Tenemos
la mala costumbre, el mal hábito de estar haciendo permanentes revisiones
internas ante todo. Cada cosa que nos sucede, lo que oímos, lo que vemos…todo
cae inexorablemente en un sistema rodado en el cual, vamos comparando lo que captamos
con los valores y creencias que persisten como fondo de armario en nuestra mente.
Lo
malo es cuando estas creencias son limitantes, entonces seremos verdugos
permanentes de otros o de nosotros mismos.
Esto
está mal, esto no me gusta, esto no es lo aprendí, como esto no lo quiero, esto
es lo único que nunca quise, esto no es para mí, ¿por qué hice esto?...
Un
sinfín de preguntas que nos cuestionan, una y otra vez, la posición que
ocupamos, la que nos dan los otros o la que dejamos que ocupen.
Me
ha gustado mucho lo que Walter Riso dice, en su Guía Práctica “Para mejorar la
autoestima”:
…”El
mal hábito de estar haciendo permanentes revisiones interiores, duras y crudas,
incrementa la insatisfacción con uno mismo y los sentimientos de inseguridad.
Nadie aprende con métodos basados en la punición o el castigo.
El
castigo sistemático, en cualquiera de sus formas, lo único que te enseñará es a
huir de los depredadores y castigadores de turno; huir y nada más. No resolverás
el problema de fondo, no lo enfrentarás. Pero cuando hablamos de auto castigo,
el problema es que el verdugo seas tú mismo y, entonces, lo llevarás a cuestas
como una desventura: defenderte será como escapar de tu propia sombra.
Infinidad
de gente posee un sistema de autoevaluación que los hacen sufrir día y noche, momento
a momento e, inexplicablemente, se sienten orgullosos del martirio que se
propician a sí mismos.”
Nadie
quiere sufrir y menos si el sufrimiento viene de uno mismo, pero en ocasiones
estamos estancados en un farragoso barro que removemos continuamente y en el
que resbalamos sin fin.
Necesitamos
herramientas que nos den la mano y nos indiquen la salida. El trabajo interior,
enamorarse de uno mismo, tener lo innegociable claro y atrevernos a ser como
somos nos dará la oportunidad de
sentirnos en paz; al menos con uno mismo, que no es poco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario