Domingo anterior
Aquel hombre acababa de matar a su compañero. No podía permitir
que le delatase. La sola idea de haber gozado con su proeza le enloquecía.
Había estado muchos años en prisión y sabía lo que les esperaba a los
violadores. No podía arriesgarse. Hombre muerto no declara, pensó. Y sin dudar
había acertado de pleno en el único tiro que había hecho.
La situación se había complicado estúpidamente. La mujer china no
le interesaba ya en absoluto y aquel hombre muerto tampoco le concedía ningún
beneficio.
Entró de nuevo a la nave y comprobó que Swa estaba inconsciente.
La miró y escupió en su pelo.
Se fue arropado entre la oscuridad de la noche. No pensaba volver
al coche. Aquella aventura había terminado para él. Era mejor alejarse y
olvidarlo todo.
Mientras tanto, un grito demoledor salió de aquel coche en el que
estaba atrapado Owen. Alguien estaba sangrando. Las tijeras se habían hendido
en uno de los cuerpos…
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Domingo 15_05-2016
El policía asestó un tiro sesgado en la cerradura de la puerta
trasera del coche para liberar los cuerpos. Al instante de haber roto aquel
cerramiento, uno de los cuerpos cayó sobre el asfalto.
Owen permanecía rígido sin poder mover ni un solo músculo de su
cuerpo. Aterrado y casi inconsciente
cayó maltrecho sobre el asiento en el que estaba recostado.
La mujer, sin embargo, desplomó su cuerpo sobre el suelo ensangrentado.
El agente se agachó diligente sobre ella.
Balbuceaba unas palabras sin sentido
que no supo interpretar. Sin embargo, señalaba inquieta su bolso. El policía no
percibió este gesto.
Owen advirtió la agitación de la mujer moribunda. Estaba atado y apenas
podía moverse. Se revolvió en señal de solicitud. Gemía acaloradamente para que
aquel hombre le desatase pero éste se apartó de la escena para llamar a los
servicios sanitarios.
La impaciencia de Owen iba en aumento. Se sentía acorralado entre
aquellas cuerdas y necesitaba alcanzar el bolso de aquella asesina.
.-En breves momentos se personará una ambulancia aquí. Resista.- Le
dijo a en voz baja a la mujer aún con vida. Owen seguía profiriendo gritos
ahogados tras de aquella especie de bozal que le impedía articular palabra.
Con cuidado de no mover el cuerpo de la mujer, el agente entró en el coche para desatar a Owen.
.- Tranquilo en un momento estará liberado y podrá contarme qué ha
sucedido. – Owen solamente quería llegar hasta el bolso de aquella mujer que la
esperaba en el asiento de adelante pero estaba seguro de que sería difícil
poder acercarse. Escuchó cómo pedía refuerzos. Su compañero estaba buscando
rastros de pruebas en los alrededores del coche.
El doctor contó con brevedad lo sucedido. No podía decir la verdad
por lo que resumió el ataque como un acto espontáneo de asalto por robo de
aquellos maleantes desconocidos. Alertó de la huída de Swa y les imploró que
fuesen a buscarla a la mayor brevedad. No tenía idea de qué podía haber pasado
con ella. Nunca imaginó en el estado que se encontraba en aquellos momentos.
.- Esperaremos los refuerzos.- dijo el compañero que registraba
minuciosamente el lugar. No puedo ir solo. Hay dos hombres más.
.-Sí, de acuerdo.- respondió el otro. Hay que esperar. Owen quería
llegar al bolso de la mujer moribunda pero no sabía de qué forma hacerlo.
La ambulancia llegó relativamente pronto. Cuando movieron el cuerpo
de aquella joven mujer se dieron cuenta que estaba sin vida.
.-Esperaremos al juez para poder levantar el cadáver.
.-He perdido mi móvil.- dijo Owen con celeridad. Tengo que
buscarlo.
.-No, imposible. Está en la escena de un crimen.
.-¿Crimen?. ¡No no, por dios!, ella quería matarme. ¡Yo estaba
atado!.
.-Eso habrá que demostrarlo. No hay nada claro aquí.
El compañero, viendo la desesperación de Owen y la evidencia de ser
una víctima, le convenció para que le entrase al coche de nuevo y buscase el
preciado objeto.
Muy pronto Owen se dio cuenta que no estaba allí pero aquella
oportunidad le daría acceso al asiento de adelante y a buscar, disimuladamente,
en aquel bolso que señalaba la mujer del Este.
Mientras escuchaba sirenas de policía llegando al lugar registró
rápidamente aquel bolso diminuto en el que rápidamente encontró un papel
semejante a una carta. Lo guardó apresuradamente en su chaqueta.
.-Vamos salga, ya es suficiente.- El doctor tenía la esperanza de
que el aparato estuviese en poder de Swa.
Los policías comenzaron a hacerle preguntas. Uno de ellos se acercó
a él y comenzó a cachearle.
Aquel registro del coche hasta llegar a la carta no había servido
de nada. El agente la encontró apenas pasados unos segundos en su bolsillo.
.-¿Puede explicarme qué es esto?.- La había desplegado pero no
había logrado entender nada. Owen permanecía en silencio.
.-Dígame qué es esto o tendré que detenerle.
.- No lo sé. Ella lo metió en mi chaqueta. Tal vez para
incriminarme de algo que no tengo idea. – El resto de los agentes se acercaron
al papel. Ninguno identificaba qué idioma era el que se había utilizado para
escribir aquellas palabras. Uno de ellos metió la carta literalmente en los
ojos de Owen.
.-¿Sabe qué dice?... El psiquiatra la miró detenidamente.
.- No lo sé. Lo único que puedo decirles es que está escrita en
sanscrito, un antiguo idioma de la India.
.- Inmediatamente fue esposado.- Una lágrima impotente rodaba por
sus mejilla.
Estaba perdido…