Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


viernes, 17 de abril de 2015

EL CUERPO TIENE MEMORIA



       Cuando las emociones nos desbordan, cuando el mar se agita y crece a merced del viento de la vida y el furor ensordecedor de la tormenta nos aturde, a menudo el cuerpo toma el timón, recoge velas si es preciso, abre una tregua y guarda en silencio el dolor, la rabia, la pena, el desconcierto, el miedo inmenso de perder lo que amamos, de sabernos un mero juguete de las olas.

          Sí, el cuerpo atesora y esconde lo que somos incapaces de sentir, sin retener, en un determinado momento… pero no olvida. No, al contrario, suele grabar a fuego en cada célula las fechas, los días señalados, los recuerdos.  

         Y así, cuando se acercan los aniversarios de las tragedias, aunque hayan pasado años, la inquietud y la tensión aumentan, el dolor despierta y, muy probablemente caemos enfermamos o simplemente al suelo, al tropezar de la forma más tonta o, quizá, nos cortamos sin querer mientras preparamos la cena. 

          Da igual, el cuerpo siempre encuentra la manera de hacernos saber que hay un montón de emociones pendientes, de historias inconclusas que piden a gritos salir, ver la luz, sentirse en paz, perdonadas, queridas, mimadas y arropadas.  

        La vida se expande, adquiere nuevas perspectivas, se eleva cuando nos permitimos completar con amor los círculos.
Tal vez, incluso, algunos de estos círculos lleven sin cerrar milenios porque de la misma forma que heredamos las tierras, el dinero o el tono de piel, pasan de generación en generación los conflictos no resueltos. 

          Probablemente nacemos ya con corazas de emociones, que pesan tanto o más que las de hierro y vamos arrastrando a lo largo de la vida sin saberlo. 

         Pues bien, ahora que todo está cambiando, que las estructuras del mundo de antes se tambalean y ya no nos sostienen es, me parece, el momento ideal para hacer limpieza a fondo y, con cariño, barrer antiguas creencias que nos impiden sentirnos merecedores de lo mejor de la vida: el amor, la prosperidad, la alegría…

          Al resquebrajarse las corazas que aprisionan al alma y al cuerpo, quizá nos resistamos y duela un poco. Es normal, ¡es tan profundo el hábito del sufrimiento! 

         Pero aunque nos de miedo, hay que dar el paso como se atreven a darlo los gusanos, si no difícilmente volaremos como las mariposas. 

 
Mercé Castro Puigautora de "Volver a Vivir" Diario tras un año de la muerte de un hijo Y "Palabras que consuelan"

jueves, 16 de abril de 2015

EL ARTE DE DECIR LAS COSAS



De la comunicación depende, muchas veces, la felicidad o la desgracia, la paz o la guerra. Que la verdad debe ser dicha en cualquier situación, de esto no cabe duda, mas la forma en que debe ser comunicada es lo que provoca en algunos casos, grandes problemas.

“…Un Rey soñó que había perdido todos los dientes. Después de despertar, mandó llamar a un sabio para que interpretase su sueño.

“¡Qué desgracia, mi señor!” exclamó el Sabio, “Cada diente caído representa la pérdida de un pariente de vuestra majestad”.

“¡Qué insolencia!” gritó el Rey enfurecido, “¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa? ¡Fuera de aquí!”

Llamó a su guardia y ordenó que le dieran cien latigazos. Más tarde ordenó que le trajesen a otro sabio y le contó lo que había soñado. Éste, después de escuchar al Rey con atención, le dijo:

“¡Excelso señor! Gran felicidad os ha sido reservada. El sueño significa que sobrevivirás a todos vuestros parientes”. 

Se iluminó el semblante del Rey con una gran sonrisa y ordenó que le dieran cien monedas de oro. Cuando éste salía del palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado:

“¡No es posible! La interpretación que habéis hecho de los sueños es la misma que el primer sabio. No entiendo porque al primero le pagó con cien latigazos y a ti con cien monedas de oro”.

“Recuerda bien, amigo mío”, respondió el segundo sabio, “que todo depende de la forma en el decir… uno de los grandes desafíos de la humanidad es aprender a comunicarse”.

La verdad puede compararse con una piedra preciosa. Si la lanzamos contra el rostro de alguien, puede herir, pero si la envolvemos en un delicado estuche y la ofrecemos con ternura, ciertamente será aceptada con agrado.”

miércoles, 15 de abril de 2015

NO TE RINDAS



Estoy leyendo un libro con este título. Soy luchadora desde siempre y desde hace tanto, no me rindo. 

La vida es cíclica. Tiene etapas, altos y bajos. Momentos de sumo placer y ratos de máxima desesperación. Estoy aprendiendo a equilibrar. A no darlo todo sin más y a no esperar todo por menos. A no emocionarme demasiado pronto y a no aceptar menos de lo que merezco.

Las expectativas que nos provocan las personas es el peor enemigo que podemos tener. Crean una imagen en nuestra mente que pocas veces se corresponde con la realidad. 

Las vamos construyendo nosotros mismos, no ellos. En realidad, las personas nos dan muchas señales para saber cómo son. Lo peor es cuando a basa de imaginarlos de otra forma queremos que la realidad encaje en el modelo de nuestra mente…y ahí se rompe el jarrón de cristal.

Realmente nadie engaña, aunque lo pretenda. Nos engañamos nosotros mismos. No queremos creer lo que vemos, no podemos admitir que lo que nos ofrece el otro esté tan lejos de cómo creemos que es. 

Hemos invertido tantas emociones en ello que ahora nos mostramos testarudos para colocarnos frente a la imagen real.
Nos hacemos daño continuamente. Los demás y nosotros mismos, no son como deseamos verlos. Todos participamos de una condición única y con marca registrada para nosotros solos que se va a mantener siempre.
Llegamos a la vida de los demás tal y como somos. Son los otros los que nos dan forma en base a lo que desean ver. 

Modelar fuera del modelo siempre está abocado al fracaso.
Últimamente, recuerdo, con frecuencia, el cuento de la rana y el escorpión. La rana se negaba a pasar el río con el escorpión encima de ella, por conocer cómo se comportaría:

-         ¡No! Si te paso el río me picarás y moriremos los dos.
-         -¡Por favor!...cómo puedes pensar que quiero morir!. Es una idea estúpida…

La rana accedió. Creyó en él. Quiso amoldar el temor de saber la verdadera condición del escorpión a su propio modelo lógico y como era de esperar, se equivocó.

Me he sentido rana tantas veces que debo ponerme unas gafas mágicas que eliminen lo que quiero ver y me dejen a solas con lo que veo. 

Ya he comenzado a hacerlo… de otra manera me habría rendido, pero no lo hago.

martes, 14 de abril de 2015

DECIDIDA SOLEDAD



Soy de quienes piensan que las mejores cosas, momentos y personas, llegan por sí solos y cuando menos se planea. Creo firmemente que aquello que se da de manera natural, a su debido orden y tiempo, siempre crea lazos más fuertes y duraderos.

He decidido estar sola por un tiempo. Y con sola, no me refiero a aislarme de las personas, sino a aislarme del amor de pareja y las mariposas en el estómago, para concentrarme en mí y crecer como persona. 

He decidido dedicar más tiempo a lo que me apasiona, a mis amigos y familia. Leer más, escribir más, sonreír más, ser feliz por mí misma. 

He decidido depurarme de lo que, y quienes me hacen daño: malos hábitos, malas actitudes, malos pensamientos y personas nocivas. 

He decidido estar sola porque no hay nadie en este mundo que pueda hacerme más feliz que yo misma. Porque el verdadero amor comienza cuando yo me amo, y sólo entonces puedo amar verdaderamente a alguien más.
No he decidido estar sola por depresión, ni por amargada, ni porque rompieron cruelmente mi corazón, ni porque ‘’todos son iguales’’… y esto último recalcado puesto que no, no todos son iguales y tampoco yo lo soy, es por eso he decidido estar sola. 

El hecho de que decida estar sola, no significa que cerraré las puertas de mi corazón; significa que esperaré el tiempo necesario hasta que esté preparada para volver a amar. 

El hecho de que decida estar sola, no quiere decir que no tengo la madurez para tener una relación estable; significa que tengo madurez de sobra para saber que un  amor sincero no se busca como un loco, sino que ambas personas se encuentran en el momento indicado y entonces todo surge.  

He decidido estar sola porque deseo sanar mis heridas, deseo rescatar mi esencia y construir mi propia felicidad para después compartirla con alguien más, que también se ame a sí mismo cuando está solo. 

Quiero estar sola por decisión propia… porque pretender olvidar a una persona con otra, o pretender buscar consuelo al vacío que a veces se suele sentir, es el camino adecuado para terminar estando verdaderamente sólo, sin siquiera tenerte a ti mismo en el proceso. 

Estoy sola porque sé que cuando vuelva a enamorarme, será de la manera más sincera… y no sólo por despecho o por  miedo a mí sin ti. 

AUTOR:   Mayeli Tellez

Me encantó. Me sumo a su mensaje.