Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


lunes, 21 de septiembre de 2015

EL HIJO QUE NO TUVIMOS




El hijo que no tuvimos, se escurre entre las manos cuando le acaricio.

El hijo que no tuvimos, me llena de lágrimas el regazo hundido.

El hijo que no tuvimos, me canta una nana en la noche oscura.

El hijo que no tuvimos rescata el tiempo que en él está perdido.

El hijo que no tuvimos, llena de aire mi vientre tierno.

El hijo que no tuvimos, convirtió en cera el amor nuestro para alumbrar el olvido.

El hijo que no tuvimos, salta y corre por la casa que no construimos.

El hijo que no tuvimos me susurra lindezas en lo profundo de mi oído.

El hijo que no tuvimos, me araña y riñe cuando me alejo de ti en el silencio vivo.

El hijo que no tuvimos me mira y juega con el aire amargo de mi quejido.

El hijo que no tuvimos ha llegado para quedarse quieto a tu lado y el mío.

El hijo que no tuvimos se convirtió en escarcha sobre la hierba seca sin rocío.

Y aquel hijo, el que ahora ríe cuando nos ve muertos en el amor dolido.

Llega para avivar la llama de este amor que se ha dormido.

Tu boca y mi boca. La sed quebrada y el agua fresca del campo henchido.

Tus manos y mis manos.

 La vida y la muerte. 

El sexo y éste amor tuyo

 que se rinde en un suspiro.

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