Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


sábado, 11 de febrero de 2012

LA ALQUIMIA DEL SER

Siempre me he preguntado por la presencia de la magia, la superstición y el encantamiento en la vida de los pueblos y los hombres. Incluso el tema de mi Tesis Doctoral incluía esta cuestión tratando de demostrar el grado de superstición que existe en los ritos aceptados como religiosos en cada área de advocaciones concretas.
         Algo intuimos que se nos escapa. Atraparlo ha sido el objeto y la finalidad de multitud de ideologías, corrientes de pensamientos y sistemas religiosos de todos los tiempos. Estamos dispuestos a atrapar el destino para voltearlo, conociéndolo primero. Necesitamos creer que podemos capturar ese libre albedrío que puede dañarnos o aquel otro que convenientemente modificado podría estar a nuestro favor.
         Políticos, magnates, hombres sabios, ignorantes, niños y mayores han recurrido a la magia para determinar cómo discurrirá el azar por sus vidas y de qué forma poder revertir sus consecuencias. Pero el azar está impreso en la esencia que nos constituye. Presente en la consciencia del todo que nos conforma y accesible si conocemos cómo abrir la puerta que sutilmente nos lleva hasta él.
         No hay mejores magos que nosotros mismos porque en la fuerza de la intención y en el poder de la vibración energética se esconde la alquimia del ser.
         Sintonizar con esta afirmación equivale a tener el logro absoluto en nuestras manos. El inmenso y maravilloso despliegue de nuestra consciencia al servicio de los deseos más íntimos y poderosos. Es necesario saber qué pedimos pero sobre todo cómo lo pedimos. Precisamos una intención definida que nos sitúe en otra dimensión no existente en nuestro presente. Un objetivo perfectamente determinado, una finalidad capaz de mantenernos alerta para que nada desvíe el propósito de su conquista.
         A la meta deseable hay que ponerle la intención necesaria de que se materialice en tiempo real. Para ello necesitamos sentirnos cómo si lo tuviésemos ya con nosotros. Visualizarnos en las situaciones que nos gustaría alcanzar. Soñarnos dentro del sueño que hemos creado y cocrear, una y otra vez, la mágica sensación de estar bajo el umbral de lo pedido. Porque todo está disponible para nosotros en el bazar de la designios. Absolutamente todo. Falta que nos lo creamos. De verdad. Y entonces pacientemente esperemos a vernos pasar delante de nuestra antigua existencia con una nueva realidad a la que habremos dado vida desde la magia infinita de crear del dios que nos constituye.

viernes, 10 de febrero de 2012

HOY DOY GRACIAS...

Hoy quiero comenzar la tarde con una especie de oración, rito o llamado al agradecimiento. Es muy importante sentirlo vibrar en el corazón, muy importante quemar en su fuego intenso los laureles del éxito o sacrificar en su altar las miserias que acompañan a la culpabilidad de los errores.
         Hoy quiero agradecer…
Te doy gracias…a Ti, que te han llamado con nombre de dioses, que han hecho de tu corriente de vida eterna, universos, galaxias, santos y ángeles; a Ti, que sin tenernos bajo tu yugo nos creaste libres, nos regalaste el amor para gozarlo y nos diste los sueños para mecerlo. A Ti, que sin ser nombre eres verbo y sin ser cuerpo eres hecho.
 A Ti quiero agradecer…
·       Cada sonrisa en mis labios que brilla para otros.
·       Cada palabra no dicha, que no ha ofendido
·       Cada silencio que ha permitido los lamentos del amigo
·       Cada intervalo de tiempo que espera sin agobiar
·       Cada minuto que he pensado en ti
·       Cada intención dispuesta a favor de los demás
·       Cada rayo de sol que ha penetrado en mi piel
·       Cada dificultad que me ha puesto retos
·       Cada equivocación que me ha ayudado a entender que no soy perfecta
·       Cada error en el que me he superado
·       Cada lágrima que he derramado por  ausencia
·       Cada capricho no satisfecho, petición no cumplida y deseo no superado
·       Cada vez que la vida me ha frenado para saber esperar
·       Cada tiempo de escucha activa para los demás
·       Cada emoción sentida, compasión vivida y perdón pedido
·       Cada despedida a lo que se fue y cada esperanza en lo que vendrá
·       Cada ilusión compartida, beso entregado y sensación vivida…
·       Cada impulso del corazón por llenarme de AMOR y regalarlo sin cambio
·       Cada instante en el que sigo creyendo en la grandeza de poder vivir de nuevo una historia con nombre y apellidos
·       Cada nuevo a amanecer que sin estar obligado a despertarme, mece su beso sobre mi mejilla para comenzar un nuevo día…

¡Hoy…quiero regalar mi gratitud y sentir la emoción de seguir creyendo que soy un regalo en un inmenso jardín lleno de ellos!
Un beso

jueves, 9 de febrero de 2012

SOLEDAD EN COMPAÑÍA

Sentirse sólo es una cuestión de apreciación que nada tiene que ver con la gente que haya a tu alrededor. La soledad puede vivirse desde la aceptación, la resignación, la elección o el rechazo. Puede pesarnos como una losa o puede elevarnos a la más excelso deleite en el puro goce de nuestro comunión con nosotros mismos.
De poco vale que haya gente contigo cuando las almas están a años luz de distancia. ¿Cómo puede medirse la cercanía?. ¿Tal vez por centímetros de afecto?¿Quizás por gramos de entrega?¿Posiblemente por centilitros de ternura?...probablemente esas fuesen las nuevas medidas para determinar si uno está solo, si uno se siente sólo o si uno se ha quedado sólo.
Conozco personas que amablemente han recogido su soledad para vivir junto a ella; serena y apacible…como si de una suave alfombra bajo los pies se tratase. Han logrado dialogar con sus silencios e, incluso, vencer los miedos que  a modo de tatuaje en la piel se habían pegado a ella para extenderse cada vez más. Han establecido un idilio con su tiempo a solas y se han enamorado de él. Se encuentran bien. Están tranquilas y se regocijan en los vacíos que completan su pasión por lo propio. Ellas no están solas. Son solas. Y lo son en toda la extensión del verbo. Sienten la plenitud de existir en soledad compartida. Y esa soledad les impulsa a relacionarse con el resto en un acto de generosidad de sí mismos. Se dan afuera reservando para el interior de su morada, lo mejor de sí ellos.
No he experimentado esa sensación pero la conozco de cerca. Sin embargo, sí que podría describir a la perfección el sabor de la soledad en compañía. Es como si la presencia física no importase, incluso estorbase a  veces. Y lo hace así porque no acompaña a la plenitud del alma. Hay un desencuentro sin palabras, un vacío de emociones que dormita acomodado en la rutina de no hallar sintonías sobre las que construir el microcosmos que se debería compartir.
La soledad pesa cuando hay otros que te la hacen presente.  Duele, cuando el espacio se agranda sin límites para demostrarnos la pequeñez de nuestro estado interior. Pero es cuando ésta anula el entusiasmo cuando realmente nos damos cuenta de que somos uno, únicos y absolutamente diferentes a lo que nos rodea y entonces…se expresa con toda su fuerza para hacernos comprender que no necesitamos a nadie que no quiera o no pueda compartir lo que nos emociona y nos trasciende. O simplemente, aquello que día a día nos hace seguir existiendo con la mirada puesta en el asombro y la curiosidad de seguir descubriendo la vida.

miércoles, 8 de febrero de 2012

EL LUGAR QUE OCUPO

Muchas veces me he preguntado:..”¿Es el lugar que ocupo el mismo lugar que el que me corresponde?”…tal vez no. O tal vez tenga que haber llegado hasta aquí para hacerme dueña de mi misma, de mi valía, de mis virtudes y defectos, de mis glorias y mis infiernos y  de esos fantasmas que me asaltan o de los ángeles que me protegen.

Posiblemente, todo tenga sentido y lo que tengo, que es lo que soy, esté dispuesto ahora para poder desenvolverse en otro tiempo, en otro lugar o aquí en el mimo que me acoge.

La pregunta tendría distinta respuesta si nos fijásemos solamente en los aspectos materialmente cuantificables. En alguna ocasión puede asaltarnos el pensamiento de no tener lo que realmente merecemos e incluso de castigarnos con la idea de ser perseguidos por una mala suerte infinita que no está dispuesta a abandonarnos.

Me niego a pensar que el destino está marcado definitivamente y que nuestro libre albedrío queda absolutamente anulado por esa predestinación rigurosa e inconmensurable que dispone de nuestra vida como si fuésemos marionetas al viento.

 No puede ser así y a pesar de intuir un auto plan en el que nosotros mismos programemos los sucesos y experiencias que nos hagan aprender y mejorar las debilidades del espíritu que se reencarna sucesivamente con tal fin,  también, necesariamente, debe haber la posibilidad de remontar sobre el lastre que llevamos pegado incluso por herencia generacional, y expandir la conciencia más allá de lo previsto.

El lugar que ocupamos ahora mismo puede y debe variar, tanto como lo necesitemos, tanto como demos cabida al cambio en nuestra mente consciente…tanto como nos lo pida nuestra  percepción inconsciente e instintiva.
Todo está por descubrir aún. Nada está hecho definitivamente. Nada cerrado en un círculo sin principio ni fin. Seguiremos buceando por el inmenso mar de los sargazos para acomodarnos en el lugar que nos espera. Que no es éste de ahora, por muy reacio al cambio que seamos, porque nosotros no seremos los mismos y no lo será tampoco el cielo que nos cobija.

Las estrellas habrán cambiado. Ya muchas no existen aunque veamos su luz. Pero nos seguirán enseñando el camino por donde continuar. No olvidemos que no sólo las hay cuando miramos hacia arriba…a veces, van a nuestro lado, aunque estén lejos.

martes, 7 de febrero de 2012

ALGO MÁS QUE QUÍMICA

La vida nos introduce en un mundo de relaciones en las que no siempre uno logra conectar con la persona que tiene al lado. A veces, es irrelevante que esta conexión se sintonice porque realmente no tenemos que convivir con esa persona o porque nuestros encuentros con ella son breves, ocasionales u obligados por cuestiones ajenas a nuestra afinidad.
Sin embargo, en cualquier caso, siempre existe una corriente de sintonía, de rechazo o de indiferencia que nos acerca o aleja de las personas que hemos conocido.
A este hecho constatable por todos, le hemos dado diversos nombres y cuando queremos referirnos a él, es frecuente que digamos:…”no hay química entre nosotros”…o…”no existe feelin”…
Algo de verdad hay en ello. Con respecto a la primera expresión podemos advertir que algo físico nos impele hacia el otro que no logramos determinar, y que en muchas ocasiones nada tiene que ver con los cánones de belleza o fealdad. Es como si nuestras moléculas fuesen capaces de “metabolizar” a la otra persona en sí mismas o por el contrario de repelar ese acercamiento.
La atracción bioquímica es un hecho. Pero no lo explica todo. Por eso, la segunda expresión nos acerca a una realidad imperceptible para los sentidos pero perfectamente detectable para nuestra mente y nuestro espíritu. Nos habla de cercanía en los sentimientos…como si estos tuviesen el poder inmenso de tipificar quién puede entrar en nuestro interior y quien debe quedarse a las puertas de él. Y lo tienen. No se ven, ni se tocan, ni se huelen…pero están ahí…como chispitas brillantes de poderoso magnetismo atrapándonos para siempre cuando estamos delante de las personas justas. Las nuestras. Las que emanan por sus poros los mismos efluvios que nosotros, las que son compatibles con nuestros sueños y sin saberlo, gozan del mismo embeleso por lo que nos emociona.
         La vida coloca a estas personas en el lugar exacto en nuestro corazón y si se confunde, a veces de compartimento, no por eso quedan excluidas de nuestro universo de emociones y sintonías íntimas.
No se puede hacer nada para lograr un puesto así. La afinidad existe o no. Todos encajamos con otras piezas cuyas aristas se acomodan a las nuestras. Lo maravilloso es descubrir, entre los millones de fragmentos de la escena, quienes completan nuestro pedacito de imagen. Porque eso son ellos, un espejo purísimo donde mirarnos una y otra vez.

lunes, 6 de febrero de 2012

CAMINO DE VUELTA

Iniciar la marcha hacia algún lugar siempre nos mantiene expectantes. Incluso cuando el objetivo de nuestro destino se presente inseguro y un tanto negativo. Mucho peor es volver. Regresar, siempre supone desandar lo andado, ir hacia atrás y recorrer un camino, antes por descubrir, para hacernos encontrar de nuevo con lo pasado; con todo aquello que tiene, pegado a su piel, el olor de lo viejo.
A veces uno debe volver. Volver para rescatar la dignidad que dejó olvidada en algún rincón de una habitación perdida, o el orgullo de sentirse uno mismo colgado de la tiranía de otro, o la pasión de seguir viviendo arrinconada en el desprecio de quien amamos un día.
Volver para recobrarnos a nosotros mismos y juntar los pedazos que se han quedado desparramados en tantos.
Lo peor es que a veces nos falta el valor. Tememos que los recuerdos liberen de nuevo los desatinos y en las manos nos queden solamente las huellas de las heridas que cerraron en falso para sangrar de nuevo.
La terapia de regresar es inevitable. Si uno no recorre de nuevo el camino que quedó esperándonos, estamos condenados a vagar sin rumbo por siempre.
Con una visita a nuestra historia será suficiente para cerrar el capítulo. Llorar amargamente en el lugar en el que el destino nos dio la espalda puede limpiar definitivamente nuestros ojos del barro que los ciega.
Sin miedo, mirar de frente al monstruo de la memoria y echarle un pulso. Porque regresamos de otra forma. No somos los mimos y tampoco nos puede dañar ya lo que nos lastimó. Pero podemos recoger los pedazos del corazón que quedaron esperando nuestro regreso y así, todos juntos en nuestras manos, fundirlos de nuevo en nuestro pecho para poder caminar seguros por una senda que ya no nos necesitará nunca más.

domingo, 5 de febrero de 2012

DOMINGOS LITERARIOS

BREVE  Y ESCASA…
Contigo quiero ser breve y escasa…
para que no te canses nunca
y vuelvas cada mañana.
Y  vengas descalzo,
sin hacer ruido,
leve e incorpóreo
buscando tu dicha
 encontrando tu tiempo,
 el que diste por perdido
 sin vivir lo que quemaba
allá, en tus adentros.
El que quedó dormido,
olvidado en el rincón
de tus silencios,
el que fue papel
sin letras, ni palabras,
sin tinta ni argumento.
Quiero despertar en ti
ideales  y sueños viejos,
y plantar en tu jardín
flores de nácar para tu pelo.
 Por querer quiero
 llamar a tu puerta
Y sin saber cómo,
quedarme dentro.
Llegar a ti desde mi alcoba
Para regalarte
el pensamiento quieto
el que durmió a la espera
de encontrarte hambriento.
Por querer quisiera
despertarte las ganas
de salir corriendo
Y no sientas más
que estando vivo,
 estás muerto.
Y susurrarte al oído
Que en ti vive
 lo que más quiero.
Regálarte mis penas,
mis pesares, mis lamentos
Traerme conmigo tu alma entera
Y dejar allí …tu cuerpo.

         AUTORA:  FLOR Y NATA
He abierto un nuevo blog titulado “Dolche Gusto” que pretende recoger relatos narrados de forma sucesiva con una periodicidad de fin de semana. Es otra forma de expresar, literariamente, emociones, sentimientos y afectos en los que nos vemos ligados a través de la vida misma.
La novela que se ha iniciado tiene por título “Intermedio en Jazz” y recoge la historia de una muchacha que ha terminado su carrera y durante el verano inicia su primera experiencia laboral. Está escrita en primera persona y responde a una creación absolutamente imaginada.
Dejo aquí el enlace para quien le pueda interesar: