Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


jueves, 10 de julio de 2014

AMPLIAR LAS LIMITACIONES



Hoy leí algo que me dejó pensativa: …”Amplía tus limitaciones y encontrarás la verdadera medida de tu poder.
Demóstenes agravó su dificultad para superarla con creces.  Ante el conflicto de saber que no era capaz de pronunciar las palabras unidas, metió piedras en su boca hasta que logró verbalizar las frases  de forma seguida. Una vez conseguido sacó las piedras y su tartamudez había desaparecido.
Así que vamos a tener que agravar voluntariamente la dificultad para ser independientes, hacer un esfuerzo mayor, trabajar más, ejercitarnos en algo…ampliar nuestros límites y poder decir finalmente: “La dificultad que tenía era insignificante, una verdadera tontería.”
En ocasiones, lo experimentamos cuando aparece la queja. Basta que nos quejemos de algo para que las circunstancias se agraven y además del motivo de ella, aparezcan otros nuevos que la empequeñezcan.
Lo importante es reconocer lo que nos sucede y cómo somos. Saber dónde está nuestra debilidad y qué alcance abarca. Pero sobre todo, recordar que una persona no está acabada cuando se cae, sino cuando deja de levantarse.
Hay personas que no son capaces de resolver sus conflictos y, sin embargo, quieren resolver los problemas de todo el mundo. Cuando no resolvemos primero nuestros problemas sino que tratamos de resolver los de los demás, nos estamos enfrentando al conflicto equivocado. Las dificultades tienen el propósito de que nos  mejoremos a nosotros mismos, que nos ayudemos a crecer, no a que nos amarguemos sin remedio.
Los temores que se instalan en la mente crecen desmesuradamente con nuestro aliento porque estamos siempre dispuestos a apoyarlos antes que a despedirles cortésmente y abrir la puerta a lo bueno que esté por venir.
Debemos estar seguros de que la mejor ayuda está al final de nuestro brazo y que por mucho que busquemos, somos nosotros mismos, al cien por cien, la persona idónea a la que nos tenemos que unir.
“El hombre nace libre, responsable y sin excusas”. (Jean-Paul Sartre)
¿Y tú?

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