Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


martes, 7 de enero de 2014

VUELTA A LA NORMALIDAD



         Volver a algo a veces es un placer; otras es una condena y a la mitad del camino, entre una cosa y otra, está la sensación de recuperar la normalidad, que a la larga se convierte en una circunstancia, al menos, segura.
Ya nos conocemos en las rutinas. Ellas nos dan seguridad y sobre todo nos instalan en la comodidad de saber dónde estamos y cómo lo hacemos.
Las sorpresas, los días de fiesta, los encuentros, los abrazos, las risas y las noticias enlatadas que intercambiamos a lo largo de estos días, ya quieren ceder paso a los horarios matutinos, a la sensación de protesta incondicional y a ese ceño fruncido que se nos pone cada vez que se agolpan las tareas y no podemos con todo.
Hay, también, una sensación de añoranza, de pérdida de libertad, de disfrute ya sucedido que nos deja un gustito de boca muy especial. Nos agrada sentir que, a pesar de haberlo pasado bien o mal, estábamos en un tiempo diferente, en unos días especiales que se han ido.
Este juego de contrarios nos ayuda a retomar la vida normal, la del día a día, la que estamos locos por cambiar pero que cuando lo hacemos también añoramos.
Estrenamos un nuevo año, nueva ropa, regalos, tal vez, e intenciones que acaban de ponerse en práctica tratando de no fracasar. Estamos subiendo los primeros escalones de los propósitos, las promesas y los proyectos. Es fácil hacerlo al principio; nos sentimos un poco nuevos, un poco mágicos aún y bastante decididos a que este año, por fin, podamos lograr lo que siempre queda en mera fantasía.
Solamente nos hace falta mantener la intención. Perseverar en ella con la única voluntad del día a día. Es lo mejor. Las metas largas no sirven. Hay que levantarse en la mañana y decidir que por ese día vamos a cumplir lo que nos hemos propuesto. Sin más.
Después de ese día vendrá otro nuevo en el que el mismo afán abarcará únicamente esas 24 horas. Uno tras otro…y al final, este será el año en el que hagamos realidad muchos de los sueños que dependen de nosotros. Y no olvidemos que son casi todos.

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