Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


viernes, 23 de diciembre de 2016

¿A QUIÉN SENTARÍAS A TU MESA?



Mañana celebramos una noche especial. No sé si tanto por el sentimiento religioso que debería envolverla, como por el acercamiento afectivo que llena nuestro corazón con los que queremos tener cerca.

En definitiva, todo se resume en amor. 

Quién celebre un nacimiento singular como el de esta fecha está abrazando igualmente un mensaje de amor; quienes se diluyan en lo cercano y presente, también lo hacen.

Los buenos sentimientos que se regalan estos días no deberían tener fecha de caducidad. Sin embargo, miramos a Enero y nos sentimos diferentes. Es como si se reanudase la vida normal y ahora estuviésemos en un paréntesis mimético en el cual todos hacemos y pretendemos sentir lo mismo.

La Navidad debería ser una actitud que se prolongase en el tiempo. Posiblemente, sería deseable que hiciésemos espacio en el interior; tanto… que fuese fácil distanciarnos de los problemas para sobrevolarlos.

Entonces, todos nuestros miedos, los sentimientos de fracaso, ira, celos y angustia quedarían listos para ser observador sin juzgar, sin implicarnos, sin empatizar tcon ellos hasta el punto de llegar a invadirnos y confundirse con nosotros.

En esa actitud, podríamos practicar la compasión. Por uno mismo y por el que creemos que nos ofende.  Y tal vez así, dirigirnos amorosamente hacia el dolor para asumirlo como parte de la vida y no como algo en contra de ella.

Los que se han ido, los que ya no están con nosotros ponen los puntos a estas fechas. Puntos suspensivos, punto y aparte o punto y final.

De todos los modos, ninguno de los puntos de nuestra ortografía son válidos para lo que sentimos. No hay nada que termine. No hay nada que se corte. La línea de la existencia del alma es continua.

Ni la ausencia física puede arrancar del corazón todo lo que llevamos de ellos allí dentro.

Por eso, en mi mesa estarán ellos también. Como siempre estuvieron; ahora convertidos en puro amor.

No hace falta nada más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario