Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


miércoles, 1 de enero de 2014

BOCADILLO DE GALLETAS



A veces pienso que soy extraña porque lo que me gusta me gusta mucho y lo que no, nunca será elegido por mí, en ninguna de sus formas. Soy una mujer de extremos, no me gusta el gris, ni el agua tibia ni tampoco el centro. Me encantaría lograr el equilibrio en la tensión de los contrarios, pero me resulta muy difícil porque en el fondo, no quiero.
Las galletas son uno de mis alimentos favoritos y a veces, muy de tarde en tarde, me preparo un bocadillo de ellas. Este consiste en flanquear una galleta central de estilo y composición diferente, con otras dos que la resguarden.
Se trata, tal vez, de más de lo mismo. Es decir, llenarme de aquello que me produce un exquisito y dulce placer para sentir que hay cosas que merecen repetirse y que de cualquier forma, gustan.
Nuestro bocadillo de galletas hoy, que comienza el año, será la propuesta de reforzar lo mejor que tengamos, de cuidarlo y seguirlo, de alimentarlo y mimarlo. Porque a veces, lo mejor ya está en nuestras manos y sin embargo buscamos en lugares equivocados motivos por motivos erróneos.
En ocasiones, lo que nos gusta, lo que nos convierte en más y mejor está al alcance de la mano. Ahí mismo, frente a nosotros o a nuestro lado. Hay que mirar bien para poder ver mejor. Y atreverse a vivir!. ¿En cuántas ocasiones hemos perdido oportunidades por falta de arranque, por miedo, por inseguridad, por creernos con la respuesta antes de que nos la den y sobre todo por imaginar  lo que va a pasar antes de que suceda?.
Cuando queramos iniciar nuestros intentos de mejora para los 364 días que quedan, tal vez haya que añadir el factor riesgo. No hay compensación cuando uno no apuesta y no se hace cuando no queremos perder. Pero cuando no se pierde, tampoco se gana, a lo sumo nos quedamos en la misma situación y lo que sí, seguramente, perderemos son las oportunidades de ser felices, que potencialmente están ahí para nosotros. Porque la vida siempre nos espera. Por mucho que queramos retrasarnos, ella nos llama y pacientemente espera a que aceptemos los retos.
Arriesgar, comprometer y asumir lo que está por llegar es uno de los bocadillos que pienso comerme de un solo bocado cada uno de estos días restantes.

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