Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


viernes, 19 de septiembre de 2014

MOMENTOS AMARGOS



Uno de los momentos amargos que pueden tocarnos vivir es el que se deriva de la decepción. Cuando apostamos por algo confiamos en que va a responder como nosotros haríamos. Esperamos que la reacción de la persona sea del tamaño de nuestro sentimiento y colocamos en ellos toda nuestra fe.
La ausencia de respuesta, la debilidad en el hilo que nos mantenía unidos, la niebla que se interpone entre ambos nos somete a iniciar una especie de duelo en el cual uno no cree que lo que está pasando haya pasado ya.
Negar la evidencia, disculpar la ausencia, dispensar lo no dicho, eximir la culpa…es como morder un bocadillo lleno de aire.
Dejar las ganas aparcadas, el deseo esperando en tiempo muerto, la pasión instalada en el silencio y un sabor amargo todo el día rondando el alma, no es fácil.
Esperar un teléfono que no suena, recorrer las calles y no encontrar su cara, mirar a lo lejos para darnos cuenta de que ya no llega, ni a tiempo, ni a destiempo simplemente porque se ha bajado de nuestra vida.
Hay que volver a empezar, pero no con otra persona sino con nosotros mismos. Levantarnos de nuevo, nacer a un nuevo tiempo, aprender a caminar por los sentimientos otra vez, despacito y sin zapatos para notar las rugosidades del terreno y, sobre todo,  bordear los baches para intentar no caer o hacerlo de la mejor forma posible.
Posiblemente la vida sea eso precisamente, darnos cuenta que las únicas expectativas que podemos lanzar sobre nuestra esperanza son aquellas que dependen de nosotros mismos. La otra persona tiene toda la libertad en sus manos para decidir lo que crea conveniente.
Pero sigo pensando que el amor no se va por las rendijas, ni tan siquiera por debajo de la puerta. Que donde hay amor el miedo escapa y que si él se queda nada mas fuerte puede   pasarnos.                                                                         

3 comentarios:

  1. Orange Pipelón Sastoque20 de septiembre de 2014, 1:06

    El amor verdadero siempre se queda, dormido, latente, ...esperando.

    Muchas veces podemos perder la esperanza de volverlo a encontrar y buscamos a uno y otro lado con la esperanza de volver a sentir, sin embargo el amor es como un imán que atrae sin que sepamos exactamente porqué.

    Las mejores páginas de amor han sido escritas por seres que no se conocen...por lo menos eso nos enseñó el Dante o el loco de la Mancha.

    Dicen los expertos que la esperanza en un mañana o el mejor dia por vivir está por llegar y si lo expertos lo aseguran es por algo.

    Debemos alimentarnos de esperanza, de ese escondido sentimiento que nos calienta el corazón lentamente y que en las largas noches de espera, hace volar la imaginación mas allá de las estrellas.

    Creo Flor y Nata que no es precisamente Usted la persona indicada para hablar de desespero y falta de esperanza, porque siempre que te leemos solo encontramos mensajes de lo contrario y esa es una de las mas notables características de tu Bloc que solo consultamos de vez en cuando, pero siempre con el deséo de encontrar y leer optimismo y fé.

    Saludos.

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  2. Gracias Orange por este comentario lleno de esperanza y apoyo, de optimismo y vaolración del positivismo que quiero transmitir a pesar de las tormentas de cada uno.

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  3. Orange Pipelón Sastoque20 de septiembre de 2014, 14:13

    Los marineros sabemos que pasada la tormenta vendrá la calma, los dias de sol y los cielos azules y diáfanos.

    Mira de vez en cuando hacia el mar y recuerda que quienes vivimos en él tenemos el sentido de la esperanza mas desarrollado que los que viven en tierra. Por lo menos eso dicía mi abuela y ella era sabia.

    Saludos.

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