Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


sábado, 1 de abril de 2017

LOS DÍAS LENTOS...



Hay días lentos, llenos de pereza, de cansancio acumulado en el alma y en el cuerpo. Llenos de nada, de vacíos y ausencias, de palabras no dichas, de caricias no dadas

Hay días en los que parece que todo se para. Que el mundo queda sin la fuerza que le mueve y que el sol no termina de salir.
Hay días lentos y otros muy rápidos. El tiempo no existe sino en el reloj de los sentimientos. Tal y cómo nos sintamos a dentro correrá el tiempo de fuera.

Lo que no nos damos cuenta es de que los días son siempre el mismo día. De que este día es el mismo en el que las Legiones Romanas entraron en Hispania, o cuando el Senado griego debatía en democracia. El día en el que sucede la historia, en un tiempo que es solamente inventado.

El mundo solo existe con cada uno de nosotros y termina del mismo modo. Pura consciencia inamovible a pesar de sentir la ilusión de su paso pausado o su trote desbocado.

Os dejo estas reflexiones al respecto.
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           “Todos los días son el mismo día! Cada día sale el sol, cada día el sol se esconde temporalmente. Hay días en los que te puede ir de maravilla, hay días un poco más complicados. Los acontecimientos que te rodean, no tienen que estar ligados a los días de año ni a fechas especiales; no precisamente.

          Tu debes construir cada día; con tus herramientas, con tu preparación, con las oportunidades. Sí! es cierto que en cuestiones de empresas, y escolaridad, hay ciertas fechas para arrancar proyectos pero, también es cierto que cada día puedes educarte, aprender, superarte, prepararte para el momento preciso.

            Todos los días son el mismo día! Cada día debe ser aprovechado como si fuera el último; cada día es el primero (para empezar tus proyectos); cada día es diferente a los demás; cada día, es el mismo día. Paradoja total! Sólo podrías entenderlo si tienes anhelos, si tienes metas; si tienes visiones. ¿Qué quiero decir con esto? Pues, que no pienses que porque un día fue malo, los demás serán así (cada día es diferente).

             No pienses que debes esperar una fecha especial para hacer un cambio en tu vida (todos los días son iguales).

             Para amar, para felicitar, para cambiar, para hacer el bien; no se necesitan días especiales.


miércoles, 29 de marzo de 2017

MÉTODO PARA ENFRENTARNOS A LAS DUDAS

Lo mejor de todo es tener las ideas claras. Cuando no dudamos y estamos, por tanto, seguros de lo que queremos y deseamos, luchamos por ello con una dirección.

Dudar nos sumerge en una insatisfacción permanente en la cual puede cometerse cualquier número de tonterías.

Cuando un problema da vueltas en nuestra cabeza y no vemos claras las soluciones, entramos en una especie de estado de shock permanente, en el cual estamos al vaivén de lo que nos dicen, de lo que opinan los que nos quieren o los que nos odian; en cualquier caso, unos y otros, mantienen una observación externa que aun siendo interesante nunca debe ser definitiva en nuestras decisiones.

Es muy útil emplear el método de la balanza. Se trata de emplear dos columnas enfrentadas en un papel. Coloquemos los motivos a favor y en contra de la decisión en la cual dudamos y, más tarde, contestamos a estas preguntas …

1.    ¿Qué puede pasar si no sucede este paso?

2.     ¿En qué cambia mi vida?

3.     ¿Estoy dispuesta/o a asumir riesgos?

4.    ¿Qué es lo que me asusta? 

5.    ¿Qué debo cambiar para qué sucedan diferentes resultados?... 

6.- ¿Quiero realmente hacerlo?

Posiblemente, repasando las respuestas nos demos cuenta de cuál es el camino a tomar. Nos vamos a dirigir nosotros solos a la solución. No sé si a la mejor o a la peor, pero al menos tomaremos un camino en el cual comenzaremos a pisar terreno firme.

 Y si a pesar de todos estos pasos seguimos actuando de la misma forma, es porque algún sentido tiene y, sin duda, no es el momento de cambiar, sean como sean las consecuencias.

No es aún el final de la historia.

 Algo nos quedará por aprender… o qué enseñar.

Todos somos aprendices; todos maestros.

lunes, 27 de marzo de 2017

NADIE NOS ENSAÑÓ A AMAR



Solamente se puede enseñar a amar, con amor. No hay otro código, ni otro lenguaje y por tanto, no hay libro ni manual de instrucciones.

El primer amor, quien nos muestra cómo es con toda su fuerza, es la madre, o en su ausencia, la figura más cercana de intimidad o afecto que nos acompañe cuando abrimos los ojos a la vida.

Es cierto que nuestra forma de dar y recibir amor, más tarde, estará muy condicionada por estas experiencias previas, pero no tanto como para no poder reconducir, con mucho trabajo interior, la gestión del afecto.

Posiblemente, cada uno buscamos completarnos; a veces, compensar lo que no se ha tenido o incluso, llenar vacíos. No son los mejores caminos para establecer una relación pero lo cierto es que son tan poderosos en nosotros que no podemos evitarlos, al menos en un principio.

Nadie nos enseñó a amar, como tampoco nos enseñaron a vivir. Lo único que tenemos son referencias y modelos, bueno o malos; y después experiencias en las que además de los ejemplos ponemos en juego toda una historia genética de ancestrales emociones heredadas e inconscientes.

Este coctel explosivo nos acompaña de por vida. Vamos sorteando obstáculos como podemos; culpándonos unas veces, arrepintiéndonos otras y resurgiendo de nuestras cenizas la mayoría.

Algo que en sí mismo que es tan sencillo y bello como amar se convierte, generalmente, en conflictivo y problemático. 

Desatendemos su cuidado. Dejamos de “decir”, de “expresar”, de ”dar”, de “pedir”…dejamos de renovar la ilusión. En vez de mantener encendido el fuego vamos dejando que se haga rescoldo y de ahí a convertirse en cenizas no va nada.

No nos enseñaron a amar, pero a “ amar” se aprende “ amando”.
 No hay más.

        

domingo, 26 de marzo de 2017

VIAJE A ÍTACA




Este domingo, por motivos personales, no he podido entregar el comienzo del final de la historia de Owen.     

                 Os pido que sepáis esperarme.

¡Mis mejores deseos para comenzar una estupenda semana!


                            Flor y Nata