¿A quiénes de vosotros les gustan las sorpresas?...
Mentira, solo os gustan las sorpresas que queréis.
A las demás les llamáis problemas.
Mentira, solo os gustan las sorpresas que queréis.
A las demás les llamáis problemas.
Tony Robbins.
Cuando
hablamos de sorpresas siempre pensamos que han de ser agradables. Y la vida nos
muestra, muchas veces, sorpresas que no lo son.
Uno
no está preparado para ellas. Tanto nos descolocan unas como otras. Lo que
sucede es que las agradables nos preparan para el camino de la inocente
felicidad y las desagradables nos empujan de golpe a un abismo que creíamos
inexistente.
Tony
Robbins habla de la consideración de las sorpresas desagradables como
problemas. En realidad se trata de un juego de energías. Si las sorpresas
agradables te hacen tonta, en muchas ocasiones, porque empiezas a creer en el
brillo y no en el contenido, las desagradables tienen el poder de hacerte
fuerte.
La
felicidad no enseña. Deleita. El sufrimiento te moldea. Te hace más sagaz, más
poderoso y más combativo. Te hace acercarte a ti mismo y a disponer de valentía
propia.
Las
sorpresas desagradables lo son porque duelen y aún amargan más si provienen de
personas en las que hemos confiado, a las que hemos entregado el documento de
nuestra fe.
Posiblemente
hay un plan superior en donde todas las piezas encajen. Es como si algo o
alguien jugasen con nosotros; quiero creer, que al final, a nuestro favor.
Me deja más tranquila y me ayuda a entender
que todo lo que nos pasa tiene un sentido que no veo.
Posiblemente
algún día entienda todo. Comprenda que las sorpresas desagradables no son
problemas, sino rodeos, saltos, caídas y derrumbes que no tienen otra finalidad
que mejorar mi vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario