Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


miércoles, 6 de julio de 2016

TÚ, EL VERDUGO



Tenemos la mala costumbre, el mal hábito de estar haciendo permanentes revisiones internas ante todo. Cada cosa que nos sucede, lo que oímos, lo que vemos…todo cae inexorablemente en un sistema rodado en el cual, vamos comparando lo que captamos con los valores y creencias que persisten como fondo de armario en nuestra mente.


Lo malo es cuando estas creencias son limitantes, entonces seremos verdugos permanentes de otros o de nosotros mismos.
Esto está mal, esto no me gusta, esto no es lo aprendí, como esto no lo quiero, esto es lo único que nunca quise, esto no es para mí, ¿por qué hice esto?...

Un sinfín de preguntas que nos cuestionan, una y otra vez, la posición que ocupamos, la que nos dan los otros o la que dejamos que ocupen.

Me ha gustado mucho lo que Walter Riso dice, en su Guía Práctica “Para mejorar la autoestima”:

…”El mal hábito de estar haciendo permanentes revisiones interiores, duras y crudas, incrementa la insatisfacción con uno mismo y los sentimientos de inseguridad. Nadie aprende con métodos basados en la punición o el castigo.

El castigo sistemático, en cualquiera de sus formas, lo único que te enseñará es a huir de los depredadores y castigadores de turno; huir y nada más. No resolverás el problema de fondo, no lo enfrentarás. Pero cuando hablamos de auto castigo, el problema es que el verdugo seas tú mismo y, entonces, lo llevarás a cuestas como una desventura: defenderte será como escapar de tu propia sombra.

Infinidad de gente posee un sistema de autoevaluación que los hacen sufrir día y noche, momento a momento e, inexplicablemente, se sienten orgullosos del martirio que se propician a sí mismos.”


Nadie quiere sufrir y menos si el sufrimiento viene de uno mismo, pero en ocasiones estamos estancados en un farragoso barro que removemos continuamente y en el que resbalamos sin fin.

Necesitamos herramientas que nos den la mano y nos indiquen la salida. El trabajo interior, enamorarse de uno mismo, tener lo innegociable claro y atrevernos a ser como somos nos dará  la oportunidad de sentirnos en paz; al menos con uno mismo, que no es poco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario