Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


martes, 8 de marzo de 2016

LOS DÍAS DE... (8 de Marzo)



“No me gustan los días de…”; hoy me parece especial, sin embargo, por referirse a la mujer, pero no quiero hacer distinción.
Es cierto que un día dedicado a alguna causa nos la recuerda. Y posiblemente, nos haga reflexionar sobre ella. Pero en ocasiones solo sirve para hacer comparaciones si no hay un día dedicado a lo opuesto. Como en este caso.

Hay que reconocer que la mujer tiene una historia negra detrás de  sí. Qué ha sido relegada, ninguneada, sometida y menospreciada durante siglos y que en muchas culturas sigue siéndolo.

Si tenemos que reivindicar algo es porque nos falta o nos ha faltado. Si ha existido una lucha es porque hubo una causa. Y si realmente nos hemos quejado es porque existía una herida.
Hasta biológicamente somos distintos. Y menos mal. Porque no hay nada mejor que complementarnos. 

Creo que hoy en día pocas mujeres mantendrán el discurso anacrónico del feminismo equivocado que sostiene la igualdad integral. No somos iguales; nunca lo seremos. Y debe ser así.

Es obvio que ambos sexos somos personas humanas y desde esa posición todo nos pertenece por igual. Todo. Pero de ahí a dar pie al otro sexo a que esgrima argumentos simplistas basados en la fuerza, por ejemplo, existen matices que hay que concretar.

Lo cierto es que a lo largo de la historia han muerto muchas mujeres por defender lo que nunca debió de ser objeto de defensa, sino derecho natural. 

Lo cierto, también, es que ser mujer ha conllevado y conlleva un sinfín de trabajos añadidos, sufrimientos agregados y desvelos infinitos que no pueden entenderse si no lo eres.

Somos diferentes. Nuestro cuerpo lo es. Nuestro cerebro también. No así nuestro corazón que debería seguir los mismos patrones de amor incondicional y compasión infinita de los que tanto sabemos nosotras.

En ocasiones, he tratado este tema en clase. Y después de debatirlo ampliamente, sólo entre las mujeres que van, una de ellas, la decana por tener 85 años, remata el debate con la reflexión de que muchos de los patrones que siguen los hombres son responsabilidad de las madres; mujeres en definitiva colaborando a que los hombres las hagan sentirse diferentes y por debajo.

Espero que eso sea ya un anacronismo y que las madres de hoy sepan enseñar a ambos sexos que todos somos iguales y que debemos responder de la misma forma ante la vida. 

Porque al fin y al cabo, la diferencia debe estar en los estilos afectivos, no en los derechos y deberes fundamentales.

A pesar de todo, lo pasado y lo presente, a mi me encanta ser mujer.

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