Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


viernes, 7 de marzo de 2014

JUGANDO CON LOS COLORES...



¿Cuál es el color indicado según tu cumpleaños? 

Cada persona según el día de su cumpleaños 
tienen un color cósmico asignado, 
el día de hoy descubriremos cuál es el tuyo. 
¿Sabías que hay un color que refleja tu personalidad 
y que está directamente relacionado con el día en que naciste? 
Pues bien, te hemos traído el dato exacto para que sepas 
cuál es el color astro lógicamente designado para ti. 
Busca tu día y encuentra tu color; 
para encontrar tu color debes reducir 
tu fecha de nacimiento a un solo dígito,
debes sacar los números de la siguiente manera: 

1. Sácale los dígitos a tu fecha de nacimiento, 

si naciste el 23 de marzo de 1989, 
sería: 23 (día) + 03 (mes) + 1989 (año) 2. 

Luego suma los números entre sí: 

2+3+0+3+1+9+8+9=35 

3. Por último, suma el resultado: 

3+5= 8 Tu número sería el 8 

 Ahora que sabes cómo hallar tu número, 

conoce su significado: 

 Rojo (1): Tierna y muy afectiva, aunque muy exigente cuando la situación lo necesita. Sueles ser ruidosa pero es tu alegría y espontaneidad, es inevitable que resaltes. 


 Naranja (2): Responsable y muy trabajadora, probablemente te ponen como ejemplo a seguir, además tienes habilidad para tratar a las personas y convencerlas fácilmente. 


 Amarillo (3): Interesante y de mente muy ágil, te encanta contar historias porque sabes que te escuchan. Sabes muy bien lo que quieres y cómo te gusta mantenerlo. 


 Verde (4): Reservada y analítica, no te gusta revelar mucho de ti pero sí te encanta compartir momentos con los demás, eres buena para descifrar personalidades. 


 Azul (5): Creativa y amistosa, te expresas con todo lo que haces y si no lo haces, te sientes mal. Un poco terca, defiendes tus creencias hasta el fin pero sin imposiciones. 


 Índigo (6): Profunda y misteriosa, eres un enigma para los demás, siempre impredecible. No eres de términos medios, contigo es todo o nada. 


 Violeta (7): Refinada y súper chic, sueles fijar tu atención en cosas muy costosas ya que te gusta lo mejor, además eres conocida por tu buen gusto para la moda. 


 Rosa (8): Servicial y muy sociable, eres la organizadora de eventos perfecta y todas las fiestas que diriges salen súper bien. Sabes llevar muy bien la tensión sin explotar. 


 Dorado (9): Talentosa y perfeccionista, fallar no es una opción aceptable para ti, por lo que te exiges demasiado a ti misma y no acostumbras mostrar mucho tus sentimientos. 


 Ademas el color es una parte del espectro lumínico, y es energía vibratoria y esta energía afecta de diferente forma al ser humano, dependiendo de su longitud de onda (del color en concreto) produciendo diferentes sensaciones de las que normalmente no somos conscientes.


miércoles, 5 de marzo de 2014

EROS Y TÁNATOS



         Vida y muerte, sexo y tránsito, movimiento y silencio, todo y nada. El contraste es el motor de la existencia. Ambos límites, las dos orillas, el principio y el fin, el comienzo y el desenlace suponen la diferencia en este mundo.
         Pocos son los tránsitos que verdaderamente determinan el ritmo de la existencia y pocas, también, las ocasiones en las que logramos valorar lo que tenemos y obviar lo que nos falta.
         Posiblemente, sea el sexo y la muerte dos polos que se toquen en sus extremos. Hacer el amor es morir de algún modo para dar vida, no sólo a otro ser, alguna vez, sino al propio que se desvanece siempre en la soledad de la emoción inmensa que le embarga entonces.
Cuando uno lo piensa bien, para todo estamos solos. Solos en nuestros adentros, viviendo entre las paredes de nuestra consciencia y en el fondo de lo subconsciente. Solos sin que nada, ni nadie pueda sentir por nosotros, sin que puedan sufrir lo nuestro, sin que consigan llorar nuestras lágrimas o reír nuestra risa. Solos en lo profundo del ser. Nadie puede nacer por nosotros, ni morir tampoco. Nadie sentirse solo en compañía, ni pleno en soledad. Nadie huir de sí mismo o reencontrarse más tarde.
Por eso, el sexo debería ser sagrado, porque a pesar de vivirlo en nuestros adentros, otro ser es parte de él. Debería ligarse al amor siempre, aunque tal vez, pensándolo detenidamente, sea así aun cuando no se ama y se utiliza. Posiblemente, en ese caso es cuando más amor se necesita aunque no se tenga y se juegue a simularlo. Muchas veces, los relatos de las profesionales dedicadas a su ejercicio, podrían contarnos las amarguras que llevan a sus clientes a comprar caricias.
 La necesidad de las necesidades, por excelencia, es encontrarnos con unas manos que se dejen caer por nuestra piel lentamente, o unos labios que besen con ternura nuestras ganas de sentirnos deseados, o un ímpetu salvaje que derrame en nuestro gozo el suyo propio en un intento de salvarnos mutuamente.
Nacer y morir; puerta de entrada y salida a esta vida maravillosa en la que hay que aprender a jugar para no vivir muriendo a cada instante.
Amor y sexo, el juego más bello y exquisito de todos cuantos aquí logramos conocer; con ello la muerte y el renacimiento perpetuo; todo en un solo acto.

EXTERNALIZAR LA CULPA



Irónicamente la vida nos da más cuando dejamos de buscar la situación ideal en una relación de pareja, además de que esta se vuelve más estable sin la necesidad de condicionar o vigilar nada. Esto sucede porque nos encontramos en paz y lo que nos motiva dejo de ser una necesidad, cuando eres una persona que evita hacer del otro su razón de vivir, su destino o una meta.
Esta situación te permite estar en tu centro, por tanto atraes las cosas. Al no condicionar tu felicidad a un tercero. La vida te llena de personas dispuestas a estar a tu lado, al no afectarte el modo de ser de alguien. En realidad, cuando las cuestiones de ser más o menos sincero, de ser fiel o entregarte por completo te son irrelevantes… ssto te permite vivir sin miedo y necesidades, por tanto eres feliz, no dependes de los resultados… “Tú eres tú y el otro es el otro.
¿Sabías que cuando te enamoras de alguien, esta persona te refleja tanto tus carencias afectivas como las inclinaciones o preferencias?... Por ello es inevitable la atracción, es una cuestión que no puedes evitar, ni racionalizar. Está determinada por tu inconsciente; lo que sucede en la práctica cuando somos inmaduros emocionalmente, es que establecemos acuerdos de codependencia y a esto le llamamos amor… La regla principal en esta asociación disfuncional es la siguiente… “No me falles, no me vayas a ser infiel”…

El diálogo inconsciente es el siguiente: “Te necesito para sentirme alguien”, por tanto estoy dispuesta(o) a entregarte todo para que me valores y aprecies. No me importa renunciar a mí, ya que me considero poco realmente. No veo el porqué deba apreciarme. Estoy llena(o) de necesidades. Solo contigo puedo ser feliz, sálvame de mi situación, pero no se te ocurra fallarme. Si te doy todo, también debes ser completamente mía(o) para satisfacer mis necesidades. Tengo el derecho a culparte si me fallas y también a responsabilizarte de mi infelicidad.
Debemos entender que cada uno es el responsable de sí mismo, de cómo piensa, interpreta, siente y reacciona. No hay otro camino que abandonar el victimismo y la culpabilización externa. Somos productores de nuestra felicidad. Nadie “nos hace felices”, “nos hace desgraciados”, “nos deprime” o “nos angustia”. Cuando dejemos el camino de la externalización de las culpabilidades, podremos hacernos cargo de nuestra propia vida emocional.
https://www.facebook.com/pages/Vive-Tu-Sexualidad


martes, 4 de marzo de 2014

AMAR EN GERUNDIO



         Me he preguntado muchas veces donde se produce el principio del fin en una relación. En qué punto de inflexión suena el crujido de la desestabilización y el comienzo de su final.
         Después de mucho reflexionarlo, me he dado cuenta de que todo está en mantener el proceso de conquista mutua, en saber que nada está definitivamente acabado, en no descuidar el amor porque entonces se empieza a perder.
         Lo verdaderamente importante está en el mimo que debe ponerse día a día. Cuidamos las plantas, los animales, los hijos, el trabajo, las amistades, los hobbies, el cuerpo, los alimentos, la salud…y descuidamos lo que da sentido pleno a todo eso, el amor.
¡Qué fácil debería resultar hablarnos con amabilidad, contar lo que nos sucede, proyectar sueños, inventar realidades, saborear lágrimas, compartir discusiones, tirarnos cuesta abajo por las desilusiones…o lanzarnos en picado a la pasión. Si lo hiciésemos juntos, si contásemos con el otro, si estuviésemos pendientes de no  dar paso al cansancio, la rutina, al estado de malestar enquistado, a las dudas, a la indiferencia y a tanto “yo” y tanto “tú”, en vez de nosotros, evitaríamos el desamor.
Una de las realidades más evidentes es que hay que permanecer alerta de uno mismo, revisar la ilusión y el entusiasmo que ponemos en el otro y el que queda en el fondo de nuestro corazón al hacerlo.
Facilitar el amor es un reto por conquistar siempre. Solamente así podremos mantener lo que tenemos y avanzar en ello. Porque el amor nunca es un proceso acabado, nunca cumplido; siempre ávido de sí mismo y que se  regenera una y otra vez hasta perderse en la fina línea del horizonte.
Por todo ello sigo pensando que debemos decir “te estoy amando” en vez de “te amo” porque esto último parece que nos pone frente a un proceso que sucede y termina al mismo tiempo, un transcurso en cuyo límite se asoma la desgana con tanta facilidad como rapidez se emplee en olvidar que en el amor nadie gana si no se comparte todo.