Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


sábado, 1 de diciembre de 2012

ACEPTACIÓN

Ayer llegó hasta mí esta frase que me hizo reflexionar ampliamente acerca de la aceptación.
“Entre las orillas del dolor y el placer fluye el río de la vida. Sólo cuando la mente se niega a fluir con la vida, y se estanca en las orillas, se convierte en un problema. Fluir con la vida quiere decir aceptación; dejar llegar lo que viene y dejar ir lo que se va. Tú no eres lo que sucede.... eres a quien le sucede.”

¿Podemos hacer otra cosa diferente que “aceptar” lo que llegue?. ¿Acaso estamos condenados a la resignación perpetua ante lo que acontece?. ¿Somos marionetas movidas por los hilos del destino?...
Podríamos comenzar por diferenciar “aceptación” de “resignación”. Posiblemente, cuando uno acepta está consintiendo, de alguna forma, que lo que le ocurre es lo único que podría sucederle y en ese consentimiento va implícita la satisfacción de adherirnos a ello. Caminar a su lado y rodar con las quimeras que nos traiga en la creencia de que estamos en paz con ellas. La aceptación cobra así un matiz de “compañerismo” con lo que ocurre y no de rechazo sometido.
La resignación tiene otros aspectos tales como: la rabia contenida, el dolor enquistado y la protesta silenciada.
Se trata de una mansedumbre eclipsada por el acatamiento dócil de lo que llega, con la seguridad de ser esto lo primero de una larga cadena que queda por venir y de estar dispuesto a seguir siendo víctima del fatal hado que todo lo dispone.
Dejar ir lo que debe marchar es una postura que raya en la resignación aunque no se acepte. ¿Quién o qué determina, cómo y cuándo algo se acaba? ¿Y la lucha?¿Y la necesidad de agotar todas las vías para que continúe cerca?.
La sensación de quedarnos en la orilla a esperar lo que llegue, resignados ante los vaivenes de su fluir, es una postura ambigua que nos deja mal sabor en los labios.
Prefiero abrazar la idea de rendirme, solamente, tras la pugna de mi mente y el desafío de mi alma en la seguridad de ganar si realmente comienzo a querer desde lo más profundo de mi corazón, que el curso de ese fluir, cambie.
No soy lo que pasa…sino a quién pasa, pero siempre puedo actuar sobre lo que sin mi voluntad, nunca pasará.

viernes, 30 de noviembre de 2012

LO QUE NOS HACE FELICES

Lo que nos hace felices es lo más simple, la mayoría de las veces. Aquello en lo que no reparamos pero nos aporta una sensación de bienestar tan sumamente deliciosa que confundimos con nosotros mismos y nuestro estado natural de ser.
Nos equivocamos doblemente al buscar en otro lugar. En creer que tiene otra dimensión, en pensar y fantasear con lo que debe producirnos cuando en realidad no es el sobresalto lo que mueve a la serenidad de estar feliz, sino la armonía interior y el regocijo de saber que lo somos.
Muchas veces esperamos tanto de las situaciones que nunca estamos satisfechos con lo que nos sucede. Anhelamos algo que ni siquiera en nuestra mente tiene dimensión, ni está perfilado convenientemente. Creemos  identificar felicidad con dinero, sexo, poder…pero en realidad lo que tenemos en la mano, al día, está repleto de pequeñas felicidades que solamente se valoran si se terminan.
Si tuviésemos que permanecer en una celda por un tiempo ilimitado comenzaríamos a encontrar razones en lo pequeño que convive con nosotros para agarrarnos a la vida. Y entonces valoraríamos cada detalle que permitiría aflorar la felicidad que no somos capaces de ver cuando aspiramos a lo improbable.
Podemos ensayar un experimento. Hagamos, por un día, una lista con tres columnas donde coloquemos todo aquello que nos gusta, nos agrada o nos es indiferente. Llevemos la listita con nosotros durante ese día y tengamos la paciencia de anotar en dichas columnas lo que a cada una le corresponda.
 Puede que nos asombremos del resultado y estoy segura que será divertido comprobar todo lo que pasa desapercibido a nuestra devoradora conciencia siempre insatisfecha y  ávida de sensaciones que rayen en lo imposible o en lo que estimamos destinado a lo ajeno.

jueves, 29 de noviembre de 2012

CUANDO TODO SE COMPLICA

En realidad, cuando todo parece complicarse es cuando estamos en el centro del proceso creativo, en el núcleo de la verdad revelada y en el lugar exacto para posicionarnos frente a ella y tomar postura.
Como nada de lo que nos sucede es casual, cuando se juntan varias circunstancias adversas, tampoco lo es. Se trata de un vórtice al que nos han empujado a base de resistirnos al cambio. Un salto al vacío de nuestro miedo y una caída libre por la sima de lo que evitamos.
La vida y su lento, pero seguro, proceso de cambio, nos envuelve en la transformación continua. Muchos somos los que nos apegamos a las cosas y a las personas tanto que una mínima variación nos supone una desorganización en nuestros esquemas de comportamiento. Pero inexorablemente, la resistencia al paso adelante de la existencia nos obliga a enfrentarnos con lo que tanto tememos.
Uno no quiere dejar marchar a los hijos, aunque lo haga y sepa que debe ser así. Olvida que nunca han sido nuestros, que en realidad, nadie es de nadie. Y lo que debería ser un proceso de desvinculación natural se convierte a veces en el sentimiento de una pérdida que conlleva muchos sufrimientos.
La marcha a la que me refiero puede tratarse del simple crecimiento, de la desvinculación momentánea y no necesariamente de una marcha física de lugar o país. Al igual que me refiero a los hijos estoy aludiendo a los amigos, la pareja o los familiares en general.
Hay que ser inmensamente respetuoso con la libertad de cada uno.
Nada me parece tan válido como estar unidos en libertad…en la pura y libre decisión de querer estarlo. Nada tiene más valor. Y las ataduras de los contratos legales o de sangre, no garantizan nada y menos el amor. El amor hay que ganarlo, sembrarlo, abonarlo y recoger sus frutos.
Por el mero hecho de ser familia, amigos o pareja…no está asegurado. Es tan libre y maravillosamente delicado que todos los días, minuto a minutos hay que cuidarlo.
¡Feliz día!

martes, 27 de noviembre de 2012

EL GUARDÍAN DEL MONASTERIO

Me acerco a vosotros, hoy, con un breve cuento budista que puede hacernos reflexionar acerca del pasado y de los problemas.
Siempre he mantenido que al igual que una ofensa, algo que nos duele o algo que nos increpa no podemos olvidarlo porque aunque logremos entenderlo y perdonarlo. Es algo que se ha vivido y existió. De la misma forma pienso para el pasado.
No entiendo los consejos que invitan a olvidarlo. No se puede borrar lo que ha sido fruto de la experiencia. Queda grabado a fuego en la piel del alma sin que la voluntad de eliminarlo consiga hacerlo. Incluso estoy convencida de que no hay por qué intentarlo. Forma parte de nuestra historia, de nuestra biografía y de lo que somos en este justo momento en ella.
Lo que debemos trabajar es la actitud ante los recuerdos, la manera de posicionarnos en ellos y la interpretación que hagamos de lo que sucedió. De este modo evitaremos la posición victimista que nos anula o la de culpabilidad y rechazo, e incluso aquella otra que nos hace aparecer como verdugos de otros o de uno mismo.
Lo pasado, pasó. Queda solamente aprender de ello, lo máximo posible y comenzar desde otros zapatos nuevos una andadura diferente si no queremos repetir nuestros mismos errores…que tal vez no lo sean tanto si sirvieron, al menos, para mejorarnos de algún modo.
El cuento del Guardían del Monasterio, de forma tajante, aborda la cuestión del tratamiento de los problemas y del propio pasado cuando se hace de él una dificultad para avanzar con la vida ye en ella.
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Cuenta la leyenda que en un monasterio budista ubicado en una ladera casi inaccesible de las frías y escarpadas montañas del Himalaya, un buen día uno de los monjes guardianes más ancianos falleció. Le hicieron los rituales tibetanos propios para esas ocasiones, llenas de profundo respeto y misticismo. Sin embargo, era preciso que algún otro monje asumiera las funciones del puesto vacante del guardián.
Debía encontrarse el monje adecuado para llevarlas a cabo. El Gran Maestro convocó a todos los discípulos del monasterio para determinar quién ocuparía el honroso puesto de guardián. 

El Maestro, con mucha tranquilidad y calma, colocó una magnifica mesita en el centro de la enorme sala en la que estaban reunidos y encima de ésta, colocó un exquisito jarrón de porcelana, y en él, una rosa amarilla de extraordinaria belleza y dijo:
-.He aquí el problema.
Asumirá el puesto de Honorable Guardián de nuestro monasterio el primer monje que lo
resuelva..

 Todos quedaron asombrados mirando aquella
escena: un jarrón de gran valor y belleza, con una maravillosa flor en el centro. Los monjes se quedaron como petrificados en el más respetuoso silencio, hundidos en sus interrogantes internas… ¿Qué representaría ese bello jarrón con flores? ¿Qué hacer con él? ¿Cuál podría ser el enigma encerrado de
tan delicada belleza? ¿Simbolizaría acaso las tentaciones del mundo? ¿Podría ser algo tan simple como que necesitara agua la flor?
Eran tantas preguntas…
En un momento determinado, uno de los discípulos sacó una espada, miró al Gran Maestro, y a todos sus compañeros, se dirigió al centro de la sala y … zas!!, destruyó todo de un solo golpe. 

Tan pronto el discípulo retornó a su lugar, el Gran Maestro dijo:

Alguien se ha atrevido no sólo a dar solución al problema, sino a eliminarlo.

Honremos a nuestro Guardián del Monasterio.. 


En realidad, poco importa cuál sea el problema.
Hay problemas cuyo aspecto nos confunde, pues halagan los sentidos pero en el fondo siguen siendo problemas. 

Si el problema, es exactamente eso: un problema, precisa ser eliminado.

Muchas personas cargan la vida entera el peso de cosas que fueron importantes en su pasado y que hoy solamente ocupan un espacio inútil en sus mentes,
espacio que es indispensable para recrear la vida. 

Un antiguo proverbio Chino dice:
Para que tú puedas beber vino en una copa que se encuentra llena de té, es necesario primero tirar el té y entonces podrás servir y beber el vino. 

Limpia tu vida, comienza por los cajones y armarios. 

Exígete a ti mismo lo que te gustaría exigirles a los demás. No te quejes con tu Dios diciéndole que tienes un gran problema, dile a tu problema que tienes un gran Dios en ti.


lunes, 26 de noviembre de 2012

REGRESIONES Y OTRAS VIDAS

El mayor impacto que recibí, siendo aún bastante jovencita, fue el intuir la posibilidad de haber existido antes, en otros tiempos, con otras vidas.
Recuerdos entres nebulosas de sueños, sensaciones, deja vu reiterados, imágenes nítidas que se repetían en mi mente, habilidades especiales, gustos o inclinaciones que no reconocía en mi entorno, me fueron acercando a la idea de la existencia de mi ser más íntimo, en otra historia que no es la que vivo.
Posiblemente, fue Briam Weiss la persona que vino a darme la razón de las intuiciones que percibía.
Después de leer “El mensaje de los sabios”, “Muchas vidas, muchos maestros” o “Lazos de amor”…me pareció que las sensaciones que tenía respecto a mis padres, por ejemplo, cobraban sentido. Concretamente con relación a mi madre. De alguna forma, sin saber nada de estas historias regresivas, ni de los lazos que nos unen a la gente que nos cruzamos en el camino de la existencia, tenía una absoluta clarividencia sobre el hecho de haberla elegido para vivir en este mundo. La especial relación que se estableció entre nosotras toda la vida, me dio la dimensión de que algo nos unía más allá de los vínculos naturales.
Estoy convencida que las personas que son relevantes en nuestra biografía no lo son casualmente. Muchas veces tenemos la plena sensación de haberlas conocido antes, por la rapidez y la empatía que nos une desde la primera vez de vernos. Incluso aquellas otras más tóxicas, que contaminan nuestra existencia, también tienen, posiblemente, una explicación anterior. ¿Puede que hayamos mantenido una relación tormentosa con la misma persona que pero, tal vez, siendo nosotros los verdugos y no las víctimas?.
La existencia es cíclica. Nada queda obviado. Nada queda sin respuesta ni consecuencias. Aquí, atrás o en el futuro.
Sin duda, el cosmos funciona como un boomerang que siempre vuelve al punto de partida y en cuyo recorrido, puede ir rozando el corazón de muchos seres que se ven enlazados en la misma hipérbole.
Sanar las relaciones, concluir lo inacabado, cerrar el círculo…es, posiblemente, la tarea más importante que hemos venido a hacer aquí.
Al menos, yo lo siento así.
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Os dejo el enlace de la descarga de estos libros por si algún lector no los conoce y está interesado:
Lazos de amor:
El mensaje de los sabios:

domingo, 25 de noviembre de 2012

DOMINGOS LITERARIOS

TODO DE TI
Quisiera retenerte junto a mi pecho
y estar siempre sintiendo
que tu oyes el latir de mi corazón
 y yo bebo con ansia, tu aliento.
Quisiera detener el vago tiempo
Y devanarlo en hebras muy finas
 Para hacer hilos de cada minuto
y tejer una manta de sueños.
Quisiera que tus manos resposasen
Siempre en mis tersos pechos
Y notar el calor de tu pasión
Al compás rítmico de mi deseo.
Quisiera huir y estar…
al mismo tiempo
Para traerte flores frescas
Cada mañana, antes de que
estés despierto…
y cubrir de colores y aromas
La gloria infinita de nuestro lecho.
Quisiera que fueras tú, el infierno
Para calentar aún más
La pasión que siento
Y cubrirte de caricias y besos
El cuerpo entero,
Desde ahora a tu nacimiento.
Quisiera tenerlo todo de ti,
Tu historia entera,
 tu pasado y tu futuro,
tu presente y tu desvelo.
FLOR Y NATA