Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


sábado, 20 de agosto de 2016

TÚ TIENES EL PODER DE ELEGIR



Nunca me había dado cuenta de lo grandioso que es el poder de elegir. Tenemos la llave en nuestra mano y suplicamos al carcelero que nos abra la celda.

Tomar consciencia de nuestra situación en cada caso es un paso importante para iniciar el ejercicio del poder de elección, pero no es suficiente. 

Hay que tomar distancia. Estar muy involucrado en algo nos hace perder perspectiva con respecto a lo que nos sucede. Fijar el espacio suficiente para verlo nos permite observarnos a nosotros mismos y dejar de derivar la culpabilidad a los de nuestro alrededor.

Los atropellos de los que nos creemos víctimas se producen porque de alguna forma o hemos puesto expectativas propias en lo que no podemos controlar o hemos dejado que pasen hasta la cocina de nuestra alma sin poner ninguna barrera defensiva.

Me he convencido que no se puede dar todo a nadie. Hay que reservar en la intimidad parte de nuestro ser parte de nuestro saber, de nuestra emoción, de nuestra entrega. Lo que es abundante se deja de valorar. Lo que no supone una conquista se toma por derecho y nunca nuestra persona debe representar una posesión para ningún otro ser. Lo peor es cuando incluso uno mismo cree que es un objeto poseído y tiene dueño.

De cualquier forma, la vida es cíclica, cambiante, movible, diversa y maravillosa. En ese devenir tan incontrolado del suceder diario hay algo que poseemos sin ser conscientes de que es así: la capacidad de decisión, la oportunidad de girar la calle, la opción de cambiar de rumbo.

Cuando salimos a la vida de nuevo, ésta nos está esperando con un sinfín de oportunidades para ser felices con lo sencillo, con la apreciación del momento, con el aquí y el ahora conscientes y plenos.

No hay que aspirar a mucho para estar en paz. Hay, sin embargo, que empeñarse mucho en querer estarlo. Despegarse de las cadenas invisibles que nos atan absurdamente a personas, objetos e incluso ideas cuyo poder nos someten en la dependencia.
Hace falta poco para ser feliz…incluso de ese poco…sobra algo para regalar a los demás.

Momento de pausa. Respiro. Exhalo. Todo está bien. Todo sucede como tenía que suceder.

4 comentarios:

  1. Así es, así lo siento. Un abrazo muy grande!!!

    ResponderEliminar
  2. Amiguitaaa!!! Me fundo en ese abrazo!!!!*

    ResponderEliminar
  3. Gracias May por unirte a estas reflexiones que crean lazos invisibles que nos unen a los que aqui estamos y seguro nos ayudan de forma silenciosa...anónima...!
    Un abrazo*

    ResponderEliminar