CUANDO TODO PARECE IR MAL...

A veces cuando parece que todo va mal, en realidad se trata de un impulso de tu alma para que encuentres el equilibrio. Y en esos momentos que de verdad lo necesitas, algo aparece, alguna cosa llega a tus manos para ayudarte, una señal que colabore en restablecer lo perdido o en dar la vuelta a la parte dolorida.

         Hoy no tuve que buscar. Llegó a mí. Y me ha hecho detenerme un rato para leer su interesante mensaje y tomar de él lo que necesitaba, justo eso.

         Por si a algún lector le puede ayudar, aquí os lo dejo.

El comienzo de mi semana no ha sido bueno, pero tengo la mirada puesta en el sol que saldrá mañana de nuevo también para mí.

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         LLEGARÁ A TUS MANOS EN EL MOMENTO PRECISO, JUSTO AQUELLO QUE NECESITES PARA SEGUIR CON TU EVOLUCIÓN.

La mente debe de entrar en un estado donde pueda percibir sin el proceso de reconocer. Cuando empiezas a ver que la mente está condicionada, dejas de intentar cambiar ese condicionamiento y comprendes que cualquier acción hacia el cambio proviene desde el conocimiento, es decir desde el pasado.

Si percibimos en mayor o menor grado, -con sus altibajos- que no somos felices buscamos lo opuesto la felicidad, la sensación de infelicidad que tanto rechazamos, la tratamos de convertir en felicidad.
La memoria que está en el pasado, a través de su hilo conductor que son los pensamientos, viene en tu ayuda y en el mejor de los casos lo único que puede proporcionarnos es placer en cualquiera de sus vertientes.

Todos lo hemos experimentado, el placer lleva su opuesto y no tardara en atraparnos de nuevo generando más experiencia, mas residuos en forma de conocimiento. Volverán una y otra vez en tu "ayuda" cuando te sientas de nuevo infeliz.

Es el bucle en el que nos encontramos todos y afortunados son los que lo pueden ver, pues comienzan a darse cuenta que la cosa no viene de afuera sino de dentro.

El yo, el ego es un problema que el pensamiento no puede resolver pues él ha sido el creador de sí mismo, para transcenderlo debe de haber UN DARSE CUENTA sin interferencia del pensamiento, sin condena ni justificación,... tan solo un darse cuenta, sin más, ni menos. Eso es suficiente para el milagro opere.