Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


sábado, 11 de marzo de 2017

LÉELO DESPACIO, LENTA Y PROFUNDAMENTE… (Los versos de Atisha)



Siempre releo, una o varias veces, los libros que me gustan; los que me aportan tanto, los que me indican caminos que yo selecciono de todo cuanto dicen.

De nuevo, con Pema Chödrön, en el libro “Los lugares que te asustan”, he descubierto algo nuevo. Las enseñanzas inmensamente ricas de los versos de Atisha.

No voy a añadir nada a lo que leí yendo a ellos directamente. Os dejo, en silencio, para que leáis esta sabiduría y si puede ser, os entre por los poros.

Feliz fin de semana.
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Primero aprende los preliminares.
Piensa que todos los fenómenos son como sueños. (…)
Asiéntate en la naturaleza de la cognición básica, la esencia.
Entre sesiones, considera los fenómenos como fantasmas.
Ejercita la unión, enviando y tomando sucesivamente.
Hazlo cabalgando sobre la respiración.
Tres objetos, tres venenos, tres pilares de virtud (atracción, repulsión e indiferencia).
Ejercita frases en todo tipo de conductas.


Empieza el desarrollo del tomar contigo mismo. (…)
Conduce toda responsabilidad hacia uno.
Sé agradecido con todos. (…)
Un medio excelente es: tener las cuatro provisiones. (Observación, análisis, elección del silencio, alejamiento de la tensión)
Para conducir al camino rápidamente cualquier situación, tan pronto como se dé, únela con meditación.
El conciso compendio de instrucciones sobre el corazón es: trabaja con las “Cinco Fuerzas”. (…)
La conducta es importante. (…)


3
Confía siempre en un estado mental dichoso.
Aunque estés distraído, si puedes hacerlo, es todavía adiestramiento de la mente.
Siempre observa los tres puntos generales.
Cambia tu inclinación y mantenla.
No discutas defectos.
No pienses en nada que sea asunto de los demás.
Adiéstrate primero contra la mayor mácula.
Abandona toda esperanza de resultados.


4
  Abandona todo alimento tóxico.
No seas coherente.
No hagas chistes maliciosos.
No esperes a que se dé la oportunidad.
No golpees al corazón.
No traslades la carga de la vaca al toro.
No apoyes al favorito.
No mantengas puntos de vista equivocados.
No caigas en la trampa del demonio celestial.


5
 No te causes dolor por deleites espurios.
Todas las absorciones se efectúan en una.
Un método corregirá todo lo incorrecto.
Al principio y al final hay que hacer dos cosas.
Sé paciente, ocurra una u otra cosa.
Observa dos preceptos incluso aunque con ello arriesgues la vida.
Supera las tres dificultades.
Abraza las tres partes de la causa principal. Medita sobre las tres cosas que no deben ser destruidas.
Haz que las tres sean inseparables de la virtud.


6
  Ejercítate imparcialmente en todas las áreas;
Es importante haberse ejercitado con total intensidad en todos los aspectos de todas las cosas.
Medita siempre sobre objetos específicos.
No debes preocuparte por otros factores, así que aplícate a los asuntos importantes.
No hagas las cosas al revés.
No vaciles.
Adiéstrate en un modo de desconexión.


7
 Encuentra la libertad mediante el examen y la investigación.
No alardees.
No dejes que te consuma la envidia.
No actúes caprichosamente.
No cuentes con la gratitud de la gente.
Con el despertar de la energía kármica de nacimientos previos
y la virtud de mi intenso interés hice caso omiso del sufrimiento
 y la mala reputación y busqué instrucción para controlar el aferramiento al ego. 

Ahora, aún cuando muera, no tendré pesar alguno.



jueves, 9 de marzo de 2017

¿CÓMO SOLTAR AQUELLO EN LO QUE PUSIMOS TANTO?



¿Cómo soltar aquello en lo que pusimos tanto?
¿Cómo replegar el corazón cuando fue tan expansivo?
Joan Garriga
Según un cuento Sufí, el Mulla Nasrudín, agotado y sediento tras un largo viaje, llegó a un mercado de la India. Al pasear entre sus puestos, quedó fascinado al ver en uno de ellos unos frutos rojos que parecían ser muy frescos y jugosos. Tan bueno era su aspecto que decidió comprar varios kilos. Sin más tiempo que perder, buscó una sombra donde empezar a devorarlos. Nada más dio el primer bocado, el Mulla comenzó a sudar y a ponerse colorado. Casi echaba fuego por la boca y, a pesar de ello, Nasrudín no dejaba de comerlos. Al verle en ese estado, un transeúnte no puedo evitar preguntarle:

– Pero, ¿qué haces comiendo tantos pimientos picantes con este calor tan terrible?

– No estoy comiendo pimientos – respondió Nasrudín –, me estoy comiendo mi inversión.

El sentido de seguir comiendo pimientos picantes cuando por dentro estás muriendo es el mismo sentido que el de seguir al lado de una persona con quien hace tiempo no eres feliz: ninguno.

De una manera u otra, toda historia de amor es el resultado de la puntualidad entre dos personas que, fruto de una elección o una casualidad, coinciden a una misma hora en un mismo lugar. (Un mínimo retraso, así como una pequeña confusión en las coordenadas, es suficiente para cambiar el destino y desarrollo de dos vidas que, en las circunstancias adecuadas).

 La puntualidad, no obstante, no es solo determinante para el momento de encuentro, sino también para el momento de partida: tan importante como saber cuándo llegar, es saber cuándo marcharse.

La puntualidad no es solo llegar a la hora, es también marcharse a tiempo”.


http://www.eluniversodelosencillo.com/dejate-sorprender/

Un profesor de economía, nos hablaba hace mucho tiempo ya, de la “testarudez del inversor”. Esa especie de empeño en seguir en lo que se ha invertido porque de otra forma, abandonarlo, nos llevaría al fracaso más absoluto y la ruina de intenciones.

A veces, seguimos empeñados en permanecer dentro de las arenas movedizas porque en un principio creíamos que aquello era un oasis y nos fuimos acercando, e incluso abonamos y regamos el terreno con demasiado denuedo. Cuando comprobamos la falsedad del suelo que pisamos, es tarde. Tarde para retroceder, tarde para echar de nuestra vida lo que creímos el centro de ella, tarde para reconocer que siempre es mejor empezar de nuevo que repetir el infortunio.

Y sin embargo, hay que saber que el agua fresca nos espera, que el picor de los pimientos picantes del cuento de Nasrudín se pasa.

Hay que acercarse a la fuente y no seguir comiendo aquello que seguro nos sentará mal.

La testarudez del inversor se supera con las expectativas del descubridor.

Muévete. Sal. Haz. Descubre. Encuentra.  

martes, 7 de marzo de 2017

CUANDO TE SIENTES EN LA SOMBRA



Hay días en los que uno está en la sombra. Días en los que se va arrastrando parte de sí mismo, pesadamente, como si se tratase de alguien que llevásemos a cuestas y del que no podemos prescindir.


Uno no sabe muy bien que le pasa; o sí. Demasiada carga acumulándose en forma de sedimento en el corazón. Es como si fuésemos dejando caer ladrillos. Uno sobre otro y cada vez más pesados. Taponando los orificios de respiración y asfixiando los canales del aire puro.


Cuesta tirar de uno mismo y tener que seguir sin ganas.
 Lamentamos comentarios que hacemos, nos indignamos con otros que nos hacen, vamos de aquí para allá tratando de escabullirnos de la pena, nos afanamos buscando el amor, nos diluimos esperando reconocimiento…y así vamos tejiendo un día a día en el que a veces somos invisibles, en las que otros no queremos que nadie nos vea y en algunos, en los cuales la sombra parecemos nosotros.


Hoy tengo un día de esos. Me apetece quedarme en la otra orilla esperando que pase la barca que cruce mi estado de ánimo hacia el otro lado.

Cuando existe sombra es que en la otra parte hay luz.


Me dirijo hacia allí.