Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


miércoles, 20 de julio de 2016

NO VOY A VOLVER CONTIGO



 Me ha gustado. Puede servir a muchos. Lo comparto.
________________________


No voy a volver contigo. Demasiadas veces he traicionado mi dignidad. Tanta otras que he sentido como mis rodillas se flexionaban ante tus mentiras. Demasiadas las que a pesar de saber la verdad quise creer tus excusas.

No voy a decirte que no te amo y que no te amé a tanto que me olvidé de mi. No voy a asegurar que pueda olvidarte. Ni siquiera que no te recuerde todos los días y, al principio seguro, a cada instante.

No volveré porque he comenzado, muy lentamente, a quererme a mí misma. Porque perdí la sensación de poseerme para darme a ti, sin darme cuenta que cuanto más me daba más me perdía.

No diré nunca que no fui feliz contigo. Lo fui intensamente. Lo fui demoledoramente. Tan feliz fui que nunca quise perderlo y cuando fue deshaciéndose como la nieve bajo el sol, seguí queriendo retenerlo sin éxito. Es duro cuando ves que tanto gozo se escapa entre los dedos. Nunca pensé que necesitaría tanto tu reclamo y sin darme cuenta, poco a poco, me quedé pegada a él. Un día, otro día, una hora, otra hora, un segundo y el siguiente.
            Me toca ahora desandar el camino. Un camino en el que corrí, grité, reí y me enredé en la alegría fácil de forma tan difícil. Puse mucha carne en el asador y se consumió toda con pocas brasas.

No me arrepiento de nada. Lo volvería hacer, tal vez. Lo haría porque mi corazón se sintió pleno muchas veces. Lo haría porque aprendí mucho durante el trayecto. Porque tú eres muchos mundos en uno y me hiciste participar de todos. Pero lo haría sobre todo por ver de nuevo tu cara de sorpresa cuando se te descubre la mentira y no eres capaz de convencer al adversario. 

Y es que tú siempre crees que convences. Y lo haces con ese aspecto de inocencia con el que se te perdona todo. Pero hoy, no es la falta de perdón lo que me aleja de ti. Hoy es el cansancio de no poder con tu forma de presentarte en la vida. De seducir hasta las piedras. De ser siempre caballo ganador y de abandonar el trofeo cuando lo consigues.

No voy a volver amor mío. No lo haré. Porque es ahora a ti al que te toca aprender. Porque esto ya olía a podrido hace tiempo. Porque me quieres como sabes y esa sabiduría es demasiado  escasa para mi corazón.

No voy a volver porque he vuelto demasiadas veces y demasiadas también me has abierto de nuevo la puerta. Porque lo quieres todo a todas horas. Porque la honestidad en tu boca se diluye como la sal en el agua, como espuma en el mar, como humo en el cielo. Porque me da pena tanto teatro sin actor, tanto cuento sin final feliz.

No voy a volver ya ni por mis propias ansias de ti, porque ellas se han cansado de esperarte digno y sincero, de creer en ti sin merecerlo.
Nadie más que yo sabe cuántas caras tienes; las que te pones en cada momento o las que te quitas cuando te interesa.

Algún día, la vida se pondrá frente a ti y te pedirá cuentas. Al hacer repaso te darás cuenta que la cuenta es más larga de lo que esperabas; que has hecho trampa demasiadas veces; y te enseñará que con ella no se juega y comprobarás que es la única con artículo femenino que no te pase una.

Entonces habrá terminado todo y no habrá otro después para volver a intentarlo.

No voy a volver porque has hecho una detrás de otra y me he pasado los años esperando la siguiente, que llegaba siempre. Y ahí me quedaba, en el medio de otro charco, comiéndome otro marrón.

No lo haré, porque no me queda más resistencia a las espaldas, ni me queda retal del corazón en el que no te hayas limpiado, ni pedazo de alma que no hayas engañado.

Y pensarás aún, como siempre, que eres tú la víctima y te pondrás la venda teniendo yo la herida. Y te seguirás viendo cordero con piel de lobo aunque siempre sea al revés. Y es que los lobos matan por vencer y tú mueres por convencer.

Algún día te darás cuenta que el amor no es de quita y pon y de que por mucho que lo laves, si lo ensucias, no se va la mancha. 

Sé que te gusta poner a prueba los detergentes y lavas la cara a las situaciones una y otra vez. Al final, ni siquiera te importan los muertos que dejas en el camino. Son daños colaterales, dices siempre. 

Pero que te conste que algún día el muerto serás tú, aunque sigas viviendo.

Aunque nunca leas esto, no voy a volver contigo.





No hay comentarios:

Publicar un comentario