Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


viernes, 9 de mayo de 2014

LOS MAPAS DE LA VIDA



Cuando uno nace no trae libro de instrucciones. Todo está por descubrir, todo por hacer, todo por pasar. No sabemos cómo, ni dónde, ni quién le va a acompañar en las rutas que le quedan por caminar. Tampoco conoce el mapa que guiará sus pasos, ni el plano que delimitará sus decisiones.
         A medida que vamos viviendo, nos damos cuenta que no hay un solo mapa y, sobre todo, que quién solamente usa uno, siempre se pierde.
         Cada circunstancia, cada momento, cada persona…requiere el suyo y nosotros, cada uno, debemos tenerlos todos.
         Estamos expuestos a lo inesperado. Al afecto, al deseo, a la alegría, a la tristeza, al odio, a la envidia, a los celos y a tantos y tantos virus que calan y se extienden en el organismo hasta que invaden el corazón.  Lo peor es que no hay pastillas para la ilusión, ni contra la desesperanza, ni que hagan brotar el amor. No hemos inventado la fórmula que nos acerque a la pasión, ni la receta del entusiasmo.
         No hay más método que vivir y experimentar. No hay otro modo de pasar la prueba que sometiéndonos a ella.
         A veces nos gustaría saber cómo actuar pero este vacío de prospectos indicativos es lo que permite que cada uno rellene, con su particular forma de ser y existir, la maravillosa y única porción de vida de cada cual.
         Las contraindicaciones de vivir nadie puede escribirlas porque cuando terminamos el viaje nunca le hemos visto demasiado largo, ni demasiado malo, ni demasiado duro a pesar de haberlo sido.
         Los mapas son autodestructibles e intransferibles. A nadie le vale el del otro. No hay rutas abiertas, ni prediseñadas, ni las mismas zonas prohibidas, ni las mismas leyes que rijan situaciones similares porque nunca son ni parecidas por muy idénticas que parezcan.
         Lo mejor, describir nuestras propias sendas y trazar nuestros propios linderos; aquellos que solamente nos valen a nosotros pero en los que, tal vez, otros puedan inspirarse.  

jueves, 8 de mayo de 2014

APRENDER A VALORAR



En cierta ocasión iba un ejecutivo paseando por una bonita playa vestido con sus bermudas (de marca), sus gafas de sol (también con marca muy visible), su polo (con mucha marca), su gorra (con marca destacada), su reloj (de marca y carísimo), su calzado deportivo (donde todo era marca), su móvil colgado de la cintura (el móvil con marca y la bolsa en la que colgaba, también) y su gomina en el pelo ( sin marca, pero tan abundante que uno podía adivinarla).

          Eran las dos del mediodía cuando se encontró con un pescador que felizmente recogía sus redes llenas de pescado y amarraba su pequeña barca. El ejecutivo se le acercó…
- ¡Ejem! Perdone, pero le he visto llegar con el barco y descargar el pescado… ¿No es muy temprano para volver de faenar?
El pescador le miró de reojo y, sonriendo mientras recogía sus redes, le dijo:

- ¿Temprano? ¿Por qué lo dices? De hecho yo ya he terminado mi jornada de trabajo y he pescado lo que necesito.
- ¿Ya ha terminado hoy de trabajar? ¿A las dos de la tarde? ¿Cómo es eso posible? – dijo incrédulo, el ejecutivo.
El pescador, sorprendido por la pregunta, le respondió:

-Mire, yo me levanto por la mañana a eso de las nueve, desayuno con mi mujer y mis hijos, luego les acompaño al colegio, y a eso de las diez me subo a mi barca, salgo a pescar, faeno durante cuatro horas y a las dos estoy de vuelta. Con lo que obtengo en esas cuatro horas tengo suficiente para que vivamos mi familia y yo, sin holguras, pero felizmente. Luego voy a casa, como tranquilamente, hago la siesta, voy a recoger a los niños al colegio con mi mujer, paseamos y conversamos con los amigos, volvemos a casa, cenamos y nos metemos en la cama, felices.

            El ejecutivo intervino llevado por una irrefrenable necesidad de hacer de consultor del pescador:
- Verá, si me lo permite, le diré que está usted cometiendo una grave error en la gestión de su negocio y que el “coste de oportunidad” que está pagando es, sin duda, excesivamente alto; está usted renunciando a un pay-back impresionante. ¡Su BAIT podría ser mucho mayor! Y su “umbral de máxima competencia” seguro que está muy lejos de ser alcanzado.
                 El pescador se lo miraba con cara de circunstancias, mostrando una sonrisa socarrona y sin entender exactamente adónde quería llegar aquel hombre de treinta y pico años ni por qué de repente utilizaba palabras que no había oído en su vida. Y el ejecutivo siguió:
- Podría sacar muchísimo más rendimiento de su barco si trabajara más horas, por ejemplo, de ocho de la mañana a diez de la noche.
El pescador entonces se encogió de hombros y le dijo:

- Y eso, ¿para qué?
- ¡¿Cómo que para qué?! ¡Obtendría por lo menos el triple de pescado! ¡¿O es que no ha oído hablar de las economías de escala, del rendimiento marginal creciente, de las curvas de productividad ascendentes?! En fin, quiero decir que con los ingresos obtenidos por tal cantidad de pescado, pronto, en menos de un año, podría comprar otro barco mucho más grande y contratar un patrón…
El pescador volvió a intervenir:

- ¿Otro barco? ¿Y para qué quiero otro barco y además un patrón?
- ¿Que para qué lo quiere? ¡¿No lo ve?! ¿No se da cuenta de que con la suma de los dos barcos y doce horas de pesca por barco podría comprar otros dos barcos más en un plazo de tiempo relativamente corto? ¡Quizá dentro de dos años ya tendría cuatro barcos, mucho más pescado cada día y mucho más dinero obtenido en las ventas de su pesca diaria!
Y el pescador volvió a preguntar:

- Pero todo eso, ¿para qué?
- ¡Hombre! ¡¿Pero está ciego o qué?! Porque entonces, en el plazo de unos veinte años y reinvirtiendo todo lo obtenido, tendría una flota de unos ochenta barcos, repito, ¡ochenta barcos! ¡Qué además serían diez veces más grandes que la barcucha que tiene actualmente!
Y de nuevo, riendo a carcajadas, el pescador volvió:
- ¿Y para qué quiero yo todo eso?
Y el ejecutivo, desconcertado por la pregunta y gesticulando exageradamente, le dijo:

- ¡Cómo se nota que usted no tiene visión empresarial ni estratégica ni nada de nada! ¿No se da cuenta de que con todos esos barcos tendría suficiente patrimonio y tranquilidad económica como para levantarse tranquilamente por la mañana a eso de las nueve, desayunar con su mujer e hijos, llevarlos al colegio, salir a pescar por placer a eso de las diez y sólo durante cuatro horas, volver a comer a casa, hacer la siesta,…?
El pescador respondió:
- ¿Y eso no es todo lo que tengo ahora?

martes, 6 de mayo de 2014

EL SONIDO DE LA VOZ



Me sigue pareciendo que no hay nada como escuchar la voz. Los correos, los mensajes, los wasap…palabras encogidas, letras aisladas que quieren representar toda una palabra o incluso una expresión completa; iconos, emoticones… el sentimiento concentrado y aún exprimido.
Me gusta la modulación de las vocablos, me encanta la melodía del aire cuando roza los dientes derramándose en la lengua; me enciende la alegría, la pena o la melancolía con la que otros me invocan; me gusta oir mi nombre, escuchar los silbidos de las palabras cuando se dan la mano y, sobre todo, me enloquece enredarme en cada frase directa al corazón.
Todo se resume demasiado ahora. Todo es breve y conciso.  Las letras sobran, la ortografía molesta y hasta la gramática no tiene cabida en el nuevo mundo telemático y virtual al que la mayoría hemos sucumbido.
Es increíble cómo la comunicación se ha devorado así misma.  Es impensable estar sin el teléfono en el bolso y sin embargo, apenas se habla. Todo se escribe. Tanto, tan rápido y con tanta gente, a veces a la vez, que los mensajes se equivocan y van a quienes no deben.
Los jóvenes, aún reunidos, no hablan. Cada cual está centrado en su móvil. Se mueven rápido los dedos, se focaliza la vista en una línea, en un punto, en el brillo de la pantalla y en el silencio sordo de las palabras que no suenan.
Los sonidos que anuncian que nos ha llegado un mensaje, nos instan a ir al móvil con rapidez.  Si hay algo a lo que no nos resistimos es a no mirar un wasap recién nacido en nuestro teléfono o un recado que  nos reclama.
Hemos abandonado el sonido chispeante de las palabras dichas, mal o bien, como sea pero emitidas. Porque si antes nos fijábamos tanto en la corrección lingüística, hoy todo lo perdonamos en la incorrección gráfica.
Y lo peor, que así nos creemos modernos, integrados en lo nuevo y conectados con el mundo por medio de una tecnología que nos separa mientras nos une.

lunes, 5 de mayo de 2014

LOS PUNTOS CLAVE



         Ayer aludíamos a los 18 puntos que cumplían las personas altamente creativas. Después de revisarlos, he creído que se pueden reducir a simplemente 5, porque con ellos en nuestra personalidad, conquistaremos la fortaleza de ánimo que nos ayude a vivir con éxito.
         Nos podríamos cuestionar el dónde y el cómo del triunfo. Pero, en realidad, considero que el éxito es algo muy simple, tanto como mantener una actitud activa hacia la positividad y el equilibrio necesario para ser felices sin culpabilidad.
         Para lograr esa armonía salpicada de sabiduría práctica, me quedo con los siguientes puntos de la enumeración de la entrada de ayer:
         2.- LO OBSERVAN TODO: Efectivamente observar es muy importante. Evita la precipitación y nos permite elaborar un juicio basado en una mayor cantidad de datos sobre lo medible y lo estimable.
7.- SE CAEN Y VUELVEN A LEVANTARSE: La resilencia, ese estado en el que uno puede y sabe sobreponerse a las contrariedades, es un componente absolutamente necesario  para avanzar en el día a día.
10.- SE ARRIESGAN:  arriesgarse supone darnos la posibilidad de que lo que ansiamos suceda. Si no lanzamos la voluntad al azar no lograremos nada más que repetir lo que tenemos.
12.- SIGUEN SUS PASIONES VERDADERAS: es decisivo sentir ímpetu  con lo que hacemos y con lo que proyectamos para un futuro inmediato. La pasión es una fuerza arrebatadora que convierte  la apatía y la rutina en permanente entusiasmo. Para ello es preciso saber lo que queremos y lo que no queremos, lo que nos gusta y lo que nos disgusta, lo que nos equilibra y lo que nos desconcierta. Y elegir para ejecutar.
16.- SABEN UNIR PUNTOS: ciertamente , atar nudos, unir puntos, juntar vértices…será decisivo para valorar con acierto. 
No podemos tomar un camino u otro si nos basamos en presuposiciones erróneas, en ideas preconcebidas que solamente hemos construido en base a figuraciones.
Por ello: observar, seguir las pasiones, arriesgar, caer y levantarse  o saber componer el puzle será la mejor forma de enfrentarnos con los temores, la inestabilidad, la culpa o el victimismo. Si además logramos ser creativos habremos logrado poner en marcha la fórmula para reinventar, cada día, las ganas de seguir.

domingo, 4 de mayo de 2014

18 COSAS QUE LAS PERSONAS ALTAMENTE CREATIVAS NO HACEN IGUAL QUE EL RESTO




Acabo de leer un artículo que podría resumirse brevemente en estos puntos, pero sería una pena hacerlo así, en un listado tan escueto y frío.
         Me ha parecido muy interesante y por eso creo que deberíamos dedicar algún tiempo a su revisión.
         Lo primero que podemos advertir como sorpresivo es el título. ¿Qué no hacemos los que no somos creativos?¿Dónde está el secreto?¿Hay alguna forma de disponer el comportamiento y la mente para acceder a este exclusivo privilegio?
         El artículo pertenece a THE HUFFINGTON POST  |  Por Carolyn Gregoire  y enumera estos puntos.
1.    Sueñan despiertos
2.    Lo observan todo
3.    Elaboran sus propios horarios de trabajo a su medida
4.    Se reservan unos momentos de soledad
5.    Saben aprovechar los problemas que les plantea la vida
6.    Buscan nuevas experiencias
7.    Se caen y vuelven a levantarse
8.    Plantean grandes preguntas
9.    Observan a las personas
10.                     Se arriesgan
11.                     Consideran que todo en la vida es una oportunidad para la expresión propia
12.                     Siguen sus pasiones verdadera
13.                     Salen de sus propias mentes
14.                     Pierden la noción del tiempo
15.                     Se rodean de belleza
16.                     Saben unir los puntos
17.                     Les gustan los cambios radicales
18.                     Encuentran tiempo para la meditación.
Podemos hacer un previo ejercicio personal. ¿Cuántos de estos puntos cumples?...después, iremos hablando…
¡Feliz comienzo de semana!