En
realidad uno es lo que cree ser. Lo que pensamos se hace realidad porque todo
nuestro plan está detrás de ser lo que creemos.
No
es magia. No es ilusionismo. Es pura matemática lógica. Si crees ser una cosa o
de una forma, cuando planeamos, programamos y planificamos lo haremos de
acuerdo a nuestra idea del ser y también actuaremos “como si así fuésemos”.
Se
suman los intentos, se multiplican las acciones y al final de todo, somos como
creemos ser.
Lo
peor es si con el tiempo descubrimos que somos lo que no queremos ser. Lo mejor
es saber que también se puede revocar esa idea y de nuevo planear ser de otra
forma.
De
cualquier modo, terminaremos siendo tan grandes o tan pequeños como nos veamos
en nuestra mente.
Aquí
os dejo un cuento Zen sobre este mismo tema.
______________________________________________________
“…A
un discípulo que se lamentaba de sus limitaciones, le dijo el maestro,
“naturalmente que eres limitado. Pero ¿no has caído en la cuenta de que hoy
puedes hacer cosas que hace quince años te habrían sido imposibles? ¿Qué es lo
que ha cambiado?”
“Han cambiado mis talentos”, respondió el monje.
“No, has cambiado tú”, dijo el maestro.
“¿Y no es lo mismo?”, dijo el discípulo.
“No, tú eres lo que tú piensas que eres, cuando cambia tu forma de pensar, cambias tú”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario