Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


viernes, 27 de diciembre de 2013

EL DÍA DE CADA UNO



El día de cada uno no es el de nuestro santo, ni aquel en el que hemos nacido, ni siquiera coincide con fiestas, onomásticas o celebraciones determinadas. El día nuestro es aquel en el que decidamos sentirnos bien, donde instalemos la tranquilidad y elijamos lo que verdaderamente nos gusta.
         Un día en el que todo esté a nuestro favor, dónde estemos rodeados de lo que nos llena de felicidad, en el cual nos podamos dar un capricho y en el decidamos cada una de las acciones que vayamos a protagonizar.
         Nada hay más placentero que dedicarnos un día a nosotros mismos. Un día en el que seamos nuestros propios amantes, en el cual estén prohibidos los enfados, las malas caras y las expresiones de desagrado. Un día especial, en el cual, lo más exclusivo que haya lleve nuestro nombre y apellidos.
         Este día puede ser compartido o podemos vivirlo en solitario. Si lo compartimos, hemos de hacerlo con una persona especialmente afín a nosotros. Alguien que nos llene de gozo, un ser con el que sintamos que la vida se mejora y que con su presencia todo prospera. Si por el contrario, lo vivimos en solitario hemos de dialogar con nuestro interior, preguntarle por lo que quiere hacer y dejarnos llevar por la necesidad de sentirnos bien.
         Deberíamos reservarnos un tiempo nuestro, un espacio y un lugar. Y deberíamos hacerlo antes de final de año si no lo hemos hecho aún. Posiblemente sea un buen momento para hacer balance de lo que hemos vivido durante los 365 días que están cercanos a terminar. Tal vez también, podamos encontrar razones nuevas para plantear el año que comienza o rescatar el aprendizaje que nos ha dejado cada una de las dificultades que hemos vivido, las luchas en las que hemos participado o los errores y las equivocaciones a los que nos hemos sometido.
         No es mal momento para decir a todos que se arreglen solos por un día, que tenemos una cita con nosotros mismos ineludible y que de ella depende que sigamos adelante con la fortaleza necesaria para seguir regalándonos con lo mejor que somos.  

jueves, 26 de diciembre de 2013

LAS OTRAS NAVIDADES



Hay muchas Navidades distintas. Estamos en un momento especialmente complicado y eso parece justificar que el color y el brillo de estas fiestas sean diferentes. Pero en realidad, hay muchos mundos en éste. Muchas situaciones diversas, momentos duros, enfermedades, accidentes, falta de recursos, odios añejos y diferencias insalvables que en este tiempo distinto aumentan como si la levadura hubiese hecho su efecto después de reposar a lo largo del  año.
         La Navidad está dejando de gustar a mucha gente. Ha perdido gran parte, o todo, de su sentido religioso, del que realmente le confería un tono íntimo, entrañable y recogido. Se le ha escapado la magia que solamente se conserva en los niños muy pequeños, y aún éstos van perdiendo el encanto de creer en los Magos de Oriente para recrear a un personaje más americano que saben que no es real pero que simboliza la llegada de regalos añadidos.
         Lo que no podemos dudar es que es un paréntesis en la vida diaria. Algo se altera con ella, de alguna forma, sea como sea y responda a la obligación o a la devoción, tenemos la mente dispuesta de otra forma.
Es bueno también ver otras navidades, las de quienes sufren sin fechas en el calendario, las de aquellos que sienten carencias siempre y sin ningún alto en el camino, la de los otros, los raros, los que nos producen indiferencia o rechazo, los que van por otra acera, los que salen del armario o los que son como una cesta. Todos aquellos que son objetivo de nuestra diana, punto de mira de nuestra revolver, centro de nuestro juicio y nuestra condena.
No  imaginamos a otros cuyas navidades se esfuman antes de comenzar. No queremos penas al lado, ni enfrente, ni encima, ni debajo. Preferimos creer que todo es brillo, espuma y brindis por doquier. Pero. de vez en cuando, no está mal pasarse por los hospitales, por las calles y esquinas, por las plazas con bancos, por las papeleras y contendores y por  cualquier lugar donde haya personas que sufren, que carecen, que penan, que temen, que  están condenadas, que son juzgadas y que están muy lejos de tocar la estrella del cielo navideño.
Posiblemente, la verdadera navidad sería no olvidarse de ellos aunque nada más sea para relativizar los problemas que nos asisten.                                                                    

martes, 24 de diciembre de 2013

MENÚ NAVIDEÑO

         El menú de esta noche debe ser distinto. Debe contener ingredientes que nunca se usen, condimentos que no aparezcan en ninguna receta y dosis que no estén establecidas para ningún plato.
Mi menú de esta noche estaría repleto de viandas saladas, portadoras de la sal de la vida, hechas con millones de sonrisas, con picardía y  encanto. Aderezado con alegría, esperanza y entusiasmo. Adornado con pasión, fantasía y sueños. Salpimentado con especias exóticas, con imaginación desbordante y arrebatos llenos de frenesí por doquier.
Esta noche sería capaz de amar sin límites, de sentir emociones a fondo perdido, de invertir en felicidad sin esperar nada a cambio.
Podría abrir las puertas del corazón y regalar amaneceres llenos de futuros, tomar de la mano del que sufre y ofrecer abrazos que abriguen por siempre cuando se necesiten.
Regalaría pedacitos de ilusión con lazos verdes. Uno para ti, otro para el de enfrente, uno para el amigo, otro para el enemigo, uno para el que sufre, otro para el que necesita…Ilusiones llenas de esperanza, con relleno de vainilla negra para que el corazón no olvide que hay siempre pruebas que la vida nos pone, empeñada en demostrar su grandeza.
Esta noche, haría un menú especial. Rebosante de besos y caricias, de apretones de manos y miradas cálidas, de sonrisas bailando en libertad sobre el vacío ajeno, de miradas profundas con el brillo mágico de quien ama siempre y en todo momento.
El menú de esta noche debe durar todo el año, por eso, amasaré cantidades ingentes para que cada uno de vosotros pueda tomar su pedazo y con el primer bocado, brindar por un tiempo nuevo en el seamos siempre mejores.
¡! FELIZ NAVIDAD!

domingo, 22 de diciembre de 2013

EL BARQUERO INCULTO



Se trataba de un joven erudito, arrogante y engreído. Para cruzar un caudaloso río de una a otra orilla tomó una barca. Silente y sumiso, el barquero comenzó a remar con diligencia. De repente, una bandada de aves surcó el cielo y el joven preguntó al barquero:
--Buen hombre, ¿has estudiado la vida de las aves?
--No, señor -repuso el barquero.
--Entonces, amigo, has perdido la cuarta parte de tu vida.
Pasados unos minutos, la barca se deslizó junto a unas exóticas plantas que flotaban en las aguas del río. El joven preguntó al barquero:
--Dime, barquero, ¿has estudiado botánica?
--No, señor, no sé nada de plantas.
--Pues debo decirte que has perdido la mitad de tu vida -comentó el petulante joven.
El barquero seguía remando pacientemente. El sol del mediodía se reflejaba luminosamente sobre las aguas del río. Entonces el joven preguntó:
--Sin duda, barquero, llevas muchos años deslizándote por las aguas.
?Sabes, por cierto, algo de la naturaleza del agua?
--No, señor, nada sé al respecto.
No sé nada de estas aguas ni de otras.
--¡Oh, amigo! -exclamó el joven-.
De verdad que has perdido las tres cuartas partes de tu vida.
Súbitamente, la barca comenzó a hacer agua. No había forma de achicar tanta agua y la barca comenzó a hundirse. El barquero preguntó al joven:
--Señor, ¿sabes nadar?
--No -repuso el joven.
--Pues me temo, señor, que has perdido toda tu vida.
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No es a través del intelecto como se alcanza el Ser: el pensamiento no puede comprender al pensador y el conocimiento erudito no tiene nada que ver con la Sabiduría*.


http://www.pilarsocorro.com/textos/Textos_04/El%20Barquero%20Inculto.htm

DOMINGOS LITERARIOS



TE ENSEÑARÉ
Te enseñaré a volar,
pero no podré volar por ti tu vuelo
aprenderás… a surcar el aire
pero me extrañarás si no te veo.
Te enseñaré a decir la verdad
Pero no podré levantar el velo
Aprenderás… a sentir dolor sin miedo.
Te enseñaré a soñar,
Pero no podré soñar por ti tu sueño.
Aprenderás… a despertar sereno
Te enseñaré a amar,
Pero no podré querer por ti luego.
Aprenderás… a ser sincero.
Te enseñaré a caminar,
Pero no podré labrar tu sendero.
Aprenderás… a multiplicar los besos.
Te enseñaré a   llorar,
Pero no podré ser tu llanto seco.
Aprenderás…a beber los silencios.
Te enseñaré a acariciar,
Pero serás tú quien lo hagas luego.
Aprenderás…a deslizar tu mano sobre mi cuerpo.
Te enseñaré a gozar,
Pero no podrás tener solo deseo.
Aprenderás…que el amor es algo más que eso.
Te enseñaré el valor de un beso,
Y podrás entonces besarme
Si logras ser de mi, completo.
Aprenderás…que apenas queda tiempo.
Te enseñaré a llegar al cielo,
Y que seas cometa y yo
mano de niño pequeño,
que en tu boca escriba
lo inmenso del amor que tengo.