Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


jueves, 27 de julio de 2017

10 SEMILLAS DE SABIDURÍA



Cada día, en los momentos serenos o en aquellos otros que no lo son tanto; por la noche, antes de dormir o en el ratito de silencio que podamos encontrar en algún rincón de la casa…es muy grato poder elegir entre estos brotes de flor tierna que irán directos al corazón.


Elige los tuyos.




1.- Cuando te sientas apresurado y ansioso, detente. Pregúntate por qué tanta prisa y ansiedad. Siempre podrás comprenderte mejor a ti mismo y parar.


2.-De vez en cuando, apaga la luz, baja el volumen, levanta el pies del acelerador, limita los compromisos. Menos puede significar más calidad para ti.


3.-Concédete un tiempo para ser perezoso e improductivo. El descanso nunca es un lujo, es una necesidad.


4.-Eres el protagonista de tu vida. Emplea toda tu energía en ser tú mismo. Nadie puede hacerlo tan bien como tú.


5.-Disfruta del momento presente. Ten por seguro que donde te encuentras ahora mismo es exactamente donde debes estar. Dale tiempo al destino.


6.-Procura no sustraerte a las tristezas de la vida, ni dejarte abatir tanto por ellas que consigan sumirte en la desesperación. Afronta el dolor intentando sosegarte y consolarte, y deja luego que te cambie, te sensibilice, te haga comprensivo, porque después podrás saborear la alegría.


7.-Tu alma es sensible a todo aquello que realmente importa. Considera qué es lo importante, qué es lo que tiene sentido para ti. Vive en consonancia con ello y no añadas nada que sea superfluo.


8.- Cuando te encuentres con el rostro afligido del otro, respira. No eres responsable de que los otros sean felices.


9.-Cuando alguien te demuestre amor, acéptalo sencillamente y alégrate. El amor no es una obligación. No necesitas recompensar.


10.- Cuando estés triste, piensa y busca algo que pueda consolarte.


Fuente: Minilibros de autoayuda. Ed. San Pablo

lunes, 24 de julio de 2017

LO QUE NUNCA TE ATREVES A DECIR




Callamos muchas veces. Es importante la palabra no dicha, en muchas ocasiones, pero en otras vendría muy bien a nuestra alma decir lo que sentimos.

Enfrentarnos con las palabras que nos ahogan y dejarlas salir es muy importante, pero a veces tiene un precio. Posiblemente nos tengamos que enfrentar a la reacción del otro y a su contrariedad o desencanto.





Hay palabras que están mejor no dichas y otras que nos arrepentiremos una vida de no haberlas dicho. 

Hay personas que por el contrario no filtran. Dicen lo que sea a quien sea sin valorar si lo que se dice está mejor callado.

Lo verdaderamente importante es ser capaz de hablar cuando hay problemas. Cuando se presentan situaciones difíciles, cuando verdaderamente es complicado comunicarnos; cuando es tan necesario saber lo que cada uno siente y necesita.

A veces, se nos pone un nudo en la garganta y las palabras no salen. ¡Nos gustaría decir tantas cosas!, pero siempre nos frena la opinión del otro, su respuesta, su silencio, su ira, su enfado o su incomprensión.

Si fuésemos capaces de acercarnos en la actitud se abriría un puente capaz de acogernos en calma para decir y recibir. 

Es complicado hablar. Es aún más difícil callar. Encontrar el equilibrio sería lo perfecto, pero no vivimos de perfecciones sino más bien de lo contrario. Por eso, de vez en cuando, deberíamos lanzarnos a hablar desde el corazón y con la mesura necesaria para no atacar, sino comunicar lo que sentimos ante lo que nos duele o molesta.

También los ojos hablan, las manos expresan y los abrazos dan mensajes.

Comencemos a emplear todos los lenguajes que estén a nuestro alcance para acercarnos a los demás; cada vez más.