Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


lunes, 26 de junio de 2017

ABRÁZATE A TI MISMO Y DI: “ TODO ESTÁ BIEN”



Nos pasan todo tipo de sucesos. La vida es así. Estamos en el cielo y de repente algo nos ocurre que nos clava en el infierno.
Uno tiene que pararse. Respirar profundo y pensar que “todo está bien”, que la vida sigue unas fases que son inexorables y que ante ellas no podemos hacer nada.


Una de las prácticas más saludables es abrazarte a ti mismo y cuando hablo de abrazos me refiero a ser bondadoso con uno, a ser permisible, a dejarse llevar por las circunstancias y a no pelear contra ellas.


Cuando nos ablandamos todo fluye con mucha sencillez.
Nos complicamos mucho. Pensamos, damos vueltas en círculo, nos agobiamos, nos enredamos en pensamientos absurdos, hacemos gigantes a los enanos y de todo ello, no sacamos nada en limpio.

 
Hay que aprender a desaprender. Rutinas que no sirven, excusas que están caducadas, razones que han prescrito y sobre todo, las justificaciones que nos mantienen en una casa de locos con la certeza de que estamos en el buen  camino. 


No lo estamos. El camino correcto es el de la sencillez porque al final, casi nada es importante.


Nos creamos expectativas que no van a cumplirse, aspiramos a lo imposible, nos resistimos a lo ineludible y  siempre terminamos por perder la batalla antes de empezarla.


Si estás en un momento dulce, gózalo pero con suavidad. Saboréalo poco a poco. Degústalo despacito. Vuelve sobre su aroma otra vez. Empápate de ello delicadamente.


Si estás en un momento difícil hazlo de igual forma. Vete lento. Despacito sobre sus aguas. Poco a poco. De vez en vez. Pásalo por encima, no te sumerjas. Bordéalo suave y delicadamente.


Solamente en la sencillez de una vida suave podemos darnos ese abrazo a nosotros mismos donde sintamos, que sea como sea, “todo está bien”.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario