Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


viernes, 6 de diciembre de 2013

¿PARA QUÉ SOMOS TAN DISTINTOS?



Cuando pienso en las personas que han hecho tanto por los demás siento que para algo somos diferentes. Que cada uno tenemos una misión y que lo mejor de todo es descubrirla, sea cuando sea, no hay tiempo para la excelencia.
La muerte de Nelson Mandela, Ghandi, Teresa de Calcuta y tantos y tantos más que han dedicado su vida al AMOR incondicional sobre los demás y a la lucha, pacífica o vehemente, de los derechos de los oprimidos, me estremece. Hay algo en mí que me llama a empeñarme por los más desvalidos, a ser solidaria con el dolor de otros y a amar la libertad de conseguir que en las diferencias no haya opresión, ni nadie levante la cabeza por encima de otro para asfixiarle, ni se pise fuerte sobre el débil.
Todos podríamos hacer algo más de lo que hacemos. Todos podríamos tener un reino de Taifas creado a la medida del malestar que apreciamos en los que tenemos alrededor y desde nuestra pequeña almena, lanzar redes salvadoras para que otros puedan asirse antes de morir en la derrota de la soledad, la pobreza o la miseria del alma.
Hay corazones inmensos. Pero no son privativos de unos pocos. Todos tenemos uno. Todos. A veces demasiado cerrado, otras deformado, incluso otras remendado, pero en la ayuda a los demás está la nuestra propia. No hay nada más gratificante que la sensación de que otras personas tengan algo bueno por una acción nuestra. Ayudar es ayudarse. No hay sensación de vacío, entonces, ni de soledad, ni de inadaptación. No hay vida perdida, ni malgastada, ni olvidada si otros son el centro de nuestros desvelos.
Tampoco hay que dedicar cada segundo de nuestro tiempo a los demás. Basta hacer lo posible, en lo pequeño, en nuestro día a día, con el amigo, el vecino, el compañero o incluso el enemigo que lo necesita.
Tal vez, algún día, seamos nosotros los que precisemos de otro corazón que quiera regalarnos lo que nos falta.
Descansa en paz Nelson, la misión de tu vida fue cumplida. Para eso fue larga, para tener más tiempo para amar tu lucha y a los que les beneficiaba.
No hay mejor motivación, para los que quedamos aún aquí, que la gente como tú y esa sonrisa tuya siempre abierta al otro.

2 comentarios:

  1. La historia que escribieron esas grandes personas demuestra que la superación por el bien común es posible.

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  2. Xuan es cierto, la bondad con la que uno se regale al mundo mueve montañas.
    Un abrazo

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