Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


sábado, 26 de marzo de 2016

EL ÁRBOL MÁGICO



He decidido tener un jardín invisible, donde plante una flor por cada logro que conquiste y donde pueda dar cabida a un árbol que recoja mis penas.

Lo mejor de todo que los dolores se conviertan en frutos sabrosos que me hagan olvidar el amargo de otros tiempos.

Veamos este texto…
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El carpintero que había contratado para ayudarme a reparar una vieja granja, acababa de finalizar un duro primer día de trabajo. Su cortadora eléctrica se daño y lo hizo perder una hora de trabajo y ahora su antiguo camión se niega a arrancar. Mientras lo llevaba a su casa, se sentó en silencio. Una vez que llegamos, me invitó a conocer a su familia. Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol, tocando las puntas de las ramas con ambas manos. 

Cuando se abrió la puerta, ocurrió una sorprendente transformación: Su bronceada cara estaba plena de sonrisas. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dio un beso a su esposa.
Posteriormente me acompañó hasta el carro. Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunté acerca de los que le había visto. Hacer un rato antes. 

"Oh, ese es mi Árbol de Problemas", contestó. "Se que no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura: los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa. Luego en la mañana los recojo otra vez." 

"Lo divertido es", dijo sonriendo, "que cuando salgo en la mañana a recogerlos, ni remotamente hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior.

miércoles, 23 de marzo de 2016

DEJA QUE SUCEDA...



Tenemos miedo a perder; a quedarnos sin padres, sin amigos, sin amor. Tenemos temor a que las cosas sucedan aun cuando no nos vayan bien.

He comprobado que no todos estamos hechos de la misma pasta. Que hay gente honesta, que sufre, que se entrega, que se compromete y que sostiene su compromiso. Otra que se deja, que se balancea en el todo vale a costa de todo y que se adapta muy bien a cualquier caos que sea provocado por ella misma.

Hay gente sensible, abierta al afecto, franca y sincera. Otra que se recoge en lo que parece, que siempre salta de escena en escena y que no sabe ni cuál de ellas entregarnos.

He aprendido que el peor de todos los males es no estar seguro de lo que uno quiere porque eso nos lleva al masoquismo, a aceptar hasta aquello que nos hace daño, a soportar por encima del umbral del dolor, a consentir lo que está fuera de nuestros principios y a someternos a lo que va en contra de nuestros valores.

Lo terrible es confundirnos de persona porque el coste emocional es importante. Sin embargo, hay que analizar más ampliamente el panorama. 

Revisar el listado de lo que de esa persona nos hace felices y de aquello otro que solo nos aporta sufrimiento. Quedarnos con el lado de la balanza que suba más alto y después…dejar que suceda.

Posiblemente, cerramos una puerta para abrir una ventana. 

La de la tranquila soledad, la de la serena calma que no se vea sobresaltada por temores que recorran, una y otra vez, nuestra espalda sabiendo que de nuevo nos han engañado.

Que  suceda… y que los vientos empujen las naves de cada cual al mejor puerto posible. 

Tal vez volvamos a encontrarnos y podamos alegrarnos de que lo que sucedió fue lo mejor para ambos.

lunes, 21 de marzo de 2016

VAMPIROS EMOCIONALES



Seguramente todos nos hemos encontrado con personas con las que después de estar nos sentimos mal; cansados, abatidos y sin energía vital.

Su influencia es sorda e invisible. Extienden su negatividad incolora sobre los que se acercan a ellos y la incrustan en la zona emocional de nuestro mapa de conducta.

He leído este artículo y creo que es interesante para reflexionar sobre el tema.

Lo comparto.

“Todos somos depredadores emocionales alguna que otra vez”. Tomarse las cosas a título personal, te convierte en una presa fácil para esos depredadores, los magos negros… Te comes toda su basura emocional y la conviertes en tu propia basura. Pero si no te tomas las cosas personalmente serás inmune a todo veneno aunque te encuentres en medio del infierno.”
Dr. Miguel Ruiz

Los vampiros emocionales son personas normales cargadas de negatividad, se alimentan de nuestra energía y buen humor. Suelen hipnotizarnos con su cordialidad y encanto transmitiendo una gran confianza, pero tras entrar en nuestra vida, comprobamos que aumentan su autoestima devaluándonos y manipulándonos.

La mayoría de estas personas arrastra un egoísmo semejante al de los niños, ( caprichos y rabietas, lo quiero ahora), donde sus necesidades se convierten en las únicas importantes. Nunca cometen errores, ni admiten equivocaciones ni se sienten culpables. No valoran el esfuerzo, el apoyo, ni el afecto ajeno, ellos quieren su propio beneficio, y en el caso de ofrecer su ayuda, suelen encubrir “extraños” motivos. Suelen utilizar nuestra información para dañarnos.

La mejor opción para escapar a su sometimiento, consiste en alejarse de ellos, sin olvidar jamás que somos nosotros los que debemos de asumir siempre el control. Tratarán de cambiar nuestras normas y actitudes, hasta modificar nuestros valores y enemistarnos incluso con los seres más queridos. Emplearán su potencial negativo para propiciar la confusión y el miedo; controlarnos y modificar nuestro nivel de energía positiva. 

Debemos de evitarlos sin escapar asustados, sin renunciar a nuestra fuerza intrínseca que nos hace en caso de que seamos valientes, menos vulnerables.

https://lamenteesmaravillosa.com/vivimos-rodeados-de-vampiros-emocionales/