Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


martes, 22 de julio de 2014

LO ÚNICO POSIBLE



Efectivamente el pasado es recurrente, a veces. Nos quedamos pegados a los sucesos, al sabor dulce que nos dejó en la boca lo que vivimos, al aroma delicioso de lo que nos encandiló. Sobre todo, nos demostramos, una y otra vez, que somos tremendamente creativos. No dejamos de inventar problemas con los recuerdos, ni olvidamos una simple coma de lo que sucedió.
El pasado está ahí. No se puede borrar, ni se debe. Si fue espectacular nos servirá de colchón para surfear en las profundidades del presente y si por el contrario, estuvo lleno de dolor nos habrá enseñado lo que debemos evitar la vez siguiente.
Los que vivimos a golpe de corazón caemos muchas veces en la misma piedra y lo peor es que la terminamos cogiendo del camino, hasta que un día nos la llevamos bajo el brazo para no perderla de vista. Y cargamos con su peso, al que añadimos el de los pensamientos con los que elaboramos castillos sobre lo vivido. Y es que cuando uno repasa lo que recuerda lo hace de otro modo a como fue.
Perdonamos lo malo con mucha facilidad y sin embargo, como por arte de magia, lo bueno, aunque haya sido escaso, parece ser siempre protagonista de nuestro desvelo.
Es importante hacer listados. Alguna vez he hablado de las columnas. Una de los aspectos positivos, otra para los negativos y ojalá en esta segunda mantengamos la buena memoria.
Repasemos después si merece la pena quedarnos atascadas en el pasado. Si es lícito comparar situaciones nuevas con ideas extrapoladas de la realidad que ya no existen y que tal vez nunca existieron. Si realmente debemos sacar lo viejo para dejar entrar a lo nuevo. Y si finalmente, lo que recordamos de lo vivido es lo que realmente pasó. Fantaseamos con bondades que a veces solo existieron en nuestra mirada, en nuestros oídos o en nuestro corazón.
Hay que anclarnos en el presente, que es nuestro único momento posible. Incluso el futuro es un simple presente continuo que vamos desgranando poco a poco, sin sentir que ha cambiado el tiempo y que es ese momento que tanto hemos temido o añorado.
No pasa nada. En realidad, nunca pasa nada. La vida sigue siempre, contigo y aún sin ti. Lo único que queda es no perderse ni un segundo, de nada, incluso de lo peor. Todo sirve para sobrevivir.

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