Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


sábado, 19 de diciembre de 2015

LO NEGRO DE LO BLANCO



Tienes dos partes en la cara

Un guante en cada mano

Y un mundo diferente.

Tienes una estrella en la frente

Y en la espalda un tridente.

Tienes la pena en los ojos

Y el veneno en el vientre.

Tienes lo dorado y lo grisáceo,

Lo mejor y lo perverso.

La ira y la dicha,

La noche y el fuego.

Tienes el mundo a tus pies

Y el infierno de frente.

En la espuma tu delirio

En tus manos lo valiente.

Tienes el dulce de la magia

En una sola palabra tienes.

Lo negro en lo blanco

La plata en los dientes

Y en tus sueños un único gigante

La soledad que a ti viene.



jueves, 17 de diciembre de 2015

FIDELIDAD A TI MISMO



A veces nos parece que hay objetivos imposibles. Metas que no lograremos nunca. Caminos inescrutables. Pero la realidad es que todo imposible comienza con un primer paso al que se le añade la emoción del logro conseguido.

Efectivamente, lo que tenemos en contra es el recuerdo de anteriores fracasos. Hemos podido iniciar un régimen muchas veces, o querido hacer ejercicio físico sin éxito o tal vez, nos hemos propuesto ser más ordenados, menos parlanchines o más extravertidos.

Otros logros, los más complicados, tienen que ver con las relaciones, con la forma de actuar y la manera de decidir. Con la toma de conciencia de lo que nos sucede o con la manera de pulsar el botón de “hacer” en vez de quedarnos inmóviles con las lágrimas en los ojos y la cabeza llena de humo.

Estoy convencida que pensarlo en menos gravoso que hacerlo. Siempre me hablo a mi misma de pasitos pequeños. De logros ínfimos que nos hacen sentirnos un poco mejor. Pero sobre todo me hablo, porque lo necesito, de la perseverancia. De continuar sin mirar atrás. De atender a aquello de lo que estamos convencidos, porque nos lo dicta el corazón, o a esa voz interior que sin intentarlo, nos habla.

No es fácil mantener la palabra que uno se da  a sí mismo, pero es la palabra más valiosa de todas. 

Si con alguien hay que ser sinceros es con uno mismo. Si a alguien hay que hablar claro es a uno mismo. Si a alguien hemos de reñir o premiar, nadie mejor que uno mismo…y si a alguien hemos de perdonar también seremos los mejores candidatos.

Fidelidad a lo que somos y sentimos hasta que la muerte nos separe; o incluso más allá de ella. A cualquier precio. Porque todo será poco para compensar los desastres de traicionar a lo propio.

Esta noche, al abrir el librito que me acompaña leí...

" Eres el protagonista de tu propia vida. Emplea toda tu energía en ser tu mismo. Nadie puede hacerlo tan bien como tú".

Pareciese que supieran que nuestra reflexión de hoy llevaba este camino.

Esta claro. Nada pasa por que sí.  

martes, 15 de diciembre de 2015

EL CAPRICHOSO DESTINO



El destino existe. Creo en un plan propio de cada uno y en los encuentros predeterminados desde antes de tomar este cuerpo. 

A veces, nos parecen imposibles las cosas que suceden. Sin embargo, algo hay de posible en ello cuando notamos esa sensación de “conocer”, sin conocer, a una persona. Cuando vemos nuestro reflejo en otro o cuando parece que hemos vivido ya la misma situación en algún momento distinto que no podemos determinar.

Puede ser que sea. Puede que incluso hayamos compartido vidas con los más cercanos. Puede que estemos en el vórtice de un nuevo recuerdo sensitivo o que incluso ser que quienes tenemos delante nos haya acompañado tantas veces en nuestros pesares…

Lo que no podemos es definir ni trazar la raya que queda. La vida nos va lanzando el hilo por delante y nos obliga a pasar por encima.

Nos encontramos y a veces no queremos reconocernos. Uno se niega, se resiste, se aparta. Pero lo que está definido por aquel plan inicial, sucederá. Queramos o no, huyamos o no.

Hay que vivir lo que nos permita abrazar el reto de superarnos. Aún así, nos dan a elegir. Nada tienen de predeterminado nuestra vida. Posiblemente los encuentros…pero no lo que hagamos con ellos.

El destino se deshilvana frente y sobre nosotros a cada paso. Se aligera y ralentiza a cada tiempo. Se estira y encoge. Se dilata y revierte.

Posiblemente haya señales que nos indiquen quién es quién para facilitarnos qué y cómo hacer.

Una estela de incertidumbre se rinde a nuestro paso, llena de sensaciones de otros momentos en otros tiempos. 

¡Abramos los ojos del alma y sigámosla!…lo que hemos de hacer después no tendrá ni que ser pensado, solo sentido. 

Será fácil. Será sencillo.

lunes, 14 de diciembre de 2015

PARA LOS DÍAS GRISES



No hay una sola estación en la vida. Ni tampoco un mismo clima siempre. Ni siquiera un estado de ánimo se mantiene indefinidamente. 


No hay días grises que duren continuamente, ni soles que brillen de continuo. En realidad, llueve o hace sol dentro. Y nada es definitivo. Todo se incluye en un perpetuo círculo.


Veamos esta breve historia…
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…Había un hombre que tenía cuatro hijos. El buscaba que ellos aprendieran a no juzgar las cosas tan rápidamente; entonces el envió a cada uno por turnos a ver un árbol de peras que estaba a una gran distancia.


El primer hijo fue en el Invierno, el segundo en Primavera, el tercero en Verano y el más hijo más joven en el Otoño. 


Cuando todos ellos habían ido y regresado, el los llamo y juntos les pidió que describieran lo que habían visto. 

El primer hijo menciono que el árbol era horrible, doblado y retorcido. 

El segundo dijo que no, que estaba cubierto con brotes verdes y lleno de promesas. 

El tercer hijo no estuvo de acuerdo, el dijo que estaba cargado de flores, que tenia aroma muy dulce y se veía muy hermoso, era la cosa más llena de gracia que jamás había visto. 

           El último de los hijos no estuvo de acuerdo con ninguno de ellos, el dijo que estaba maduro y marchitándose de tanto fruto, lleno de vida y satisfacción. 

         Entonces el hombre les explico a sus hijos que todos tenían la razón, porque ellos solo habían visto una de las estaciones de la vida del árbol. 

      El les dijo a todos que no deben de juzgar a un árbol, o a una persona, por solo ver una de sus temporadas, y que la esencia de lo que son, el placer, regocijo y amor que viene con la vida puede ser solo medida al final, cuando todas las estaciones han pasado. 

         Si tú te das por vencido en el invierno, habrás perdido la promesa de la primavera, la belleza del verano y la satisfacción del otoño.

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            No dejes que el dolor de alguna estación destruya la dicha del resto. 

No juzgues la vida por una solo una estación difícil. 

Persevera a través de las dificultades y malas rachas… mejores tiempos seguramente vienen por delante.