Si
estás agobiado, si tienes ganas de llorar, si la enfermedad empeora, si nada
sale bien, si donde creías que había sólo hay vacío, si la intención flaquea,
si todo ha cambiado y la tristeza te embarga…
No
dejes de leer esto… yo lo he leído hace mucho y aún cuando me encuentro con
ello revive en mi la frase mágica: “…Esto también pasará”...
__________________________________________________
“…Un
acaudalado hombre de negocios murió dejando una considerable fortuna, cuyos dos
hijos se repartieron por igual. Pero al cabo de cierto tiempo se halló un
paquetito que había sido celosamente guardado por el difunto. Cuando lo
abrieron, encontraron dos sortijas.
Una
de ellas lucía un valioso diamante, en tanto que la otra era simplemente de
plata. El hermano mayor nada más ver las sortijas, comenzó a argumentar que
probablemente pertenecían a los antepasados y por eso el padre las guardaba
celosamente. "Como soy el primogénito- declaró lleno de avaricia- me
corresponde en justicia la sortija del diamante". "De acuerdo -repuso
satisfecho el hermano menor_. "Que seas muy feliz con la sortija del
diamante, que yo la seré con la de plata".
Cada hermano se colocó en el dedo la sortija correspondiente y cada uno de ellos emprendió su vida por separado. Unos días después, el hermano menor, preguntándose por qué su padre guardaba tan celosamente una sortija sin valor, comenzó a examinarla con detenimiento, y al hacerlo, en su interior pudo leer: "Esto también pasará". "Bueno - se dijo - ésta debía ser la oración de mi padre".
Transcurrió el tiempo. Discurría la vida del hermano pequeño. También había momentos buenos y malos, alegrías y sufrimientos, situaciones plácidas y situaciones dolorosas. Pero siempre tenía presente la inscripción en la sortija de plata. "Esto también pasará". De este modo mantenía una actitud ecuánime y equilibrada, el ánimo siempre presto y la mente firme. No se apegaba a lo placentero y no tenía aversión a lo desagradable. "Esto también pasará". No se exaltaba y no se deprimía. Estaba siempre en paz consigo mismo, pacífico y contento, fluyendo como el río y en armonía. Como dicen los maestros: no te aferres al disfrute ni odies el dolor.
Mantén
la mente firme ante el placer y el sufrimiento, el encuentro y la pérdida, el
triunfo y la derrota, el halago y el insulto, porque..."Esto también
pasará"
No hay comentarios:
Publicar un comentario