Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


domingo, 30 de agosto de 2015

VIAJE A ÍTACA ( Relato del Domingo)



Domingo anterior (…)


.- Has metido mi pantalón en esa bolsa.- El niño señalaba sus efectos enredados dentro de ella.- Y en él hay algo que se le cayó a tu amigo.- Con rapidez el doctor procedió a revisar el pantalón. Al encontrar el pen driver se heló su sangre. En un segundo vio como su secreto dependía de un niño desconocido. Se dio cuenta de cómo, también, la suerte jugaba a su favor y agradeció inmensamente la presencia de aquel pequeño que le salvaba la vida. 

Tomó aquel pequeño objeto en sus manos y lo apretó delicadamente cerrando los ojos.

.-¡Gracias Liu!. No sabes lo que supone esto para mí. No sé cómo podré agradecértelo.

.-Bueno, tal vez sí puedas.- El desconcierto de Owen era cada vez mayor.

.- Tú me dirás. Haré cualquier cosa por ti.

.- Me gusta tu flequillo.- Y diciendo esto sonrió en señal de complicidad.- La puerta se abrió con agitación.

.- ¡Liu! Cariño mío qué te ha pasado.!.- Su madre visiblemente afectada entraba con rapidez para abrazarle.

Owen se apartó sigilosamente para iniciar su retirada. Cerca de la puerta de salida ya oyó decir a aquella mujer:

.- ¡Oiga!, ¿quién es usted?¿Por qué está con mi hijo? (…)
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Relato Domingo 30_08_2015 

Owen quedó paralizado sin poder dar un paso adelante. Volvió su cabeza y descubrió en ese momento una bellísima mujer oriental que le miraba tan asombrada como perpleja sin poder determinar quién era él y que hacía en aquel lugar.

Swa comenzó a cambiar su forma de mirar a aquel extraño que iba a salir de la habitación. 

Era una mujer de inteligencia práctica. Tan hermosa como sutil. Sus delicados movimientos le hacían parecer casi lenta.
Los ojos de ambos reposaron en el otro lentamente. Owen pudo comprobar como aquella expresión dulce y serena de la madre de Liu le habían hecho olvidar la dramática historia que le había llevado a aquel lugar. 

Tardó en responder. No podía reaccionar. La imagen que contemplaba le había sacudido en lo más profundo de su ser.
Una cálida voz le sacaba de aquel estado de parálisis en el cual se encontraba.

.- Gracias por acompañar a mi hijo. No sé cómo se llama usted ni quien es pero de cualquier forma le estoy muy agradecida.- Mientras decía esto, Swa caminaba hacia Owen extendiendo su mano. 

.-Ejemm…-aclarando su voz el doctor se dispuso a explicar aquella insólita circunstancia.

.-Su hijo es muy valiente señora…

.- Yolain Swa. – Ladeó la cabeza en señal de interrogación.- ¿Valiente dice usted?.

.- Es una larga historia en la que, posiblemente, Liu me pueda ayudar.-El niño se sentó sobre la cama.

.-Mami yo te lo contaré.- Owen escuchó con tanta atención como Swa. Cuando el pequeño terminó procedió con rapidez.
.-Señora Swa necesito agradecer de alguna forma este gesto tan bondadoso y altruista de Liu.

.-Debería estar enfadada. No has debido hacer esto.- le dijo a su hijo en tono más grave. Si se descubre este engaño podemos tener problemas.

.- Nadie sabrá nada.-apostilló el siquiatra con tono firme. Me encargaré personalmente de que les lleven a casa.

.-Está bien. Procuraré olvidar todo esto.

.- Insisto en compensar de algún modo estos inconvenientes.

.- No es necesario. Ha sido mi hijo quien ha organizado todo esto. ¿Su amigo está bien?.- Este aparente acercamiento de la mujer agradó a Owen.

.- No. Está grave.- En ese momento, la imagen jovial y divertida de Marco inundó su mente. No pudo reprimir que sus ojos se llenasen de lágrimas.

.-Cuanto lo siento. No sé que puedo hacer.

.-Tal vez estar conmigo esta noche. Me quedaré para ver como evoluciona. Y si soy sincero…me siento muy solo.- La mujer sintió una lástima desmedida por aquel hombre que tras su fuerte figura parecía tan frágil.

.-Estaremos juntos. No se preocupe. Creo que Liu está viviendo su mejor aventura.- El niño que tenía la cabeza bajo las sábanas, asomó sonriendo a aquel hombre tan desvalido.

De pronto se abrió la puerta de la habitación. Una enfermera azarada reclamaba a Owen.

.-Señor ¡! Su amigo…! Venga, rápidamente!.- El doctor salió de inmediato. La madre de Liu le siguió sobresaltada.- Mientras caminaban por aquellos largos pasillos, las lágrimas rodaban atropelladas por las mejillas del médico esperando un desenlace fatal. La enfermera volvió su mirada hacia él.

.- Solamente repite su nombre. No podemos entenderle nada más. Estamos seguros de que algo quiere comunicarnos pero nadie le entiende.- Owen y Swa se mantenían callados tras de aquella mujer que les llevaba hasta el fondo de la planta. 

Se detuvo frente a una habitación apartada. Abrió lentamente. Al fondo, Marco repetía el nombre de Owen con una respiración entrecortada. El doctor se apresuró para estar cerca de su agonizante amigo.

Al llegar a su altura, le tomó la mano mientras se agachó para decirle muy despacio al oído.

.- Estoy aquí mi querido amigo. Estoy aquí. No tengas miedo. No va a pasarte nada. He visto muchos pacientes a lo largo de mi vida. Tú aún estarás mucho tiempo aquí.

.- Owen, Owen…-El siquiatra apretó la mano de su amigo. Le miró fijamente a los ojos y trató de trasladar hasta su corazón el mejor sentimiento de amor que tenía dentro.

.-Marco…descansa. Yo estaré contigo todo el tiempo.
Y diciendo esto (…)






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