Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


miércoles, 15 de noviembre de 2017

LO INÚTIL DEL SUFRIMIENTO


Sufrir, según teorías que nos llegan de oriente, es opcional. En realidad, uno parece que no pudiese elegir si quiere o no entrar en la rueda del sufrimiento. Es como si se disparase un resorte y una fuerza centrípeta te absorbiese hacia el dolor.




Nuestra actitud debería ser otra más suave. Dejar que los sucesos rueden, observar cómo avanzan o retroceden, ir en paralelo y por fin, valorar si hubiese valido la pena sufrir. 

La vida me lo ha demostrado muchas veces.

En ocasiones, estamos absolutamente inmersos en un determinado problema y no vemos más allá. Creemos firmemente saber lo que sucederá después y desatamos toda una avalancha de predicciones sin sentido que las hacemos realidad, aun sin pasar.

Es curioso cómo creemos en lo malo que ha de llegar y lo incrédulos que somos para tener fe en las bondades que pueden suceder.

Hace años, estuve convencida de que una persona muy cercana tomaría un camino que yo simplemente respetaba pero que no era de mi agrado. Efectivamente, cada uno debe seguir los impulsos de su propia vida. Aún entendiendo esto, estaba convencida que el proceso de su vida se desarrollaría por el camino que había iniciado. Pero absolutamente convencida.

Hoy su vida es otra. Tan diferente que casi me da vergüenza pensar en cómo yo aseveraba que no cambiaría nunca su elección.

Sufrí. En silencio. Haciendo castillos en el aire llenos de monstruos y dragones que nunca los poblaron. Y después me tranquilicé. Pensé que todo pasa por algo y que cualquier pequeño suceso es un eslabón para otros nuevos que cambiarán el rumbo de las cosas.

Hay que saber lo que uno quiere y lo que no. Elegir. Actuar. No arrepentirnos, sino de lo que no hicimos. Y continuar hacia adelante.

La vida siempre sigue; con nosotros o sin nosotros. Con sufrimiento o con gozo.

Venimos a experimentarnos a nosotros mismos y nos ponemos mil y una pruebas que pasamos, sobrepasamos o nos quedamos sin probar.

No me quiero perder nada. Procuro sufrir lo menos posible. Quiero dar suavidad a mi vida y rodar con las circunstancias con una actitud de espera sosegada en la que voy a recibir lo que llegue con compasión, sobre todo por mí misma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario