Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


domingo, 8 de enero de 2017

LOS LUGARES QUE TE ASUSTAN



En algún rincón de nuestra memoria, hay lugares lejanos que nos asustan desde la infancia. O tal vez, cercanos en el espacio y en el tiempo; reales en nuestra consciencia o imaginarios en nuestros sueños. 

Todos tenemos lugares que nos asustan. Espacios vacíos llenos de miedos. Lugares remotos que evitamos por lo que de ellos tememos.

Con el tiempo, hemos de aprender a ser sinceros con nosotros mismos. Distinguir las culpabilidades. No tomarnos papeles que no nos corresponden, ni asumir dolores que no hemos provocado.

La esencia del valor es vivir sin engañarnos. No es fácil, sin embargo observar con sinceridad lo que hacemos. Vernos con claridad es cuanto menos, molesto.

A medida que aprendemos a vernos con más claridad, a ser leales con nosotros mismos, empezamos a percibir aspectos que preferiríamos obviar: nuestra forma de condenar, la mezquindad y la arrogancia.

No se trata de comportamientos inamovibles, sino de hábitos que podemos desaprender. Cuanto más los conozcamos, más débiles se volverán.

Nuestra naturaleza básica es extremadamente sencilla, suave y liviana. 

Cuando nos hacemos responsables de la dirección que debe tomar nuestra forma de comportarnos e instalarnos en la vida, nos damos cuenta de que llevamos a cuestas un equipaje innecesario. 

Debemos abrir las maletas y ver qué hemos ido metiendo en ellas. Al hacerlo empezamos a comprender que muchas de las cosas que llevamos ya no las necesitamos.

Airear el interior, abrir las ventanas, desalojar a quién ya vivió en nuestra casa y se alimentó con nosotros, dejar espacio, oler a limpio… es lo que convertirá los lugares que nos asustan en espacio libres, claros y cálidos donde estar será el mejor presente que podemos hacernos a nosotros mismos.

Merece ponerse manos a la obra.

El regalo es tu paz.

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