Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


sábado, 12 de abril de 2014

¿QUÉ HARÍAS SI NO TUVIERAS MIEDO?



         Hoy llego a vosotros con una reflexión sobre el amor…no mía, pero que he hecho mía cuando lo he escuchado, con esa dulce voz de Loreto Sesma.
Comparto, así…en silencio.


¡Feliz tarde de sábado!

jueves, 10 de abril de 2014

UN PÁRRAFO ESPECIAL...

Tengo la costumbre de leer tres o cuatro libros a la vez. Me gusta saltar de uno a otro y encontrar diálogos diferentes en mi misma según leo cada cual.
A veces mezclo temas muy diversos, incluso contrapuestos. Pienso que soy una persona de contrastes, que necesito mantenerme fuera de la rutina y hacer un hueco entre los hábitos automatizados de cada día.
Mientras viajaba a mi destino de trabajo, leía un trocito de un libro cuanto menos interesante y bastante singular acerca del sentido de la vida  en función del propósito de la muerte.  
De toda la densidad metafísica que el autor quiere aligerar con ejemplos continuos, un párrafo me llamó la atención.  Éste, describe en él la unión de la esencia del alma consigo misma, una vez traspasada  la barrera del espacio y el tiempo terrenal, una vez vuelta a sí misma sin ninguna limitación ni contingencia. Trata  de definir ese proceso de la siguiente forma:
         …”No se puede encontrar palabras que definan adecuadamente esta sensación…un pálido intento sería describirla como la sensación de ser …cálidamente abrazado, profundamente confortado, amorosamente querido, profundamente apreciado, genuinamente atesorado, suavemente nutrido, hondamente comprendido, completamente perdonado, enteramente absuelto, largamente esperado, felizmente bienvenido, totalmente honrado, alegremente celebrado, absolutamente protegido, instantáneamente perfeccionado e incondicionalmente amado: todo a la vez.
         No pude seguir leyendo porque después de hacer mía cada sensación que me transmitía esta lectura, entre pausas, nada podía ser igual.
Me reconfortó pensar en compartir este momento con vosotros, en el que me dejé llevar por un estado semejante de maravilla, del NO SER, mientras soy.
Tal vez esto sea ya bastante.

Libro: En Casa con Dios. Una vida que nunca termina. Neale Donald Walcch

FLOR DE CEREZO



Hay situaciones, detalles, hechos esporádicos y momentos tan deliciosos como la flor del cerezo. Aparecen sutilmente, afloran, se expanden y desaparecen en poco tiempo. Son, lo que yo llamo, momentos eternos, esos que de pura delicia, cuando suceden, se nos quedan los labios con un sabor dulce que corre deprisa a llamar al alma.
         He salido muy pronto a la calle hoy y lo primero que me he encontrado es a mi vecino trayendo en sus brazos a su bellísima nieta de poco más de dos años. La niña, recostada en su hombro, devoraba un chupete de lunares que acompañaban su somnolienta carita. Traía un gesto de disgusto, seguramente por notar el frío de la mañana en medio del plácido sueño que aun le acompañaba.
 Se han parado conmigo. La miré dulcemente, como si en ella quisiera recobrar la infancia de mis hijos y el mundo de ilusión y ternura que dejaron allí. Me devolvió la mirada como si algo le hubiese agradado en extremo regalándome una acaramelada sonrisa que iluminó sus ojos y, con ello, un resplandor inmenso caló en mi.
         Me pareció que el cielo me daba los buenos días y comprendí que los niños tienen un grado de felicidad intrínseco que no depende de ninguna cosa. Están alegres o no como reacción a los estímulos inmediatos y en relación a la defensa natural que su mente les concede. Su enfoque siempre está en el presente y nunca maduran ideas que se disloquen en el “por si acaso”, en el “debería”, en el “ por si me critican” o en el “por si me equivoco”.
         Deberíamos guardar como un tesoro la capacidad de centrarnos en lo que tenemos delante, en lo que vivimos en el aquí y en el ahora, pero sobre todo de desterrar cualquier idea negativa en el momento que aparece.
 La vida tiene su propio código, sus propios procesos, que suceden a pesar de nuestros temores, sus ritmos y sus cambios. Y tal vez, el mejor regalo que podamos hacernos es mirarla poco a poco, tramo a tramo, momento a momento con una sonrisa tan diáfana, natural y bella como la que me regaló la pequeña esta mañana.
Al menos, esa sensación tuve.

martes, 8 de abril de 2014

PROMESAS DE COMPROMISO



         Me lo habían recomendado hace tiempo. Lo encargué en mi librería preferida, lo traje a casa y lo guardé en la estantería de mis libros favoritos. Era como si realmente tenerlo ya aquí me hubiese dejado tranquila. Pero confieso que han pasado meses y no lo había abierto.
         He comenzado su lectura tan extrañamente como suelo hacerlo. Releo, en general páginas sueltas cuando lo abro por primera vez, me detengo en el final y más tarde decido si voy a devorarlo o si simplemente me entregaré a él lentamente, sin apresurar el paso.
         Lo atrayente de este libro es el tema que trata: el amor, pero como su título avanza…líquido, destilante,  disuelto y emulsionado. Exprime el sentimiento y lo diluye en las consecuencias de su presencia o de su ausencia.
         Quiero refundir y compartir con vosotros, este párrafo relativo a las promesas de compromiso y su fecha de caducidad.


…” Las promesas de compromiso no significan nada a largo plazo….El compromiso es el resultado de otras cosas: grado de satisfacción que nos provoca la relación y de si la posibilidad de abandonarla o perderla nos causará una importante sacudida.
         Una relación, dirán los expertos en psicología de las relaciones, es una inversión como cualquier otra: usted le dedica tiempo, dinero y esfuerzos que hubiera podido destinar a otros propósitos pero que espera recuperar de otra forma y en otros momentos…Si usted invierte en una relación el provecho que espera de ella es en primer lugar seguridad, una mano que ofrezca ayuda, socorro en el dolor y goce en el placer; que consuele en las derrotas y aplauda en las victorias… No se puede dormir la siesta o bajar la guardia…no se puede dejar la vigilancia a la rutina o a la comodidad…estar en una relación significa un montón de dolores de cabeza, pero sobre todo una perpetua incertidumbre…”


         Muchos de los lectores pensarán que esto es válido para las relaciones que se inician, para  el comienzo de los comienzos y que cuando la relación se asienta y el compromiso se establece todo se relaja. Y ahí es,  precisamente, donde empiezan los problemas o los aburrimientos. Y ahí también es cuando pensamos que otros regalos están esperándonos a la vuelta de la esquina y que si lo seguro está en casa y lo divertido fuera seremos capaces de poner fecha, día y hora a la obligación moral que nos une con el compromiso que no hemos cuidado.
         No podemos perder la necesidad de seguir expectantes, no del otro, sino del propio sentimiento que ha de renovarse continuamente con la persona elegida. Solo así el amor puede solidificarse y tomar textura; una trama de delicioso paladar, seguramente, cuando lo que debe hacerse coincide con lo que se quiere, porque cuando alguién te gusta de verdad, no necesita añadidos.

lunes, 7 de abril de 2014

CRÍTICAS Y CRITICADOS



A veces pienso quiénes somos nosotros para juzgar a otros. Siempre es difícil valorar y más aún sancionar. Me refiero a las opiniones “opinables”, a las sentencias de valor  que emitimos sin despeinarnos. A tantas y tantas críticas que salen de nuestra boca con la facilidad de suspiro y me pregunto, cómo somos capaces de  lanzar estos dictamines sin conocer, ni haber vivido, ni estar en las circunstancias del otro.
Dice un proverbio Xius:
…” Nunca juzgues a otro sin haber caminados dos semanas en sus mocasines”…
Eso es exactamente lo que nos falta, la experiencia que la otra persona vive, sus circunstancias, su dolor o su pena, sus necesidades y sus angustias. Juzgamos por los resultados pero éstos no siempre definen lo correcto. Hay que conocer en carne propia y entonces, tal vez no hubiésemos actuado como esa persona, sino incluso peor.
Cada vez intento más no emitir juicios, procuro, si es que me doy cuenta, no valorar, no condenar porque estoy segura que mi percepción no tiene perspectiva y si creo que la tiene, me confundo indudablemente porque nunca puede ser la exacta.
Las críticas suelen emitirse de forma apartada, a espaldas del criticado y en ausencia de éste, por eso no puede defenderse e incluso tampoco estoy segura de que debiera hacerlo.
Cuando una persona actúa fuera de la “ normalidad” que se ha establecido como buena, no se la perdona, aunque las consecuencias de sus actos reviertan sobre sí misma, solamente.
Rechazamos lo diferente, a quien se atreve, quien osa y a quien es capaz de romper las estructuras de doble moral a la que muchos de los que critican también se acogen.
Me gusta vivir despreocupada de las críticas. No las entiendo y menos las comparto. Mi vida la tengo que vivir yo, como mi muerte y si ésta se instala en mi propia existencia, antes de tiempo, nadie, de los que critican, me ayudan a espantarla hasta que llegue su hora.
Siempre mantengo que si nos ocupásemos de superar todo lo que sucede en el día a día de cada uno no habría tiempo para revisar con lupa lo de los demás, ni sentido, ni conveniencia, ni oportunidad.
Por otra parte, lo que digan los demás no deja de ser una mera opinión que no tiene por qué afectarnos porque, sin duda, está exenta de valor y repleta de subjetivismo.
Al fin y al cabo, solo nosotros vivimos dentro de lo que nos sucede, el resto es solamente puro espectáculo.

domingo, 6 de abril de 2014

ALGO CURIOSO...



TEST DE VIDA PASADAS  


Si tienes un ratito tranquilo, toma papel y lápiz y contesta a los siguientes cuestionarios, anotando el número de la pregunta y la respuesta elegida para realizar el cómputo final.
Aquí te dejo el enlce.

¡!Feliz comienzo de semana!!