Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


domingo, 14 de enero de 2018

EL PULSO DEL AMOR



El amor es lo mejor que puede pasarnos. Lo mejor. Y también lo peor. Si efectivamente no hay nada igual al amor, tampoco lo hay con el desamor.

Sin embargo, estoy convencida que lo más importante que hemos venido a hacer aquí es a amar, a mejorar nuestra forma de hacerlo, a aprender a aumentarlo, a ejercitarlo.



Hay muchas formas de amar. Hay muchos tipos de amor, pero todos y cada uno convergen en esa energía poderosísima que mueve el mundo, que cambia nuestro microcosmos, que lo revoluciona todo y todo lo hace posible.

Incluso  cuando el amor es imposible de materializar siempre tendrá existencia real dentro de nosotros. Nos impulsará a ser más y mejores, nos moverá a estar de mejor humor, a ser más amables, a estar en una actitud más compasiva; y es que cuando uno ama todo cambia en él, en el mundo, en su mundo.

 Es como si un halo invisible nos recubriese por completo y nos llenase de fuerza.

Muchas veces, la vida nos echa un pulso. Nos pone delante del amor cuando menos podemos abrazarlo. Aún así, vamos hacia él como si nos arrastrase sin remedio un huracán cuyo centro es nuestro corazón.

No importa, incluso, si somos correspondidos o no; si es posible o imposible, si es un castigo o una bendición. El amor arrastra, desborda, inunda, empuja y sobre todo, te cambia, te mejora, te empondera.

Enamorémonos. Sigamos en el amor. Enredémonos en él. Gocemos de la energía inmensa que nos inyecta. Sea posible o no. Lo será en nuestro interior.

Será real de cualquier forma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario