Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


sábado, 5 de abril de 2014

AMOR Y EGOÍSMO

         La palabra egoísmo tiene una negra historia detrás. Siempre que la pronunciamos nos da la impresión de que en realidad todo lo que se relaciona con ella es, cuando menos, un tanto vergonzoso  e ingrato. Sin embrago, el ego es una realidad de la que no podemos prescindir y a la que estamos haciendo siempre referencia.
         Esta frase resume lo que sucede cuando en el amor no se aplica el ego para comenzar dirigiéndolo a uno mismo y poder regalarnos a los demás con altruismo después.
…” No hay amor suficiente capaz de llenar el vacío de una persona que no se ama a sí misma.” (Irene Orce)
         Durante mucho tiempo, socialmente se ha promovido la creencia de que amarse a uno mismo era un acto vanidoso y narcisista por lo cual hemos esperado, durante mucho tiempo, que el amor venga de fuera y que otros nos amen para dejar de sentirnos vacíos e incompletos.
         No se puede dar lo que no se tiene; si no empezamos por amarnos difícilmente amaremos a los demás en un sentido amplio.
El primer paso para amarnos es aprender a conocernos. Si somos capaces de diferenciar lo que deseamos de lo que realmente necesitamos, conseguiremos combatir los miedos y frustraciones que nos limitan.
         La ausencia total de egoísmo es imposible además de no ser ni deseable porque amarse a uno mismo tiene que ver con la capacidad de sanar nuestras heridas emocionales:  fracaso sentimental, decepciones, pérdidas…etc.  Para ello nos ayudaremos con la aceptación y el perdón.
         El olvido no existe. Todo lo que hemos vivido forma parte de nosotros, de nuestra historia y nuestra biografía.  Abatidos ante el dolor queremos olvidar. No es este el camino. La clave está en la aceptación de lo sucedido. No se olvida. Se supera. Y se hace cuando enfocamos la atención en otras circunstancias, cosas o personas de nuestro presente. Desfocalizar la mirada que se dirige al pasado, en definitiva.
Pensar constantemente en borrar nuestros recuerdos negativos nos dirige  más hacia ellos.  Para que un malestar se supere debemos asumir su existencia y luego admitir que necesitamos cambiarlo.
         Una vez que aprendamos a ser nuestros propios maestros podremos prevenir situaciones similares,  logrando que el egoísmo se vuelva a nuestro favor, siempre que nos ayude a salvarnos en primera persona, para salvar lo que de nosotros hemos entregado a los demás.

viernes, 4 de abril de 2014

RELACIONES TÓXICAS



El amor es la dimensión más compleja, emocionante, satisfactoria y, en ocasiones, también trágica que existe. Todos podemos enamorarnos, desde personas emocionalmente maduras, hasta personas llenas de miedos e inseguridades, pasando incluso por aquellas que padecen algún problema psicológico.

Quizá esté aquí la mayor dificultad, el encajar toda esta amalgama de personalidades, las sanas y las problemáticas en el seno de una relación que a veces, se convierte en algo no solo imposible, sino también dañino. No apto para nuestra salud física y emocional.
En ocasiones, y sin saber cómo, acabábamos enamorándonos de personas que lejos de hacernos felices, nos dejan caer en un abismo de altibajos donde nunca hay estabilidad, donde aparecen los chantajes emocionales, el rencor, la desconfianza, e incluso la violencia física o emocional. Ambas igual de destructivas.

Walter Riso, psicólogo clínico experto en relacionas de pareja, nos dejó una serie de categorías que vendrían a definir los distintos tipos de amores tóxicos. Veámoslos uno por uno.
TIPOS DE RELACIONES TÓXICAS
La relación hostigante: 
En esta primera dimensión tendríamos a esas personas que buscan en todo momento, ser el punto de atención de su pareja. Podrían llegar a darse casos verdaderamente obsesivos de dependencia absoluta, donde siempre se busca la aprobación y el reconocimiento. De no obtenerse, caerían en estados depresivos e incluso vengativos.
La relación paranoico/vigilante:
Aquí tendríamos la clásica relación donde un miembro de la pareja se obsesiona con que va a ser traicionado. Cualquier pequeño aspecto puede interpretarlo como una clara sospecha de que está siendo menospreciado o rechazado. O peor aún, que no es amado. El nivel de sufrimiento que crea alrededor de la pareja es tan doloroso como destructivo para ambos.
La relación subversiva:
Es un tipo de relación tan compleja como tóxica. Uno de los dos ve a su pareja como una figura de autoridad, estableciendo un comportamiento de sumisión a la vez que de huida. Piensa que su vida está controlada por la otra persona, que no le deja hacer determinadas cosas, cuando en realidad, no es así. Son personas inmaduras que sumen a su pareja en continuos estados cariño y desprecio.
 La relación narcisista:
Es fácil de reconocer y seguramente uno de los más conocidos por todos nosotros. Existen personas que solo ven y buscan sus propias necesidades y sus propios sentimientos. Ante cualquier problema solo aprecian su propio punto de vista, menospreciando queriendo o sin querer, al cónyuge.
La relación perfeccionista:
Característico de una personalidad obsesiva compulsiva. No hay espacio para la libertad o la espontaneidad, cualquier aspecto es controlado al milímetro bajo la idea de “que es lo mejor”, que “de ese modo la relación funcionará mejor”. La opinión del ser querido se queda a un margen y no suele ser escuchada por el miembro “perfeccionista”. 
La relación violenta:
Uno de los más peligrosos. Hay personas que entienden la palabra amar como sinónimo de control y dominación, tanto física como psicológica. Son personas que ejercen el control de forma agresiva, ahí donde puede aparecer el desprecio, la dominación, y el sometimiento. Es sin duda la relación tóxica más peligrosa.
La relación caótica:
Define en especial a aquellas personas emocionalmente inestables. Son relaciones con enormes altibajos debido a que uno de los dos miembros demuestra a partes iguales tanto amor como marcado desprecio. Hay instantes de pasión absoluta, para, días después, mostrar indiferencia. Un estado como este puede acabar destruyendo a la otra persona. 
La relación esquizoide-ermitaño:
Es característico de las personas con alexitimia, es decir, la incapacidad por reconocer y expresar emociones tanto propias como ajenas. Son personas que no son capaces de decir un “te quiero”, pueden mostrar proximidad y deseo, pero pocas veces se muestra un cariño sincero que haga verdaderamente feliz a la otra persona



jueves, 3 de abril de 2014

EL JARDINERO SABIO



Nasrudín, el monje Sufí, había decidido plantar flores en su jardín. Para eso preparó el suelo, sembró semillas de las flores que le parecían más bellas. Cuando las flores comenzaron a nacer, observó con enfado que su jardín se iba llenando de flores que él no había elegido, especialmente de margaritas.
Nasrudín fue en busca de consejo especializado. Habló con todos los jardineros que conocía y leyó las instrucciones para librarse de las margaritas. Todo fue en vano.
Las margaritas crecían cada vez más fuertes, se mezclaban con los claveles, con las dalias y con otras flores.
Por fin, decidió ir a la capital y entrevistarse con el jardinero real, jefe del jardín del palacio del Rey. El sabio jardinero ya había aconsejado a muchos otros de cómo librarse de flores y plantas indeseables.
Nasrudín contó su esfuerzo por librarse de las margaritas que crecían en su jardín. El viejo jardinero lo escuchó atentamente y después de un largo silencio dijo:
- Por lo visto, tienes que cambiar tu decisión y aprender a amar a las margaritas.
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Me ha gustado mucho porque la margarita, junto con la rosa blanca son mis flores preferidas; aún la margarita se presenta con una sencillez mucho más cándida. 
Nada mejor que aprender a amar lo que nos disgusta porque entonces nunca más lo rechazaremos, ni supondrá una carga, ni logrará molestarnos.
!Feliz día!


miércoles, 2 de abril de 2014

SOLO TÚ



Solo tú, de entre todo el mundo solo tú eres mi elección,
como sería pues justo que me dejaras infeliz?
Mi corazón es como una pluma en tu manos.
De ti depende que me escribas triste o feliz.
Veo solamente lo que me revelas, y vivo como tu dictas.
Y mis deseos tienen el color del cual los pintas.
Desde el principio y hasta el final, nadie mas que tú.
Por favor hagamos el futuro mejor que el pasado.
Cuando desapareces soy como una persona sin religión.
Y cuando apareces, mi fe regresa contigo.
Más no esperes encontrar en mí,
mas amor del que me das.
No busques en mi bolsillos secretos,
 pues te he mostrado todo lo que tengo para darte.


RUMY

( Gracias Xara por descubrirme a este exquisito poeta)