Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


viernes, 3 de abril de 2015

¿QUÉ ME PASA HOY?



¿Qué me pasa en el corazón cuando siento esos abismos de un instante? 
¿Qué sucede en mi interior cuando creo caer pendiente abajo?...

y me recojo y repliego y hago de mi una pelota ligera y breve capaz de rodar por otros mundos que se despliegan  desnudos de ropajes y vestimentas.

En un instante recorro la dicha y la desdicha, el amor y el desamor, las luces y las sombras. 

Me elevo y desciendo, me choco y libero. Salto, vuelo, caigo y remonto en la alzada. 

Soy yo misma, libre y sin normas que encorseten mi alma.

Fracaso y lo logro; lo consigo y me arruino de nuevo. 

Estoy arriba y vuelvo abajo.

 Tengo éxito y entro de lleno en el fracaso. 

Me suelto y me ato. 

Me alejo y vuelvo.

¿Qué me pasa en ese instante eterno?

Soy yo conmigo misma enredada en mil y una reflexiones; anulada por la razón, desmembrada por el corazón. 

Avanzo, me detengo, miro atrás y vuelvo. Y cuando estoy dentro quiero salir de nuevo.

Imposible hoy en mi.

jueves, 2 de abril de 2015

DUEÑOS DE NUESTRA VIDA



No encuentro nada mejor que ser dueño de la vida de uno mismo. Esto que parece tan obvio no se cumple muchas veces. Somos de todos menos de uno mismo. Si lo fuésemos, pensaríamos en nosotros y en lo que nos deja con la paz en las manos.

Estamos demasiado volcados en los de alrededor, en aquellos que amamos, en los que estimamos, en los que deseamos, en los que aborrecemos, en los que están y en los que dejaron el vacío de llevarse con ellos lo mejor que nos dieron.

Permanecemos sobre los demás. Vivimos por ellos, muchas veces. Bailamos al son de sus necesidades y dejamos las nuestras apartadas en la cuneta.

 Para mañana, dejamos lo nuestro. Para otro día, para más tarde, para después. Siempre parece que el tiempo nos va a esperar. Dejamos de dar prioridad a aquello que concierne a nosotros. Nuestro pequeño mundo queda atrás siempre. Hacemos de lo propio un vocablo despectivo, lo llamamos egoísmo. Y nos damos cuenta, demasiado tarde, que hay que alimentar lo que somos para poder darlo más tarde al resto.

Esperamos que pase un milagro, que algo ocurra, que nos premien los hados, que el cielo se acuerde de que existimos, que el destino se apiade. Esperamos que un golpe de suerte nos saque de nuestros vacíos, que la magia nos cubra y que en un sueño, un día de estos, consigamos abrir los ojos y estar en otra parte.

Inmersos en un mar de acontecimientos pasamos los días rozando la superficie de las cosas. El tiempo pasa demasiado deprisa, tanto que se nos olvida el espacio para amar. Y ese tiempo y ese espacio, nunca deberían ser postergados.

Un poco más de lo nuestro, una pizca más de orgullo, dos dosis, a mayores, de goce por todos los lados, un minuto de silencio compartido y un beso profundo cada día para  saborear el tiempo a cada instante.

Me parece buena fórmula.

miércoles, 1 de abril de 2015

EL VALOR DEL RIESGO



..Y cuando se hizo grande, su padre le dijo:
-Hijo mío, no todos nacen con alas. Y si bien es cierto que no tienes obligación de volar, opino que sería penoso que te limitaras a caminar teniendo las alas que el buen Dios te ha dado.
-Pero yo no sé volar – contestó el hijo.
-Ven – dijo el padre.
Lo tomó de la mano y caminando lo llevó al borde del abismo en la montaña.
-Ves hijo, este es el vacío. Cuando quieras podrás volar. Sólo debes pararte aquí, respirar profundo, y saltar al abismo. Una vez en el aire extenderás las alas y volarás...
El hijo dudó.
-¿Y si me caigo?
-Aunque te caigas no morirás, sólo algunos machucones que harán más fuerte para el siguiente intento –contestó el padre.
El hijo volvió al pueblo, a sus amigos, a sus pares, a sus compañeros con los que había caminado toda su vida.
Los más pequeños de mente dijeron:
-¿Estás loco?
-¿Para qué?
-Tu padre está delirando...
-¿Qué vas a buscar volando?
-¿Por qué no te dejas de tonterías?
-Y además, ¿quién necesita?
Los más lúcidos también sentían miedo:
-¿Será cierto?
-¿No será peligroso?
-¿Por qué no empiezas despacio?
-En todo casa, prueba tirarte desde una escalera.
-...O desde la copa de un árbol, pero... ¿desde la cima?
El joven escuchó el consejo de quienes lo querían.
Subió a la copa de un árbol y con coraje saltó...
Desplegó sus alas. Las agitó en el aire con todas sus fuerzas... pero igual... se precipitó a tierra...
Con un gran chichón en la frente se cruzó con su padre:
-¡Me mentiste! No puedo volar. Probé,
y ¡mira el golpe que me di!. No soy como tú. Mis alas son de adorno... – lloriqueó.
-Hijo mío – dijo el padre – Para volar hay que crear el espacio de aire libre necesario para que las alas se desplieguen.
Es como tirarse en un paracaídas... necesitas cierta altura antes de saltar.

Para aprender a volar siempre hay que empezar corriendo un riesgo.

Si uno quiere correr riesgos, lo mejor será resignarse y seguir caminando como siempre.

JORGE BUCAY

lunes, 30 de marzo de 2015

EL CIELO ESTÁ AQUI, EL INFIERNO TAMBIÉN



Acabo de leer este fragmento y me ha llegado dentro. Sobre todo estas dos primeras frases.
"El cielo está aquí, solo que tienes que saber cómo vivirlo. Y el infierno también está aquí, y ya tú sabes perfectamente bien, como vivirlo.”

Posiblemente lo peor es saber dónde y cómo llegar al cielo y sin embargo estar en el infierno. No sabemos muy bien por qué camino nos lleva la vida a oscilar entre uno y otro y si en realidad, es nuestra disposición la que no deja que el cielo brille ni que el infierno arda menos.

         “ Es solo un asunto de cambiar tu perspectiva, tu encuentro hacia la vida.”
Punto de vista, lugar de referencia, trazos que van de un lugar a otro, sentimientos que oscilan, deseos que se escapan entre dudas y sin sabores.
Posiblemente sí, la vida sea más sencilla que la imagen que vemos en nuestra mente de ella. Tal vez, todo se resuma en muy poco importante. Pero hemos de encontrar el punto idóneo desde donde verlo.

              “ La tierra es hermosa si tu comienzas a vivir su belleza. Disfrutando de sus dichas, estás en el paraíso.
Si tu condenas todo, entonces la misma tierra se torna en un infierno, solo para ti.”
Efectivamente es así. La condena continua, la duda permanente, la inseguridad constante y el temor perdurable nos llevan al desencuentro y al desequilibrio. No se puede ser feliz entre tanta incertidumbre.
Demasiado desgaste para el alma y aún para el cuerpo.

        “Depende de ti en qué estado vives. Es tu propia transformación, no es un cambio de lugar sino un cambio de espacio interior.”
Ciertamente, me doy cuenta de que todo pasa en el interior y que este se recupera mucho peor que el edificio físico. El cambio se produce tan dentro que apenas si se reconoce cuando ha sucedido.

      “Vive en gracia, sin culpabilidad.”
Esto es quizá uno de los aspectos más difíciles. La culpabilidad, el desasosiego de estar seguros de si lo hemos hecho mal o bien; la certeza del daño que quisiésemos borrar de un soplo.

         “ Vive en totalidad y entonces el cielo dejará de ser un concepto metafísico para convertirse en tu propia experiencia".”
Sí. Finalizamos prácticamente como empezamos. El cielo es una experiencia propia saboreada desde nuestro propio paladar que nos invade por completo cuando la vida es gozada como una continuidad irrepetible.

Tú eres el cielo y también el infierno. Todo lo resumes en ti

 (Texto en azul.-Osho-)