Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


miércoles, 28 de mayo de 2014

LOLITA Y EL EROTISMO



El erotismo es una dulce senda que conquista los aspectos más fascinantes del sexo. Qué duda cabe que es mucho más bello y envolvente lo que es sugerido a lo que es evidente, al menos en el ritual de la seducción. Sin embargo, en ocasiones, el erotismo se convierte en un arma peligrosa capaz de destruir la voluntad de cualquier persona y de llevarse por delante, las virtudes más elementales de un ser humano, aún a pesar de sus mejores intenciones.
Veamos, brevemente el argumento de esta antigua película que, sin duda, no nos dejará indiferentes


Lolita es una película dirigida por Stanley Kubrick en 1962, protagonizada por Sue Lyon y James Mason. Está basada en la novela del mismo título de Vladimir Nabokov.
El novelista de mediana edad Humbert (James Mason) decide pasar un verano en Ramsdale, New Hampshire, antes de volver a su trabajo de profesor en otoño. Mientras está buscando alguna casa donde alquilar una habitación, llega a casa de Charlotte Haze (Shelley Winters). No le convence mucho alquilar la habitación allí, pero en el momento en que Charlotte va a enseñarle el jardín, allí está la hija de Charlotte, Lolita (Sue Lyon), una preciosa adolescente de 14 años, por la que Humbert se obsesiona sexualmente.
Decide alquilar la habitación en la casa, para estar cerca de Lolita. Charlotte se enamora de Humbert, pero él piensa sólo en Lolita, quien por una parte le sigue el juego y por otra le hace sufrir. Finalmente Humbert se casará con Charlotte y así podrá estar siempre cerca de Lolita (…)


Este film es toda una obra de arte en la expresión y el desarrollo de un brutal ritual, de sometimiento pasional, al que puede verse dirigido el ser humano.
Orquestada por una adolescente descarada e implacable, se dan cita, en esta película, algunos de los temas más transcendentales de la vida: amor, sexo, muerte, desesperación…Todo ello aderezado por el desasosiego de la pérdida de identidad del protagonista a manos de una niña nada infantil.

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