Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


domingo, 31 de julio de 2016

VIAJE A ÍTACA (Relato del Domingo)



DOMINGO ANTERIOR

.-Ahhh! Por fin. Estamos salvados. Aquí está toda la información que necesitamos para proceder a abrir la caja de seguridad donde están las pruebas. La policía nos ayudará a desmantelar a esa panda de desgraciados. -Swa temblorosa y esquiva se colocó las gafas de sol sin decir nada. 

Owen, convencido de la estrategia a seguir, miró a Steven con una sonrisa de agradecimiento.

.-Te debo mucho amigo. Te enseñaré lo que guarda este teléfono.- Apretó el botón de encendido y el dispositivo se iluminó. Pasados breves instantes, un mensaje apareció en la pantalla advirtiendo de que no existía tarjeta sim en su interior.

Owen dislocado y aturdido gritó desesperadamente…
.-¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO….!


DOMINGO  31 de julio de 2016

Owen calmémonos, respondió Swa, seguramente la tarjeta estaba dañada. Ha recibido muchos golpes este aparato. No podemos asegurar que esté en perfecto estado.

.-Y eso que importa ¿eh?. ¡Dime!; qué importa cuando hemos perdido las claves de acceso que estaban encriptadas en orden contrario.- Swa se alegró de saber esta noticia porque esa sería la clave para salvar a su hijo.

.-Para el coche Steven. No podemos ir a la policía. 

.-Tampoco podemos regresar a casa. –intervino Steven que acababa de presenciar la patética escena que allí había causado una persona muerta.

.-¿Qué podemos hacer?, dijo con un tono desesperado Owen.
.-Tengo una amiga. La he conocido en el avión en el que vine. Nos ayudará, estoy seguro. Se llama Valeria. Se aloja en el Hotel Oriol. Pararemos a llamarla, seguramente podrá   orientarnos sobre qué hacer.

Steven aparcó el coche en un lado de la acera que daba comienzo ya a otra localidad. Pretendía sacar su móvil y llamar a aquella bella mujer con la que había tenido una cita inacabada.
En un instante sintió un dolor en su ante brazo derecho cerca del hombro. Profirió un grito desgarrador llevándose la mano a la zona en la que lo había notado. Un diminuto bulto viscoso se retorcía dentro de su camisa después de haber clavado su aguijón en la carne de aquel brazo ancho y abultado por los ejercicios del gimnasio. 

.-¿Oh!!!!!!!!!! Qué es esto?:- Al instante, un  sudor frío y denso le recorrió todo el cuerpo desplomándose sobre el asfalto sin poder reaccionar. Owen acudió rápidamente hasta él.

.-Mi querido amigo, ¿ qué te sucede?. Tocó su frente comprobando que estaba muerto.

.-Steven, Steven…! respóndeme por favor!. Amigo, no!, tu también ..NOOO!!!. Lloraba desesperadamente mientras Swa se había deslizado por la parte trasera tratando de huir. Escondida entre el resto de los coches se acurrucó debajo de uno de ellos para no ser vista.

Owen tardó unos instantes en reaccionar olvidando su presencia en la escena. Abrazó a su amigo con una tristeza inmensa mientras las lágrimas, llenas de amargura, se deslizaban también sobre el hombro de su amigo muerto. 

De pronto, se dio cuenta de una diminuta mancha de sangre en el lugar que había mojado sus lágrimas. Se apresuró a descubrir la camisa de su amigo y allí lo pude ver. Aplastado y muerto se escondía el pequeño escorpión que había matado a su amigo.

No podía saber que su destino era otro. Que estaba destinado a sí mismo.

Muy pronto, antes de lo que pensaba, todo se iba a complicar aún más porque en aquel momento, Swa estaba dispuesta a traicionarle para salvar la vida de su hijo o, al menos, había comenzado a intentarlo. 

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