Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


domingo, 11 de septiembre de 2016

VIAJE A ÍTACA (Relato del Domingo)



Domingo anterior

No podía entender cómo había desaparecido aquella dulce mujer a la que amaba tanto. Tenía que encontrarla antes de dar ningún paso para resolver aquel pasado que le perseguía y estigmatizaba.

Steven miró a Swa desesperado.

.- No puedo hacer otra cosa o moriré. – Le respondió.

.-¿Por qué?¿Qué relación tienes con el pasado de Owen?.- El antiguo amante de la mujer china la miró inquisitivo. Alargó su mano tanto que casi rozó su jersey.

.- Dámelo.

.-¿Qué?.- Swa pensó en la tarjeta SIM sin saber que se equivocaba.

.-¡Dame la mitad del colgante egipcio que tienes en tu poder!. ¡Ya!...
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Relato del Domingo  11-09-2016

.-No puedo creer que estés traicionando a Owen. ¡Eres su amigo!. ¡Confía en ti!...yo te amaba… Steven sin mover un gesto de su cara tomó a Swa por el brazo y la acercó hasta su cara.

.- El poder es más sugestivo que el dinero mi querida Swa. Si tienes poder lo tienes todo. Seré poderoso con ese medallón. ¿Acaso sabes lo que significa poseerlo?.

.-No me importa. ¿Acaso sabes tú lo que significa la lealtad?¿Hay algo más poderoso?.- La miró con desprecio condenándola a la ingenuidad con la que la juzgaba.

.-¡La lealtad!, ¡el amor!...cuántas palabras bonitas sabes más. Son como el humo…las dices y ya se están escapando de ti. 

¡Quiero el medallón. Basta de charla.!

.-No lo tengo.

.-Pero sabrás donde encontrarlo.

.- No lo sé.- Swa mintió asustada sin saber si lo mejor sería dárselo. Algo la decía que no.

.- Yo mismo mandé que le entregasen a Owen la mitad de él por medio de mis contactos. Sabía muy bien que la otra parte sería fácil de encontrar si él la tenía. Y mira de qué forma llegó a ti. 
¡Dámela he dicho!.- Steven había recogido la otra mitad del medallón que caída bajo el asiento trasero esperaba a ser rescatada. Le faltaba la mitad que Swa había escondido en la caja de marfil. Estaba seguro de que ella sabía dónde estaba.
Una de las poderosas manos de aquel viejo amante de la mujer china alcanzó su delicado cuello. Lo abarcaba sin dificultad. 
Comenzó a apretar con la intención de matarla si no era capaz de arrancar de sus labios el paradero del colgante.

 Swa sin poder respirar apenas, le indicó con la mano que la soltase para poder decírselo.

Tosió repetidamente hasta que pudo recuperar la voz.
.- Está bien. Eres el ser despreciable que odié cuando te fuiste. Te lo daré y nos olvidarás para siempre.

.-No puedo olvidarme de mi hijo. Te diré de hecho que está muy contento con su nuevo hogar…algo lejos de aquí. -Swa creyó enloquecer. Aquel malvado hombre se había llevado a su hijo, tal vez para siempre.

.-¡¿Has secuestrado a mi hijo?!. Dime dónde está. ¡Te odio!.
.-Mi querida Swa, estás confundida. Es mi hijo también y tengo derecho a disfrutar de él…otros nueve años… al menos. ¿No te parece justo?.

.-No te daré el colgante hasta que Liu no esté junto a mí.

.-Uhmmm has olvidado quién pone las reglas aquí. Qué pena mi pequeña chinita. Tendré que matarte entonces. Pero quiero que lo pienses bien. En realidad es muy triste que un niño crezca sólo, sin su madre, sin poder verla más.- Swa se encontraba en el peor momento de su vida.

.-Cómo sé que está bien. Cómo sé dónde está.-Steven saco su teléfono móvil y marco un número demasiado largo para ser la zona en la que estaban. Apretó la tecla de la videoconferencia y al momento visualizó a su hijo en una playa  jugando con la arena.
.-¡Hola mami!, ¿cuándo vienes?. Me ha dicho papá que estaremos aquí pronto los tres. –Swa con las mejillas llenas de lágrimas sordas cogió fuerzas para hablarle.

.- ¡Mi niño!, ¿estás bien?. Sí si pronto estaré contigo.-Al fondo había un letrero en principio indescriptible. Steven le quitó el teléfono para despedirse del niño sin dejarles hablar más.

.- Te llevaré con él cuando me des la otra parte del medallón.- De pronto, la mujer china pudo reconocer el tipo de lengua en la que estaba escrito el letrero. Era coreano. ¡Le había llevado a Corea!.

.-¡Cómo has podido!. Nunca saldrá de allí.- Swa sabía que Steven procedía de Corea del Norte.

.-Solamente hay una opción mi delicada geisha. Tú irás con él. (…)




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