Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


jueves, 9 de febrero de 2017

A SORBOS PEQUEÑOS



Aunque se tenga mucha sed, lo mejor son los sorbos pequeños. 


Hay personas muy intensas; otras más serenas y graduales. Hay quien lo quiere comer todo pronto y rápido; otros lo saborean con lentitud y moderación.


Siempre me he movido en los extremos sabiendo que lo mejor es el equilibrio y que me alejo de él tanto cuando me emociono en la pasión, como cuando me diluyo en la tristeza.


Sorbos pequeños, me decía mi madre cuando me atragantaba en mi niñez. Efectivamente era un mensaje que ahora recupero. Vete despacio, toma con cuidado, cuécelo a fuego lento. Siempre a un ritmo que no era el mío pero que, con el tiempo, me he dado cuenta que me instala en un medio tranquilo en el que todo es sencillo.


Se saborea más, se disfruta mejor, se alarga la felicidad en el tiempo o se disminuye el dolor en el espacio.


Todo lo que uno vive va escribiendo un diario invisible que llevamos con nosotros. Muchas veces no hay nada más que volver atrás, a la página que ya está escrita. A las vivencias que ya tuvimos, a lo que ya nos pasó. Ahí, en ese punto está también la respuesta. Ya hemos actuado. Ya nos hemos equivocado o ya hemos ganado. Solamente hay que volver sobre nuestros pasos para saber dónde no hay que pisar más o cómo bordear el obstáculo.


Página 23. Hoy me ha vuelto a pasar. Reviso, me acuerdo de cómo fue, de lo que sentí, de lo que sufrí o de lo que gocé. Y lo bebo de nuevo a sorbos pequeños. 


De ese modo iré tragando la pócima de la vida con la mayor serenidad posible.

miércoles, 8 de febrero de 2017

SABER LO QUE UNO NO QUIERE

Cada día me doy más cuenta de lo importante que es saber lo que uno no quiere.
Si es importante saber lo que queremos, aún es más saber lo que no. Porque lo que queremos nos impele a buscar o a aceptar aquello con lo que conectamos.
Lo que no queremos se manifiesta solo al comprobar que nos desconecta de lo que somos.

Cuando no tenemos criterios claros vivimos en una indefinición.  Cometemos errores. Nos equivocamos por no saber dónde está la línea divisoria. Nos sentimos mal, en definitiva.

Conocer aquello que no sintoniza con nuestro ser más íntimo nos permite evitarlo o rechazarlo. 

Resolver las dudas nos posiciona en el sí, que siempre llega cargado de oportunidades y apertura; no discernir o dudar frente a lo que tenemos nos instala en un espacio de nadie en el cual todo nos aleja de nuestro centro.

No quiero las palabras vacías.

 No quiero la soberbia y la prepotencia. 

No quiero la falta de compasión.

No quiero el maltrato en ninguno de sus modos u formas.

No quiero dulces para los oídos.

No quiero mentiras piadosas.

No quiero insultos light.

No quiero sepulcros blanqueados.

No quiero fachadas sin colores.

No quiero rutinas e indiferencias.

No quiero costumbres egoístas.

No quiero pasividad ante el dolor.

No quiero fariseos triunfadores.

No quiero versiones diferentes de lo mismo.

No quiero poemas sin versos.

Ni quiero un tú que no sea verdadero…

De momento, no quiero más que detenerme a completar mi lista poco a poco, sin prisa, pero sabiendo que cada vez estoy más lejos de lo que realmente NO QUIERO

domingo, 5 de febrero de 2017

CONECTA CONTIGO



Estoy en un momento de apertura, de recibir, de encontrar e integrar. 
 
Leo mucho, observa más. Y en ese proceso de avance y apertura encuentro frases, pensamientos, mensajes y señales que encajan con mi situación y mis necesidades.

Lo que me regala el texto de Elida Betancur es inmenso.

Lo comparto con vosotros. Posiblemente a alguien, o a muchos, pueda serles útil.
_________________________________________________

“Muchas personas quieren entender su situación actual y sobre todo como pueden cambiar su vida.  Creo que sería beneficioso para muchas personas tener alguna guía personal para monitorear su vida a diario.

 Hay una palabra que siempre viene a tono en todos los casos y es: “tomar conciencia de sí mismos” y para ello tienen que conectar con su nivel más elevado de conciencia, con esa parte sabia que va a tomar las riendas de sus vidas y hacer los cambios necesarios. Hacer consciente lo que está inconsciente, alumbrando oscuridades.

Conectar contigo es respirar consciente, pensar consciente, actuar consciente y hablar consciente, es decir, usar la mente a tu favor.

Estar consciente es saber a ciencia cierta, quienes somos, conocernos y efectuar los cambios necesarios para activar mentalmente un nuevo sistema de creencias (nuestra propia ley interna) que nos lleve a crear una realidad diferente a la que estamos experimentando ahora, y retomando mis conceptos de otras reflexiones, crear una “realidad alternativa” a la que estamos viviendo o experimentando ahora, más amplia, inclusiva, abierta, compleja, variable, dinámica y flexible.

Para hacer posible esa conexión interna con esa sabiduría tenemos que operar una nueva forma de pensar  en la situación que nos toca vivir, ese pensamiento que es energía va a mover en el campo (cuántico) de las posibilidades de realizaciones  personales una energía diferente y va a atraer o crear también diferentes resultados que antes no los veíamos, porque simplemente no captábamos esa onda de pensamiento nuevo,  que nos libera de crear siempre lo mismo.

Para conectarnos con éxito a nuestro propio poder personal de realización, tenemos que estar en el presente, y cuando digo presente me refiero a dejar de lado las distracciones como pueden ser las preocupaciones que nos generan ansiedad y nos hacen experimentar un futuro incierto, nebuloso, donde no podemos apreciar el resultado que queremos obtener; y también dejar de  recrear viejas situaciones al vivir en el pasado y generar más dolor, angustia y depresión por que nos tocó vivir y que lejos está de este presente.
 
Entonces cuando logramos enfocarnos en el presente, recuperamos toda la energía que estaba puesta en el pasado y en el futuro, y esa concentración en nosotros mismos nos va a permitir estar serenamente creando la vida de nuestro sueños.

Para crear tenemos que conectar a nuestra  propia energía  y dirigir el foco de atención consciente a la imagen del deseo que queremos manifestar, también tenemos que sentir  con la emoción válida, exacta, ajustada  al pensamiento y al sentimiento que expresamos, en un estado armónico que se logra deseando lo que es mejor para nosotros sin daños a terceros, es decir, sin escasez, malicia, egoísmo. Pero lo más importante es recuperar la energía que teníamos proyectada en el afuera y concentrarla en nosotros, porque en definitiva somos los hilos conductores de nuestra propia energía de vida y forjamos nuestro destino (los resultados) de forma consciente, de lo contrario somos arrastrados por el afuera (acontecimientos) y de forma inconsciente creamos lo que no queremos en nuestra vida.

Así que conecta contigo, si quieres cambios en tu mundo exterior, conecta contigo si quieres cambiar tu vida, todo el poder está dentro de ti esperando que lo uses, tú decides si lo usas a tu favor o en tu contra. Tú eres el creador. Tú mandas.

Elida Betancur