Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


viernes, 13 de enero de 2017

¿ERES NARCISISTA? ¿CONOCES A ALGUIÉN?



Hay personas que no pueden ponerse delante de un espejo y mirarse por unos instantes. Hay otras que aunque miren no se ven. En el primer caso, hay una incomodidad manifiesta que no les deja percibirse como seres que no se gustan; el segundo caso es aún peor, no son capaces de reconocerse y por lo tanto nada de lo que signifique responsabilizarse de sí mismos y sus acciones, va con ellos.


Anoche estuve hasta muy tarde escuchando a Alejandra Vallejo Nájera en los podcast de RNE (en el programa “A la carta”). Os recomiendo que los escuchéis porque son muy interesantes. Por otra parte, son breves ( entre 15 y 20 minutos) pero concentran un gran cúmulo de reflexiones y explicaciones sobre temas que pueden afectarnos mucho.


El que me impresionó sobre manera fue el que dedicaron al Narcisismo/ Egoísmo. 


Es impresionante comprobar cómo hay personas que responden a patrones de conducta tipificados y duales.


El narcisista tiene una imperiosa necesidad de admiración, y por tanto de atención, por lo que desarrolla unas técnicas muy sutiles de persuasión y seducción.


 Encantadores, generosos, simpáticos y capaces de hacer que el mundo gire a los pies del otro siempre que satisfaga esa necesidad absoluta de ser el centro de atención. Cuidan mucho su imagen porque es parte de su presentación. Eligen muy bien a sus víctimas; hay como una especie de sexto sentido que les orienta sobre quienes caerán en sus redes con mayor facilidad. Aunque lo que verdaderamente les atrae es conseguir retos difíciles. Cuanto más prestigio y dificultad represente el objetivo, más valorados se sienten por haberlo conseguido.


La explicación sobre este fenómeno se retrotrae a la niñez. Suelen ser personas que han tenido una niñez en la que ha faltado la valoración y la autoestima facilitada por la atención de los padres y en la cual, el castigo reiterado ante las llamadas de atención del pequeño le hacen sentir cada vez más afianzado en una conducta de autoafirmación en contra de todo. 


Todo lo cual se resume en una absoluta inseguridad flotando en el fondo de su personalidad que nunca reconocen.


Hay muchos temas que se tratan en estos breves podcast que seguro os harán reflexionar y aclararán muchos comportamientos propios o ajenos cercanos.


Echad un vistazo. Os gustará.

miércoles, 11 de enero de 2017

DISPUESTA A ESCUCHAR...



Hoy es un día frío aquí… recordemos estos sabios pensamientos que llegan con el viento desde la lejanía del tiempo.
 
Hoy me siento como una hoja. Me gusta el balanceo del aire que me empuja… quiero escuchar la voz que podría leerme estas palabras.

Me quedo quieta y en silencio, abro mi escucha.

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 Escucha entonces la sabiduría del sabio: 

“Camina plácidamente entre el ruido y las prisas, 

y recuerda que la paz puede encontrarse en el silencio. 

Mantén buenas relaciones con todos en tanto te sea posible, pero sin transigir. 

Di tu verdad tranquila y claramente; 

Y escucha a los demás, 

incluso al torpe y al ignorante. 

Ellos también tienen su historia. 

Evita las personas ruidosas y agresivas, 

pues son vejaciones para el espíritu. 

Si te comparas con los demás, 

puedes volverte vanidoso y amargado 

porque siempre habrá personas más grandes o más pequeñas que tú.

Disfruta de tus logros, así como de tus planes. 

Interésate en tu propia carrera, 

por muy humilde que sea; 

es un verdadero tesoro en las cambiantes vicisitudes del tiempo. 

Sé cauto en tus negocios,

porque el mundo está lleno de engaños. 

Pero no por esto te ciegues a la virtud que puedas encontrar; 

mucha gente lucha por altos ideales 

y en todas partes la vida está llena de heroísmo. 

Sé tú mismo. 

Especialmente no finjas afectos. 

Tampoco seas cínico respecto al amor, 

porque frente a toda aridez y desencanto,

el amor es tan perenne como la hierba. 

Acepta con cariño el consejo de los años, 

renunciando con elegancia a las cosas de juventud. 

Nutre la fuerza de tu espíritu para que te proteja en la inesperada desgracia, 

pero no te angusties con fantasías. 

Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad. 

Más allá de una sana disciplina, 

sé amable contigo mismo. 

Eres una criatura del universo, 

al igual que los árboles y las estrellas; 

tienes derecho a estar aquí. 

Y, te resulte o no evidente, 

sin duda el universo se desenvuelve como debe. 

Por lo tanto, mantente en paz con Dios,

de cualquier modo que Le concibas, 
 
y cualesquiera sean tus trabajos y aspiraciones, 

mantente en paz con tu alma 

en la ruidosa confusión de la vida. 

Aún con todas sus farsas, cargas y sueños rotos, 

éste sigue siendo un hermoso mundo. 

Ten cuidado y esfuérzate en ser feliz”






domingo, 8 de enero de 2017

LOS LUGARES QUE TE ASUSTAN



En algún rincón de nuestra memoria, hay lugares lejanos que nos asustan desde la infancia. O tal vez, cercanos en el espacio y en el tiempo; reales en nuestra consciencia o imaginarios en nuestros sueños. 

Todos tenemos lugares que nos asustan. Espacios vacíos llenos de miedos. Lugares remotos que evitamos por lo que de ellos tememos.

Con el tiempo, hemos de aprender a ser sinceros con nosotros mismos. Distinguir las culpabilidades. No tomarnos papeles que no nos corresponden, ni asumir dolores que no hemos provocado.

La esencia del valor es vivir sin engañarnos. No es fácil, sin embargo observar con sinceridad lo que hacemos. Vernos con claridad es cuanto menos, molesto.

A medida que aprendemos a vernos con más claridad, a ser leales con nosotros mismos, empezamos a percibir aspectos que preferiríamos obviar: nuestra forma de condenar, la mezquindad y la arrogancia.

No se trata de comportamientos inamovibles, sino de hábitos que podemos desaprender. Cuanto más los conozcamos, más débiles se volverán.

Nuestra naturaleza básica es extremadamente sencilla, suave y liviana. 

Cuando nos hacemos responsables de la dirección que debe tomar nuestra forma de comportarnos e instalarnos en la vida, nos damos cuenta de que llevamos a cuestas un equipaje innecesario. 

Debemos abrir las maletas y ver qué hemos ido metiendo en ellas. Al hacerlo empezamos a comprender que muchas de las cosas que llevamos ya no las necesitamos.

Airear el interior, abrir las ventanas, desalojar a quién ya vivió en nuestra casa y se alimentó con nosotros, dejar espacio, oler a limpio… es lo que convertirá los lugares que nos asustan en espacio libres, claros y cálidos donde estar será el mejor presente que podemos hacernos a nosotros mismos.

Merece ponerse manos a la obra.

El regalo es tu paz.