Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


lunes, 8 de diciembre de 2014

¿NECESITAS UN ÁNGEL?



Siempre nos han dicho que tenemos a nuestro lado un ángel dedicado a nosotros; uno para cada uno. Un ser que nos protege y nos cuida o al menos nos advierte de los peligros en los que podemos caer.

Cuando éramos niños casi podíamos apreciar la sensación que provocaba el nuestro, imaginando su halo de luz cerca de cada acto o cada paso que dábamos. Sin embargo,  al ir creciendo parece que su presencia se iba esfumando. Es como si se hubiese detenido distraído en cualquier esquina y nosotros siguiésemos caminando perdiéndole de vista.

Primeramente, tal vez seamos nosotros quien le hayamos abandonado a él. Al pasar el tiempo y dejar la niñez, vamos dejando de necesitarle. Aparecemos nosotros en primer plano;  protagonistas absolutos de una historia que pasa de divertida y extraordinaria   a complicada y difícil, en muchas ocasiones. Y el ángel se convierte entonces en otros apoyos que también se irán.

Uno se da cuenta de nuevo, cuando han pasado muchos años y multitud de sucesos,  que sigue necesitándole cerca, tan cerca que pueda tocarle y susurrar en su oído las soledades que nos invaden, las lágrimas que bebemos sin hacer ruido, las miradas amargas perdidas en un horizonte sin límites, los deseos no alcanzados o ese amor  imposible que no cesa de arañar las entrañas.

Creo que todos deberíamos recrear nuestro ángel, sentir su presencia haciéndonos niños de nuevo, creer en que su mano, sin rozar la nuestra, es capaz de sacarnos de los hoyos más profundos. Imaginar que con solo mirarnos habremos perdido el miedo y que su aliento será esperanza luminosa en nuestra alma.

Un ángel con sexo, capaz de añadir a la bondad de su protección la singular caricia llena de magia que nos haga sentir  infinitamente amados.

No es difícil imaginarlo o tal vez solamente tengamos que mirar a nuestro alrededor; posiblemente ya haya uno y no hayamos visto sus alas.

3 comentarios:

  1. Su aleteo sutil vuela lejos... acompaña nuestros sueños en las noches y retorna al amanecer cargado de esperanza.

    Si querida Flor y Nata...el ángel existe y és, solo basta nombrarlo para que se presente presto a nuestras órdenes por absurdas que sea.

    Pero hemos perdido la capacidad de nombrarlo porque hemos creado otras ilusiones en donde él no nos necesita y se queda esperando que lo invoquemos.

    Dejamos de ser niños.... una condición simple para volver a soñar.

    Orange

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  2. Efectivamente Orange,solamente en la incoente sabiduría de un niño puede darse la presencia de los ángeles. No hay más remedio que rescatar lo que de niño queda en cada uno!***

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  3. "Si no os haceis semejantes a los niños no entrareis al reino " dijo el carpintero de Nazareth y muchos se quedaron en las palabras.

    NN

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