿Con este crítica voy a favorecer, mejorar o solucionar la situación?.
Si alguna de estas cuestiones es respondida negativamente, la opción es el silencio y el replanteamiento de lo que juzgamos. Tal vez, no hemos comprendido la situación globalmente, ni nos hemos puesto en la piel del que criticamos, ni conocemos todas las motivaciones que le llevan a actuar así o lo que es peor, tenemos puestas las gafas oscuras de los juicios sumarísimos donde la única condena posible es la fatal descalificación indiscriminada y fácil, a cualquier precio.
Seamos cautos cuando valoramos una situación y mucho más cuando condenamos por la apariencia de lo que creemos la verdad. Vivamos y dejemos vivir. Amemos y dejemos amar. Seamos y dejemos ser.
Esta es, posiblemente, la postura más eficaz para el sosiego del espíritu, para su sano crecimiento, para su esplendorosa creatividad infinita.
Esta reflexión alude a la postura personal que debemos adoptar como jueces del comportamiento ajeno. Pero, ¿cómo recoger las críticas cuando somos víctimas de ellas?. Comenzamos hoy la encuesta que se pronuncia, por medio de varias posturas a adoptar, cuando estamos en las manos del verdugo que critica. También os propongo un análisis personas y veraz de como somos cuando criticamos. Si nos dejamos arrastrar por las visiones ajenas o si realmente nos posicionamos al lado de la prudencia y el respeto por lo que no es nuestra realidad.
Agradezco la participación e invito a tod@s a realizarla. Posiblemente resulte breve en las cuestiones que plantea pero la dinámica del blog no permite una mayor extensión. Será suficiente tomar postura por unas u otras opciones para comprender cómo nos afectan las críticas y qué hacer ante ellas.
Como siempre, todo mi afecto.

martes, 15 de noviembre de 2011

RESULTADOS DE LA ENCUESTA EMOCIONAL

Una vez concluida la encuesta que planteamos hace tiempo para conocer cómo nos sentimos emocionalmente y poder descubrir, de algún modo, de dónde pueden proceder nuestros desasosiegos más íntimos, los resultados concluyen:
1º Que la BAJA AUTOESTIMA es uno de los lastres que llevamos pegados a nuestra falta de entusiasmo, al miedo a ser y estar abiertos a los cambios, a manifestarnos como nos gustaría o simplemente a tener una imagen fuerte y segura de nosotros mismos.
2º En muchas ocasiones, en infinidad de ellas, los modelos de comportamiento de los adultos de referencia son lo suficientemente fuertes como para marcar nuestro carácter casi, para siempre. Por eso es tan importante la niñez. Y lo peor de ello, es que las ausencias, la cercanía o  los silencios de afecto, destruyen tanto como las bofetadas o las voces. No es fácil superar lo que tan profundamente se instala en el alma, pero al menos, si la vida es benévola en cariño podremos rescatarnos, aunque sea aprendiendo a generarlo desde nuestro propio corazón.

3º Prácticamente la mitad de los votantes han aprendido a superar fracasos, a liberarse de ataduras y a remontar los temores o las incertidumbres de su vida.
4º Los fracasos amorosos, aunque en menor medida, también dejan su impronta y se erigen en un tanto por ciento bastante considerable para determinar la dirección de nuestras emociones y cómo nos sentimos a su término.
Estos cuatro puntos nos hablan de fisuras que debemos sanar, de obstáculos que podemos bordear y de remontar situaciones que implican confianza en uno mismo; nos hablan de esa divinidad de la que participamos que nos asegura que nada pasa…que todo está bien…que cada momento ha tenido su sentido en nuestro aprendizaje y que rescatar eso que hemos aprendido, a lo largo del camino, es nuestra mejor tabla de salvación.
Iremos tratándoles, uno a uno, a lo largo de estos días.
Gracias por participar y un beso a tod@s.

OBSERVAR DESDE EL SILENCIO...

Es difícil para nosotros estar callados. Solemos hablar más que escuchar; opinar más que observar. La clave de muchas palabras que no debieron ser dichas, de tantas y tantas opiniones que no debieron ser expresadas, de los gestos que acompañaron a la vehemencia, de todos y cada uno de los rasgos que nos delataron en nuestra precipitación…está en OBSERVAR desde el silencio. Comenzar con la prudencia de mirar lo que sucede a nuestro alrededor, de escuchar activamente e integrar lo que llega hasta nosotros es una cualidad que se convierte en virtud cuando se pone a nuestro servicio para facilitarnos la comprensión. Muchas veces no entendemos nada pero lo opinamos todo. Nos cuesta cerrar la boca y abrir nuestros oídos. Nos cuesta estar presentes pero mantener la disposición del que recoge y asume antes de manifestarse. Deberíamos dejar las palabras en la antesala de los labios y esperar con paciencia que las situaciones se expresen, que los precipitados tomen partido, que aquellos a los que les explotan las palabras en su cabeza y solo saben escupirlas sin dirección ni acierto, toquen con sus manos el caos de su imprudencia.
Oriente siempre ha observado, silenciosa y  serenamente… porque todo lo que ocurre en la naturaleza ocurre con un ritmo, con una cadencia propia, sin urgencia, ni vehemencia. Hasta los grandes espectáculos que provocan los volcanes, los terremotos o los tsunamis…lo hacen con la expresión de lo propio durante el arrebatador devenir tranquilo de la vida.
Nos empeñamos en pasarlo todo por la lógica verbal. La palabra, aún siendo sagrada, cuando lo es, ha de ser un bien escaso más que un  objeto de compra venta o intercambio bursátil. No hemos de profanar su misión divina de ser verbo, de encarnar la expresión del alma por convertirla en usada moneda de cambio de cuantía invertida a su valía.
Serenar el espíritu pasa por el silencio. Deberíamos comenzar por establecer un tiempo al día para él; nuestro silencio interior templo de la conexión con pensamientos, emociones y sensaciones que deben decirnos cómo, dónde, cuándo y por qué somos lo que somos y cumplimos la misión que tenemos. Un tiempo breve…que podría ampliarse, día a día, para dedicarnos exclusivamente a nosotros. No hace falta acudir a divanes de psicólogos que nos esperan vacíos, ni siquiera estar tumbados, acostados o sentados para el silencio. Podemos intentarlo mientras vivimos activos. Mientras realizamos las tareas comunes de nuestro día…y ahí, en ese espacio sin palabras…encontrarnos y encontrarlo todo.

lunes, 14 de noviembre de 2011

DECIR "SI" AL UNIVERSO

Siempre que lo que nos suceda requiera una respuesta, una posición, una postura de nuestra conducta, digámosle SI. Hay una enorme diferencia cualitativa de esta respuesta a su contraria. No sólo es su antónimo, lo cual ya es mucho, sino también uno lleva al compromiso y otro al desentendimiento. La palabra “universo” se concreta en el plan de vida que parece imponerse a pesar de todo lo que tengamos en la mente, obrando como una fuerza, aparentemente independiente que interfiere a menudo con nuestra imagen de cómo quisiéramos que fuesen las cosas. Decir “si” es estar de acuerdo con lo que la vida nos ofrece. Decir “si” significa abandonar la resistencia y aceptar las posibilidades que ofrece nuestro universo en las diversas maneras de ver el mundo y experimentarlo. Implica relajarse físicamente y experimentar con serenidad las situaciones que nos lleguen, disminuyendo con ello, la contrariedad y la ansiedad.
Decir “no” implica ser una víctima. Significa bloquear, luchar, rechazar las oportunidades de crecimiento y desafío. Decir “no” crea agotamiento, derroche de energías, un cataclismo emotivo…o lo que es peor, apatía e inmovilismo. “No puedo luchar contra eso, no puedo seguir adelante. No hay esperanzas”. La verdad es que decir “si” es nuestra única esperanza. Decir “si” es una herramienta milagrosa para afrontar nuestros miedos más profundos y sombríos. Sabemos ya que los fracasos son necesarios para crecer, para aprender y para remontar con superación las debilidades. El dolor no se puede evitar, pero también se le puede decir “si” al dolor, considerándolo parte integrante de la vida. Entonces, uno no se siente víctima. Sabe que puede afrontar el dolor, así como la situación que lo causa. No lo considera algo sin remedio. La acción siempre es una respuesta afirmativa. Es la única que nos saca de la indiferencia que se instala en el alma cuando nos apartan del camino, cuando lo que amamos nos rechaza o cuando la desgracia se ciñe a nuestra figura. Mientras actuamos…decimos “si” estamos dispuestos a seguir; “si” seguimos apostando por la vida; “si” queremos salir de lo que nos somete y anula; “si” al universo en cualquier situación, aunque nos cueste empezar de nuevo…pero siempre hay un nuevo comienzo, circunstancias diversas que nos esperan y personas que hace mucho tiempo que están en el camino para vernos pasar y detenernos para entregarnos su mejor saludo. Incluso algunas para quedarse para siempre...aunque aún no lo sepamos.

domingo, 13 de noviembre de 2011

¿PENSAMIENTO O SENTIMIENTO?

…”Todo aquello con que nos enfrentamos es un pensamiento, y los pensamientos se pueden cambiar. Sea cual fuere el problema, tus experiencias son los efectos externos de algo interno: tus pensamientos. Incluso el odio a uno mismo es una idea que uno tiene de sí. Esta idea produce un sentimiento, y uno acepta ese sentimiento. Pero si no tuviéramos la idea, no tendríamos el sentimiento. Los pensamientos se pueden cambiar. Cambia el pensamiento y el sentimiento desaparecerá”.
         Louise Hay - Amate a ti mismo

Mientras comenzaba mi mañana de domingo leyendo este párrafo de Louise Hay, me preguntaba si realmente el pensamiento es anterior al sentimiento. Si ciertamente primeros racionalizamos, hacemos lógica la realidad y luego sentimos la reacción de lo que nuestra mente elabora. Algo me dice que no. Que en verdad lo primero que se instala es la emoción en el corazón y más tarde los resultados de ese fulgor que nos invade llegan a la mente y con ese caldo guisa un lo que cocinamos en nuestro cerebro. Otra cosa diferente es que seamos capaces de modelar la respuesta que demos al sentimiento. Que hagamos una criba racional de la emoción y nos quedemos con lo que favorece nuestro sentir, a veces. Sin embargo, me parece tan inmediata, tan intuitiva, tan cercana y reactiva la vibración sensitiva de lo que la emoción percibe que necesariamente debe estar en primer lugar. Creo en el imperio del corazón, en su gobierno prioritario y en esa explosión de sensaciones que parten de él cuando uno está inmerso en la vida, desde cualquiera de sus ángulos. La mente es un instrumento magnífico para dar forma a los salvajes sentimientos, para recortar o ampliar el resultado de lo que sentimos, para modelar las respuestas, para interactuar con el mundo exterior. Sin embargo, cómo impedir lo que nace espontáneo del corazón con un esplendor inédito. Cómo, manipular lo que brota de su centro con la fuerza virgen del sentimiento puro.
La vibración particular de nuestro espíritu, aquella que nos es propia por evolución personal, nos acerca o nos aleja de personas o situaciones según su afinidad. Esa peculiar oscilación del alma, no nace en la mente, sino en el corazón. Y ella es la que buscamos incansables, ella es la que pretendemos elevar, ella la que dicta el por qué nos sentimos atraídos por lo nos llega directo al núcleo vital de lo que somos y sentimos.

Creo, definitivamente, que el sentimiento es cristalino y puro en sí  mismo y que existe y es previo al estricto examen al que le somete el pensamiento. Sentimos con nuestra historia universal, la que está detrás y antes de ser lo que somos, antes de haber nacido, antes de estar aquí y ahora, antes incluso de haber planeado nuestra biografía. Y es la intuición el vehículo que va directo al corazón con las sensaciones que éste capta cuando vive. Por eso, de vez en cuando…dejemos que sea él también quien dirija nuestros pasos.
Feliz domingo