Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


lunes, 16 de febrero de 2015

MIRAR ATRÁS, MIRAR DENTRO



Nos tienen convencidos de que mirar atrás no es bueno. Que el pasado terminó. Que lo que atrás queda adelante no se lleva y sobre todo que lo único que existe es el momento presente, el “aquí”, el “ahora”.

Puede que sea así. Puede que de nada sirvan lamentos, arrepentimientos, suspiros o lágrimas ligadas a lo que fue o dejó de ser. Puede que el tiempo vivido lleve sus glorias y sus penas lejos de lo que hoy somos. Sin  embargo, el punto en donde nos encontramos tiene una biografía detrás, unos porqués que dan nombres y apellidos a las situaciones que ahora vivimos y, fundamentalmente, un aprendizaje importantísimo del que gozamos en lo que ahora somos.

Cada vez me convenzo más de que cuando aprendemos crecemos, no cambiamos. Desde que llegamos a esta existencia real, de la que ahora somos protagonistas, somos los mismos; la misma esencia en el mismo frasco, el mismo aroma en la misma alma, el mismo color en el arco iris del corazón, lo mismo de lo mismo pretendiendo mejorarse  ininterrumpidamente.

No sabemos el rumbo. Tenemos los ojos tapados a lo esencial, en muchas ocasiones, damos bandazos, subimos al cielo y bajamos a los infiernos, nos morimos de gozo o nos hundimos en la perdición. Estamos arriba o llegamos abajo pero en el medio y siempre, somos nosotros.

Me planteo muchas veces si alguien puede enseñar algo a otro. Creo que cuando parece que aprendemos de los demás en realidad lo que hacemos no es repetir lo que ellos hacen y parece bien aceptado, sino impregnarnos de esa esencial propia de cada cual que se capta o no, sin poder decidir sobre si nos llega y transforma o si nos toca y se va.

Solo la experiencia propia puede permitirnos mirar atrás con dulzura hasta los momentos más amargos. Solo uno se acompaña a sí mismo siempre y si queremos encontrar mejor compañía aun, miremos más dentro, más y más…ahí en el centro de todo centro…en ese punto habremos encontrado la chispa divina que nos constituye. 

Entonces en ese momento, en esa unión única…el miedo se diluye y sucede algo extraordinario: comenzamos a vernos desde fuera y podemos advertir que nadie puede dañarnos, que nada nos quebrantará nunca porque lo esencial, desde donde nos miramos, es inamovible e imperturbable.

3 comentarios:

  1. Somos polvo de estrellas.....espíritu imperturbable que vive cada expirencia como una oportunidad del espíritu eterno.

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  2. Excelente sincretismo! Eso somos...eso hemos sido y eso seremos por siempre!

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  3. El "Gran Espíritu" es la síntesis de todos los sincretismos: en El-Ella somos eternos.

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