Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


martes, 9 de septiembre de 2014

LO IMPOSIBLE



Estoy segura que pocas personas no habrán tenido un deseo imposible, un objetivo imposible o un amor imposible.
 Creo que me está llegando el otoño antes de tiempo. Hoy estoy nostálgica. Llena de lo imposible. Resignada a ello. Convencida de ello.
Realmente, el amor que se vive en un  futuro imposible es, tal vez, el más vivo, el más explosivo, el que a base de perderse en el tiempo se encuentra en el momento. Lo absoluto de su dificultad supone un valor añadido de encanto, entusiasmo y desesperación que aporta todo el fuego que la serenidad de lo seguro apaga.
Sin embargo, lo imposible tiene también tonos oscuros. Lo impreciso de su figura, la bruma en su horizonte, las dioptrías en la lejanía.
“Hay que vivir el momento” …estamos acostumbrados a oír. “El presente es lo que importa”…exclaman todos los libros de autoayuda modernos. “Carpe diem” … alentaba la literatura clásica. “Aquí y Ahora”…mantienen los conferenciantes líderes en psicología conductual. 
Es verdad. Solamente tenemos el presente pero qué sería éste sin las ilusiones y esperanzas que están siempre proyectadas en el futuro. Posiblemente necesitamos un mañana cortito, un pasaje al más allá de lo inmediato que no se diluya en el farragoso tiempo  lleno de nada que ha de venir. 
He aprendido que solo el presente no sirve. Que hay que avanzar en los deseos, que progresar en las metas y tener algo por lo que seguir, también mañana.
Lo imposible es un enigma. La magia existe y si no es un hecho real, al menos, la inventaré para poder continuar porque de otra forma, si pienso en “mi insostenible” tomaría otro camino en cuya senda no volviese a encontrarme con lo irrealizable.
Está cerca el otoño. Lo presiento.

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