DOMINGO
ANTERIOR…
Nicoleta
se apresuró a dar un breve recorrido por la habitación. Comenzó a revolver
cajones y a descolocar los papeles aún
recién ordenados por Marco. Buscaba algo más que la compañía de aquel viejo
amigo que ahora yacía sumergido en un profundo sueño.
Hablaba
consigo misma tratando de reforzar la esperanza de encontrar lo que buscaba.
.-¡Vamos
Nicol, vamos! Tiene que estar aquí. ¿Dónde la habrá escondido?.- Dirigiéndose a
Owen gritó como si pudiese oírla.
.-¡Eres
un estúpido!. ¡ La encontraré, aunque tenga que vaciarte la mente.- Siguió su
búsqueda ahora en el ordenador portátil que aún estaba encendido encima de su
mesa.
.-
Veamos…No, no…no puedes haber dejado un rastro tan evidente. Tal vez en los
archivos del propio disco duro…-Y diciendo esto sacó del bolso un pequeño pen
driver con el cual comenzó a jackear el ssitema (…)
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Domingo
21_06_2015
Nicoleta
se dispuso a reiniciar el portátil para entrar en lo más profundo de la
programación de aquel ordenador que seguramente guardaba tantos datos
interesantes. En ese momento alguien entró al apartamento. La puerta se
deslizaba suavemente hasta llegar a la amplia alfombra que vestía el suelo de
vestíbulo.
Rápidamente
cerró la tapa y se agachó para no ser vista. Pudo vislumbrar unos zapatos de mujer avanzando lentamente sobre
la habitación. Se detuvo ante el cuerpo inerte de Owen pero no pareció
asustarle su situación. Más bien debió sentirse reconfortada al poder actuar
libremente.
Buscaba
algo sin duda. Nicoleta no podía ver su rostro pero sabía que había entrado en
el departamento con su llave.
¿Quién
podía ser?¿Por qué no estaba asustada al encontrar al doctor en aquella
situación?.
Desde
aquella posición insegura y delicada pudo oír cómo la mujer hablaba con su
móvil mientras registraba aquel cuerpo caído sobre el sillón.
.-Está
aquí.-Escuchó decir en un tono un tanto despectivo. -No lleva nada encima.
Buscaré por aquí. Te llamaré nada más que tenga algo.
Nicoleta
actuó a la mayor brevedad. Sacó su teléfono y llamó al del doctor. El aparato
comenzó a vibrar sobre la mesita cercana al doctor.
La
mujer colgó la llamada repentinamente.
Una
y otra vez repitió la llamada para suscitar el nerviosismo de aquella extraña.
Owen
comenzó a moverse dolorido y quejoso. Tras estos gestos que anunciaban su
consciencia, la puerta se cerró con sumo cuidado.
Ella
misma decidió salir tras unos breves momentos en los que él aún no estaba
despierto por completo.
Owen
comenzó a despertar sin poder recordar nada. Aquella mujer le había aplicado un
somnífero blanco capaz de dejar sin identidad, por un breve espacio de tiempo,
a cualquier persona.
Desorientado
y confuso decidió salir de allí. Cogió las llaves mientras buscaba sin éxito un pen driver que
había dejado al lado del ordenador. No estaba allí. Miró minuciosamente bajo la
mesa y el suelo circundante. Estaba seguro que lo había puesto al lado del
ordenador.
No
recordaba que nadie hubiese estado allí. Buscó, ahora, con inquietud. Aquella
herramienta contenía los códigos de acceso a los documentos encriptados que
retenían su mayor secreto.
.-
llamaré a Marco.- pensó aliviado.- se dispuso rápidamente a comunicarse con él.
.-
¡Marco, Marco!...
.-¡Owen!
¿estás sólo?¿Ya marchó Nicoleta?
.-¿Nicoleta
ha estado aquí?.
.-¿Owen
pero qué te pasa?. Tu mismo la dejaste pasar. Tengo que confesarte que me
extrañó después de la última vez que la viste.
.-¡Ha
sido ella!.
.-No
entiendo Owen. ¿Qué ha hecho?.
.-Se
ha llevado las claves de acceso a los documentos.
.-Owen,
¿qué claves?.
.-Perdona
Marco. No te lo he contado. Ven a la mayor brevedad. Tengo que
hablar contigo.
.-
Bien Owen, volveré rápidamente.
Owen
colgó el teléfono lleno de rabia. De nuevo le había engañado. No podía creer
que él mismo la hubiese mandado entrar. (…)
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