Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


jueves, 5 de diciembre de 2013

MOMENTOS CON ENCANTO



Hay momentos, incluso instantes, que bien valen una eternidad. Son períodos que pueden durar poco, que pasan brevemente o que se visten con lo efímero pero que perduran en el alma por siempre.
Lo bueno, lo mejor, en estos casos, es saber reconocerlos cuando pasan y poder entrar en ellos cuando lo necesitamos.
Los momentos con encanto pueden suceder en cualquier parte, pero no con cualquier persona. Suelen ser privilegio de un tiempo en el que uno entra sin pretenderlo, en el que te dejas llevar por la necesidad de que ocurra algo en tu vida y en el que sin buscar, encuentras. Para eso hay que dejar que la vida suceda, que transcurra y que se recree en nosotros.
Muchas veces estos instantes no suceden como algo ajeno. No son externos. Siempre he dicho que la felicidad nadie nos la trae a casa. Ni nuestras lágrimas importan al vecino, ni nuestro gozo anima al de enfrente. Uno vive la vida demasiado solo. Por eso, tal vez, en la soledad de nuestro interior hemos de aprender a crear esos momentos con encanto.
Cuando no ocurren, cuando tardan demasiado tiempo en llegar, tal vez sea bueno que sepamos cómo entusiasmarnos a nosotros mismos, como embelesarnos con lo que nos gusta y darnos un capricho para los sentidos que cale hasta el alma.
Si hace mucho que los hados no nos regalan un pedazo de cielo vayamos en su busca. Es una inversión con premio seguro porque si la felicidad no llega a nuestra puerta hemos de facilitarle el camino.
Nadie lo hará por nosotros.

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