Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


sábado, 1 de junio de 2013

ESPERANDO OTROS TIEMPOS...




         Siempre me ha encantado la comunicación. Creo que ella es lo que verdaderamente nos hace humanos, una de las pocas cualidades que hemos ganado a la especie para trascenderla. La herramienta más poderosa y preciada de todas las que poseemos.
         Poder transmitir lo que sentimos, verbalizar pensamientos, atraer la atención del otro mediante la palabra, sugerir, orientar, comprender, asistir, colaborar o implementar son algunas de las vías que se abren ante cada uno de nosotros a través del lenguaje. Y es que en el fondo, la palabra no es sino un eslabón más para mantenernos unidos.
Somos seres sociales y solamente a través de la relación con los demás descubrimos la dimensión propia. No cabe pensarnos en soledad, aunque a veces sea un estado elegido, y mucho menos nos imaginamos en ella cuando es obligado.
Hay un cierto temor que nos asola a todas las madres y es que nuestros hijos abandonen el hogar. Es un sentimiento de fuerte dependencia que clama por abrirse paso entre la sensatez y la cordura de reconocer que han de hacer su vida, que deben volar para seguir creciendo y que nuestra presencia en sus días solamente tiene sentido desde el respeto por sus decisiones.
Hemos colaborado en su felicidad desde su nacimiento pero es ahora cuando hay que demostrar que nos importa como la vayan construyendo por sí mismos. Lo peor es enfrentarnos al vacío que quede tras su marcha. Para recuperar nuestro espacio, ese que hemos cedido incondicionalmente a sus pasos, debemos crearlo nuevamente.
Hay que preguntarse qué nos cautiva, cuales son las metas que siempre han estado esperando su momento, cómo nos sentimos mejor cuando disponemos de tiempo a nuestro favor y descubrir de nuevo, lo que nos apasiona.
La vida es cíclica. Todo cambia demasiado rápido. Todo se transforma sin remedio. Nosotros mismos, aunque pretendamos dilatar las situaciones para que el tiempo sea benévolo con los sentimientos y consiga en ellos un equilibrio homeostático, no somos los mismos en períodos de tiempo sucesivos.
A veces, cuando cierro los ojos e imagino la casa en silencio…sin la música alta mientras duran los baños, las ventanas abiertas durante el estudio, las pipas, las patatas y golosinas encima de las mesas o simplemente ese desorden continuado y siempre pospuesto en función de la ausencia de tiempo libre…me invade una angustia infinita de la que me parece que me va a costar salir.
Otras me veo entregada a lo que me gusta, ejercitando lo que he anhelado desde siempre o cumpliendo metas pospuestas mientras llegan los fines de semana de reencuentros, lavadoras rápidas y pizzas, de nuevo.
Entre una situación y la siguiente…siento temor ante las soledades que me abrazan amenazando días grises de silencios impuestos y esa especie de fantasma amenazador que me susurra al oído que muy pronto todo será diferente.
Aunque no tiene por qué ser peor. Con eso me quedo y en esa esperanza miro a un mañana que cada día veo más cerca.

TU CUMPLEAÑOS



El día en el que has nacido se ha convertido, seguramente, un día especial para mucha gente. Una fecha en el calendario exclusiva para quien te ama y sin duda, un momento inolvidable para tu madre.
         Has visto la vida a través de ese llanto con el que la comenzamos y has aprendido muy pronto que llorar significa expresar la rabia o la tristeza ante un desagrado tras el que, seguro, se aprende a reír.
         Se preguntan, cuándo te ven, cómo puedes seguir sonriendo siempre ante las dificultades y de qué forma logras subir, uno a uno, los peldaños de la adversidad cuando te toca. Conozco bien tu infancia y las carencias de ella. Conozco también tu fortaleza de corazón ante los vacíos que entonces te regalaba la vida pero sobre todo conozco, el tenaz esfuerzo con el que te empeñaste siempre en sentirte feliz a pesar de las circunstancias que te rodeasen.
Ese ha sido tu secreto. Brindar, con la copa de la alegría, por lo bello de la vida fuese esto una realidad en la tuya o simplemente una esperanza.
         Debería haber muchas personas como tú. Sembrando optimismo por dónde camina. Recolocando los cimientos de las ilusiones a todos los que le rodean. Regalando sonrisas a los que no creen en ellos mismos y tendiendo la mano, sin esperar el cambio, a quienes lo necesitan a tu lado.
         Hoy es un día especial, sin duda. Para mí que tengo la suerte de conocerte y que vivo el privilegio de quererte tanto, pero sobre todo, por ser la depositaria de tu eterna esperanza sin pedir nada a cambio.
         Escucha en el silencio, este ¡! Feliz Cumpleaños!! como el mejor canto a esos cuidados y protección que nos regalas a todos.
Que hoy sea también, para los tuyos, un ejemplo inolvidable y permanente de cómo debe vivirse el tiempo que se cumple a favor del compromiso que todos deberíamos tener con la existencia y que sigas velando mis sueños con el desvelo que siempre tuviste por verme feliz.
        


jueves, 30 de mayo de 2013

EL MIEDO MÁS DOLOROSO




         Hoy he estado conversando con una persona que vive, dentro de su casa, una situación de maltrato emocional. Mientras relataba aspectos escabrosos de una relación amorosa socialmente correcta, iba pensando lo terrible que es que esto suceda dentro de casa.
         El lugar que debería erigirse como el templo sagrado del amor que un día elegimos construir, se transforma en una celda de castigo diariamente. A lo que podemos añadir la falta de comprensión por parte de lo que más nos aman al no tener ni siquiera información sobre lo que nos pasa. Y es que contar que hemos fracasado tanto y de tan mala forma es aún más doloroso si cabe.
         El miedo se va  apoderando de la voluntad, de la autoestima, de la fortaleza de carácter, de la valentía e incluso del razonamiento práctico. La víctima comienza a aislarse en el pensamiento erróneo de cuidar las apariencias y de que todo parezca otra cosa. Pero el drama que se vive en soledad aumenta por momentos sin solución ninguna.
         No debería ser así. Muchas veces he pensado que el matrimonio debería ser, en realidad, un contrato renovable que se acabase sin más de no ser solicitado de nuevo por ambas partes. De este modo, muchas de las dificultades normativas, legales y materiales podrían disponerse a favor del amor, si sigue existiendo, y no en su contra.
         Convivir no es fácil. Y sobre todo, no lo es porque cada persona llegamos a la pareja con unas costumbres, una forma de ver la vida y de interpretar lo que sentimos. A lo que se añaden todos los esquemas de comportamiento que recibimos, desde nuestra infancia, por nuestros padres y el ambiente social en el que hemos crecido.
         El amor, cuando es AMOR, mueve montañas. No estoy a favor de los contratos, ni de las firmas para validarlo. No son imprescindibles y ni siquiera estoy segura de que sean convenientes.
Estamos inmersos en una sociedad que todo lo tipifica y enmarca en un abanico de normas y leyes encorsetadas con las que más tarde pretende avalar los compromisos. Pero el amor no puede normativizarse, ni colocar a plazo fijo, ni se le puede exigir unos rendimientos de acuerdo a lo invertido.
El amor solamente se mantiene con el esmero de seguir queriendo, con la entrega como regalo, con la permanente dedicación a él…solamente respira si no se le asfixia, si la libertad guía sus pasos y si cuando tiembla de miedo por temor a extinguirse, estamos ahí para llenarlo de ternura y alimentarlo de nuevo.
El miedo dentro de casa es tan abominable como antagónico al sentimiento de cuidado recíproco que la gente, que decide unir sus vidas, deberían dedicarse siempre.
No hay otra forma posible de entenderlo o no hablamos de lo mismo.







miércoles, 29 de mayo de 2013

UN CUENTO Y SU MENSAJE

EL GUSANO Y EL ESCARABAJO

Un gusano y un escarabajo eran amigos y se pasaban charlando largas horas.

El escarabajo era consciente de que su amigo el gusano era muy limitado en movilidad, tenía visión muy restringida y era muy tranquilo y pasivo comparado con los escarabajos.

El gusano, por su parte, era muy consciente de que su amigo el escarabajo venía de otro ambiente, y de que, en comparación con los gusanos de su especie, comía cosas desagradables, era muy acelerado, tenía una imagen grotesca y hablaba con mucha rapidez.
Un día, la compañera del escarabajo le cuestionó a éste su amistad con el gusano, preguntándole cómo era posible que caminara tanto para ir al encuentro de un ser tan inferior, un ser tan limitado en sus movimientos, y por qué seguía siendo amigo de alguien que ni siquiera le devolvía los saludos efusivos que el escarabajo le hacía desde lejos.

Pero el escarabajo era consciente de que, debido a lo limitado de su visión, el gusano muchas veces ni siquiera veía que alguien lo saludaba y, si acaso llegaba a notarlo, no distinguía si era o no el escarabajo, y por ello no contestaba el saludo. Sin embargo, el escarabajo calló para no discutir con su compañera.

Fue tanta la insistencia del escarabajo y tantos sus argumentos, cuestionando la amistad que su compañero mantenía con el gusano que el escarabajo decidió poner a prueba esa amistad alejándose del gusano para esperar a que éste lo buscara.

Pasó el tiempo, y un día llegó la noticia de que el gusano estaba muriendo, pues su organismo se había resentido por los esfuerzos que cada día hacía para ir a ver a su amigo el escarabajo y, como no lo conseguía durante toda una jornada diurna, el gusano tenía que volver sobre sus pasos para pasar la noche en el refugio de su propia casa.

Al saber esto, el escarabajo, sin preguntar a su compañera, decidió ir a ver al gusano.

En el camino se cruzó con varios insectos que le contaron de las diarias e infructuosas peripecias del gusano para ir a ver a su amigo el escarabajo y averiguar qué le había pasado. Le contaron de cómo se exponía día a día para ir a buscarlo, pasando cerca del nido de los pájaros. De cómo sobrevivió al ataque de las hormigas y así sucesivamente.

Llegó el escarabajo hasta el árbol donde yacía el gusano esperando ya el momento final. Y al verlo a su lado, el gusano, apenas con un hilo de vida, le dijo al escarabajo cuánto le alegraba ver que se encontrara bien. Sonrió por última vez y se despidió de su amigo sabiendo que nada malo le había pasado a éste.

El escarabajo sintió vergüenza por haber permitido que las opiniones de otros minaran su amistad con el gusano y sintió dolor por haber perdido las muchas horas de regocijo que las conversaciones con su amigo le proporcionaban y, sobre todo, por haberle puesto en una situación que le causó la muerte.

Al final entendió que el gusano, siendo tan diferente, tan limitado y tan distinto de lo que él era, era su amigo, a quien respetaba y quería porque, a pesar de pertenecer a otra especie, le había ofrecido su amistad. Y así aprendió varias lecciones ese día:

•La amistad está en ti y no en los demás. Si la cultivas en tu propio ser, encontrarás el gozo del amigo.

•El tiempo no condiciona las amistades. Tampoco lo hacen las razas ni las limitaciones propias o las ajenas.

•El tiempo y la distancia no son los factores que destruyen una amistad. La destruyen las dudas y nuestros temores.

•Cuando pierdes un amigo, una parte de ti se va con él. Las frases, los gestos, los temores, las alegrías, las ilusiones... todo lo que ambos compartieron en el tiempo, se va con él.

El escarabajo murió poco después. Nunca se le escuchó quejarse de quien mal lo aconsejó, pues fue decisión suya el prestar oídos a las críticas sobre su amigo.

Si tienes un amigo no pongas en tela de juicio lo que él es, pues sembrando dudas cosecharás temores. No te fijes demasiado en cómo habla, cuánto tiene, qué come o qué hace, pues con ello estarás echando en saco roto tu confianza.
Reconoce la riqueza de quien es diferente a ti y, aun así, está dispuesto a compartir contigo sus ideales y temores. La esencia del gusano y el escarabajo se volvieron una sola en el plano más allá de esta vida.
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"Voy a pasar por esta vida una sola vez. Cualquier cosa buena que yo pueda hacer o alguna amabilidad que pueda hacer por alguien, debo hacerla ahora, porque no pasaré de nuevo por aquí".
MADRE TERESA DE CALCUTA .

martes, 28 de mayo de 2013

TODO PUEDE EMPEORAR




         Por muy mal que vayan las cosas, todo puede ir peor. Frecuentemente solemos abatirnos con los problemas que nos van llegando y a veces, muchas veces, éstos nunca llegan solos.    
         La vida nos demuestra que las cosas aún pueden ir peor, al igual que también pueden mejorar. Cuando estamos ante un problema, nada nos parece más grande. La mente es reduccionista con el dolor y atrapa lo máximo posible en un tiempo record. De inmediato creemos que nuestra desgracia es única o al menos, lo es para nosotros. Incluso cuando una desgracia es compartida y afecta a varias personas a la vez, seguimos creyendo que como nosotros no sufre el del al lado y que lo que sentimos allá adentro es inigualable.
         Nos volvemos egoístas y un tanto ciegos cuando sufrimos. Nuestras penas nos aíslan dentro de un caparazón de soledad en el que no creemos que lo que sucede sea comparable con lo que les ocurre a los demás.
         La vida es tan cambiante, como hemos dicho muchas veces, que nunca ni nada se repite en nadie, aunque todo parezca igual. Por eso es esperable que las circunstancias cambien, que se modifiquen los sentimientos, que los pensamientos se transformen y que las actitudes varíen. Y por esto no dejamos de ser nosotros mismos, eso sí, más capaces de adaptarnos a las situaciones y por tanto mejor vacunados contra los avatares y desgracias que el tiempo traiga.
         A todos nos suceden hechos que nos duelen. Todos pasamos por estados de soledad, apatía, abulia, ira, impotencia y rebeldía. Todos hemos vivido esas ganas de bajarnos del tren e iniciar otro viaje diferente. A nadie se le oculta el antifaz que se nos pone delante del corazón cuando sufrimos. No vemos nada más que el negro telón de fondo que lo tapa todo y que solícito extiende sus brazos para envolvernos dentro.
         La luz nunca está fuera, en estos casos, sino dentro. No hay más remedio que pararnos. Detenernos y frenar en seco. Posicionarnos delante de nosotros como si fuésemos otros y tratar de hablarnos como si la arenga la estuviésemos vertiendo sobre el de enfrente.
         Una especie de juego eficaz consiste en pensar qué palabras buscaríamos para calmar a un amigo. Qué pensamientos llegarían a nuestra cabeza, qué actitudes tomaríamos con él y cuánto afecto derrocharíamos en el intento de que mejorase.
Aplicarlo a nosotros mismos es un verdadero antídoto contra los efectos del malestar y la tristeza. Porque al fin y al cabo…¿algún amigo de nosotros mejor que uno mismo?.