Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


viernes, 21 de agosto de 2015

LOS LAZOS ENERGÉTICOS Y SUS EFECTOS



Cortar o filtrar. Esas son las dos opciones que nos da el autor de este texto.

Se trata de lazos invisibles que se crean entre las personas al relacionarnos. Unas veces unen maravillosamente y otras atan demoledoramente.

En cualquier caso, podemos y debemos controlarlos. Tanto si la otra persona es un ángel lleno de luz como si se trata de un vampiro energético.

En el primer caso para canalizar el torrente de energía positiva que pueda llegarnos; en el segundo para poner un filtro que nos mantenga lejos de las fuerzas negativas o para cortar toda conexión con ellas.

Me ha gustado la reflexión que os dejo, porque todos conocemos personas que nos agotan, que nos cansan, que nos dejan sin fuerza solamente con estar a nuestro lado y hablarnos. Y porque llevamos con nosotros estas cuerdas que nos atan día y noche y es necesario cortarlas o enroscarlas a la persona de las que parten.

Veamos:

“…Los lazos energéticos son una especie de hilos o pequeños tubos de energía que se crean entre las personas y por los cuales se manda información o energía. Estos lazos van de chakra a chakra, uniendo todos nuestros chakras a las personas con las que nos relacionamos, y principalmente uniendo los Chakras del Corazón. Por ejemplo, es posible que te haya pasado que te ha venido a la mente una persona y al cabo de unos instantes, esta te ha llamado por teléfono. Pues esto es debido a los lazos energéticos.


Cuanto más tiempo hace que conocemos a una persona y más íntima es nuestra relación con ella más fuerte es el lazo que nos une. Es decir, es un lazo que está muy conectado en nuestro charka y es bastante grande, es decir, capaz de transmitir mucha información y energía. 

Si al otro extremo del lazo tenemos a una persona que nos quiere, esta nos enviará buenos pensamientos y bonitas energías. Pero si al otro lado del lazo tenemos a una persona que nos odia, y que está todo el día pensando mal sobre nosotros, por el lazo nos llegarán estos malos pensamientos y malas energías. Tanto es así, que hasta podemos llegar a podernos enfermos.

Tal vez pueda hacernos falta.


miércoles, 19 de agosto de 2015

EL EFECTO PARAGUAS



He observado mucho últimamente. He mirado bien. He detallado cada palabra, cada acción y cada respuesta de los demás.  Me he dado un tiempo para darme cuenta de lo que en mi no me ayuda a ser todo lo feliz que debería.

Hay gente que se come el mundo y que nada entre los problemas como pez en el agua. Incluso para superar una dificultad se erigen en otra mayor, ellos mismos. Pero sobre todo, lo que más me ha sorprendido de este aprendizaje es la herramienta que usan cada vez que les cae una piedrecita encima. Yo lo he llamado, el efecto paraguas.

Lo primero que se ha de hacer es dejar que los conflictos resbalen por la tela plastificada de la conciencia. 

Antes de nada, tener calma. Dejar hablar. No dar información gratuita. Evitar la aceptación rápida. Conciliar y ponerse al lado del adversario aunque solamente sea para dejarle tranquilo. De este modo, las gotas resbalan. El problema queda de nuestro lado y la solución estará a nuestro favor.

El efecto paraguas es magnífico. Quedas dentro por completo y la avalancha de asuntos negativos caen por su peso al suelo sin remedio.

Lo tengo observado, lo he analizado…ahora me falta llevarlo a la práctica. Empezaré poco a poco. Para darme tiempo al cambio y acomodarme a mis propias dificultades. Sé que me va a costar pero también conozco que los resultados son geniales.

Posiblemente, me he educado en un tipo de ideología conciliadora, bondadosa y estúpida que presupone que todo el mundo es bueno y que trabaja para mantener un buen ambiente a su alrededor.

Me doy cuenta que la historia de la vida es un cuento diferente al que me contaron.

Un poco tarde me dio cuenta. Tal vez. Pero aún hay tiempo para mejorar mi propio egoísmo, que no para mejorarme a mi misma pero al menos sabré bailar bajo la tormenta. Que no es poco.

martes, 18 de agosto de 2015

LAS HORAS BAJAS



Llegan. Y llegan cargadas de angustia y de impresiones que no nos gustan. 

A veces somos capaces de relativizar todo, de hacer lo negro blanco, o al menos gris; de suavizar las asperezas, de comprender lo incomprensible.

Otras veces la cruda realidad se nos viene encima. Y estamos ahí, ante ella, desnudos. 

Hay cosas que duelen. Procesos que se anuncian con dolor y terminan con más aún. Maldades que se encubren y sospechas que se revelan como certezas.

Por mucha fortaleza que se tenga no podemos evitar sentirnos abatidos por los temores, por la incertidumbre o por las verdades que nunca queremos reconocer.

Leemos y leemos. Practicamos poco. Apenas reconoces tu caso en las líneas que devoras ya estás dejando aparcada la acción en base a la gratitud que nos reporta ese reconocimiento. Parece que con saber que lo nuestro ha sucedido a otra gente ya nos sirve. Y no es así.

Las soluciones deben ser de cada uno para cada uno.
A veces no se puede hacer nada. Solo esperar a que la vida decida por nosotros. Otras, todo lo contrario. La vida espera de nuestras decisiones para ponernos lo mejor después de lo peor. Pero hay que pasar por lo peor irremediablemente.

Pensamos que las tormentas no deben dejar caer el agua sobre nuestro techo. Pero también ocupan nuestro espacio y lo inundan.

Todos nos sentimos solos en algún momento. O en muchos. Todos nos sentimos decepcionados por alguien que nos importa mucho alguna vez. Todos nos advertimos descontrolados ante situaciones que se descomponen sin remedio. Todos, en silencio y a oscuras, reconocemos que algo no va todo lo bien que parece y que con ello se nos está yendo una parte importante de la alegría, de la ilusión y del entusiasmo que impulsa como un motor nuestra vida.

Hay que recomponer el mapa de la existencia en algún momento. Recolocar personas y sentimientos y sobre todo, diseñar nuevas rutas en las que perdernos de nuevo con una nueva actitud. Tal vez más abierta. Tan vez más conciliadora. Y pensar que posiblemente ya hemos cumplido la misión de la etapa que termina. 

Por mucho que nos duela.

domingo, 16 de agosto de 2015

ANTIGUA ORACIÓN DE GRATITUD DE LOS ESENIOS



Hemos olvidado nuestros orígenes y abandonado la conexión con la naturaleza, de ahí nacen la mayoría de nuestros males físicos y mentales. y es nuestra fuente primigenia de armonía y dicha. Muchas enfermedades podrían desaparecer al reconectar con la fuente de la vida. 

Los Esenios, descendientes directos de Moisés, y un pueblo de gran sabiduría tenían esta bella oración para dar las gracias y manifestar su amor a la tierra. Son bellos ejercicios compatibles con nuestra vida actual. 

Pronunciar la palabra ‘gracias’ purifica y libera, nos desapega, nos da confianza y nos abandonamos, aceptamos la vida. Una forma radicalmente diferente de existir.
      

 

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*Párate en medio de la naturaleza viviente, entre el cielo y la tierra.
*Siente la tierra bajo tus pies; siente como la tierra te carga y te sostiene.
*Siente el cielo infinito sobre ti; te inspira, te mejora, te eleva.
*En el cielo, piensa en el origen de tu espíritu y de tu inteligencia.
*En el cielo, piensa en el origen de tu alma eterna, de la más elevada conciencia universal.
*En la tierra, piensa en el origen de tu alma terrestre, en tu conciencia individual.
*Siéntete como una unión viviente entre las fuerzas del cielo y de la tierra, del infinito y de lo que está en desarrollo.
*Arrodíllate en la tierra, y con tu mano derecha cava un pequeño hoyo en la tierra.
*Coloca las dos manos juntas sobre tu pecho (el corazón místico), en señal de oración y de unión interna con el cielo y la tierra dentro de ti.
*En esta postura sagrada, permite que una hermosa luz, la fuerza, la presencia del cielo, fluya a través de ti: el omnipresente Padre de todos los seres vivientes. Imagina una luz diamantina, transparente como el agua pura.
*Inclínate con amor sobre la Madre Tierra, y coloca tus manos alrededor del pequeño hoyo. Inclínate sobre la tierra y coloca tu boca entre tus manos.
*Ofrécele con tus palabras a la tierra el agradecimiento del cielo a la Madre Tierra; ofrécele también el agradecimiento de tu corazón y, a través de ello, del corazón de la humanidad.
*”Madre Tierra, yo te ofrezco mi agradecimiento con todo mi corazón, y a través de él del corazón de todos los hombres y las mujeres. Que todos los seres que llevas en tu seno protejan, nutran y bendigan todo lo que crece.”
*Acuéstate después sobre la tierra y abandónate sobre ella. Que tu cuerpo y tu alma nacidos de ella sean uno con la Madre Tierra y su oculto esplendor.
Piensa y di:
*”Madre Tierra, elimina todas mis enfermedades y mis faltas según tu voluntad, para que pueda recibir la bendición del espíritu divino y trasmitirla a todos los seres vivientes, según tu voluntad”.
*Mantente en comunión, en silencio, mientras dejas que la tierra te purifique completamente.
*Ponte nuevamente de rodillas y coloca tus manos frente a la rosa solar del corazón.
*Piensa en tu espíritu, siente tu alma, y di con tu fuerza vital:
*”Con amor y gratitud,
*Te ofrezco mi amoroso agradecimiento lleno de luz.
*A la Madre Tierra, gracias;
*A agua de la vida, gracias;
*A precioso aire, gracias;
*A fuego sagrado, gracias;
*A los minerales, gracias;
*A las plantas, gracias;
*A los animales, gracias;
*A la humanidad que camina por el sendero de la evolución, gracias;
*A todos los ángeles, gracias;
*A la inteligencia cósmica que creó mi pensamiento, gracias;
*Al océano de amor que creó mi sensibilidad, gracias;
*A la vida universal que impregnó mi futuro con la semilla de la individualidad, gracias;
*A todos los seres del mundo, doy las gracias en Él, la única Fuente que unifica a todos los seres en su origen y propósito”.
*Cruza los brazos sobre tu pecho, inclina ligeramente tu cabeza, y pronuncia la palabra de cierre: “Amen”.
*Entonces, rellena de nuevo el agujero que cavaste para hablar con la Madre del mundo.

http://soyespiritual.com/oraciones/antigua-oracion-gratitud-esenia.html